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Áncora denuncia el derribo de un edificio de finales del XIX en la Parte Vieja donostiarra

La asociación patrimonialista destaca que a protección de este inmueble «ha sido solicitada repetidamente por el Departamento de Cultura» del Gobierno de Lakua, pero el Ayuntamiento de la capital guipuzcoana ha dado luz verde a la operación.

El edificio de Aldamar 1, que hace esquina achaflanada con la calle Iñigo. (ÁNCORA)

La asociación para la conservación del patrimonio arquitectónico donostiarra Áncora ha denunciado el derribo del edificio ubicado en el número 1 de la calle Aldamar de Donostia, en la Parte Vieja. Este inmueble, que durante muchos años acogió en uno de sus bajos el Bar Rekalde, será completamente demolido para construir nuevas viviendas por parte de la promotora Lanin S.L.

Áncora explica que el edificio fue construido en 1889 bajo la dirección del maestro de obras Domingo Eceiza, natural de Bidania. Su estructura es de madera y la fachada es de piedra arenisca extraída de las canteras locales. «Se erigió conjuntamente con la casa contigua de Aldamar 3, respondiendo ambas a un proyecto arquitectónico común. En el momento de su construcción apoyaban directamente sobre las murallas de la ciudad, que aún no habían sido derribadas en este tramo», añade la nota.
 
Según esta asociación, «su protección ha sido solicitada repetidamente por el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, que considera necesaria su incorporación al Plan Especial de la Protección del Patrimonio Urbanístico y Construido de la capital guipuzcoana (PEPPUC), recomendando exclusivamente intervenciones de consolidación o restauración».

Áncora recuerda que «todas las fachadas antiguas del entorno» se han conservado, por lo que «sorprende que la concejala Nekane Arzallus (PNV) haya autorizado la demolición, desoyendo un extenso y fundamentado informe del propio arquitecto municipal, que le otorga un valor patrimonial indiscutible».

La asociación lamenta que este edificio de finales del siglo XIX vaya a ser sustituido «por un pastiche historicista con generosos levantes, operación especulativa de la que solo se salvan algunos arcos de piedra de la planta inferior».