Los médicos no rehúyen trabajar en Nafarroa por motivos económicos
El Sindicato Médico justifica la subida salarial que reivindica con su huelga en que Nafarroa no es competitiva para los médicos. Paga poco y se van a otras comunidades. Salud les da, en parte, la razón, pero la falta de médicos no se resuelve tan fácil.
A Nafarroa le espera un «futuro nefasto» si no aumenta las retribuciones de sus médicos y no elimina la exclusividad, afirmó el Sindicato Médico de Navarra (SMN) justo antes de iniciar la huelga indefinida el 1 de febrero. El núcleo argumental del SMN es que los médicos de las comunidades vecinas cobran más. Muy en concreto, quieren equipararse con los médicos de Osakidetza, los mejor pagados. Podrían incluso sobrepasarlos en caso de que se les aumente el salario en mil euros al mes, que es su principal demanda.
El Sindicato Médico es una central corporativa con distintas filiales en cada comunidad. Cada delegación territorial de este sindicato difunde el mismo diagnóstico: los médicos que faltan se van a otra comunidad, porque aquí pagan demasiado poco.
Basta repasar la prensa para advertir que la carencia de médicos en el Estado español no es local, sino estructural. La puja por los profesionales que se pretende abrir no funciona. Faltan médicos en todas partes. Ni siquiera Osakidetza consigue los facultativos que necesita a través del aumento salarial.
Nafarroa, pese a que el SMN asegura que se encuentra entre las comunidades «más tacañas», tampoco es la que menos pague. Aunque sí es cierto que lo está haciendo muy mal, pues el grueso del salario lo ha convertido en pluses, complementos y productividades que desembocan en que unos médicos cobren cifras exorbitadas (más de 200.000 euros en algunos casos) y otros facultativos perciban menos de la cuarta parte.
Si por algo destaca Nafarroa es por este sistema tan disfuncional. Un estudio de la filial granadina del Sindicato Médico compara las retribuciones de los MIR por CCAA en 2022. La base salarial que cobran los internos residentes en Nafarroa es la más baja del Estado el primer año (1.022 euros) y se mantiene entre las que menos pagan durante los cinco años de residencia.
Sin embargo, la Comunidad Foral es la que mejor paga las guardias, incluso más que la CAV. De este modo, al revisarse todas las retribuciones anuales (salario y guardias), los MIR de Osasunbidea son quienes tienen la mayor retribución del Estado. Evoluciona desde 26.261 euros el primer año hasta 48.787 en el quinto. En la CAV arranca en 25.581 euros y termina en 46.518.
A pesar de que los MIR navarros son los mejor pagados, el SMN suele usar los salarios de estos internos para apoyar su demanda de una subida de 1.000 euros al mes.
Hay que subrayar que con la oferta que Salud ha puesto sobre la mesa de 400 euros más y un incremento del 10% en las guardias, muchos de los médicos de Nafarroa pasarían a ser los mejor pagados del Estado. En particular, aquellos que lleven varios años trabajando en Osasunbidea.
Problema europeo
La carencia de facultativos es un mal que afecta a toda Europa. Los médicos que se mueven por dinero están marchándose a otros países donde los salarios son más altos que en el Estado español. Así, al sistema sanitario público de Reino Unido (el NHK) entran desde el año pasado más médicos formados en el extranjero que dentro de las islas.
Ni siquiera el Estado francés está consiguiendo solventar esta carencia de médicos. La revista “Politico” apuntaba en 2021 que la ratio de médicos había caído de 325 a 318 por 100.000 habitantes. Y que lo peor estaba por venir, pues el 44% de los facultativos superaba los 55 años.
París ha reaccionado para tratar de encontrar una salida en el medio plazo. Decidió romper el numerus clausus, el límite de médicos que se forman en sus universidades. Un plan sencillo: si faltan médicos, hay que formar más.
La política del numerus clausus fue común en muchos países. Si hay pocas plazas, la competencia es mayor y solo los mejores pasan la criba. Este planteamiento elitista ha sido tradicionalmente defendido por los Colegios de Médicos a un lado y otro del Pirineo, pues les ayuda a mantener la posición de privilegio.
En el Estado español, sin embargo, el problema ya no es de numerus clausus, pues se forman médicos como para abastecer al sistema público e incluso para exportar. Más de 7.000 cada año. Sin embargo, dos cuellos de botella impiden completar las plantillas.
Uno es el MIR, el proceso de cinco años de especialización obligatoria. Hay más graduados en las facultades de Medicina que plazas MIR. En cada convocatoria, muchos quedan fuera y lo intentan al año siguiente. En 2020, quedaron fuera de plaza la mitad de los 16.000 aspirantes.
El otro embudo sigue inspirado en la idea del numerus clausus. Se trata de la negación del título de médico a personas formadas en terceros países. Hay más médicos que llegan al Estado español (más de 4.000) que los que salen. A diferencia de la NHK británica, que se ha abierto a contratar médicos de otros países, el Ministerio bloquea su entrada. La ministra Carolina Darias prometió un plan de choque en 2020, pero no ha cumplido.