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Mujeres defensoras de la tierra denuncian los abusos que se cometen en la Amazonía

En el marco de la campaña Somos Amazonía, las defensoras de la tierra Yalenis Medina, Juana Francisca Urbina y Anitalia Pijachi han expuesto sus problemáticas y hecho un análisis de las causas que las provocan. Las ONG Alboan y Entreculturas promueven la campaña Somos Amazonía.

Yalenis Medina, Juana Francisca Urbina y Anitalia Pijachi han intervenido en la charla que ha moderado Sara Diego. (Endika PORTILLO | FOKU)

Yalenis Medina, Juana Francisca Urbina, Anitalia Pijachi y otra decena de mujeres defensoras de sus territorios han comparecido para dar a conocer su situación, así como analizar las problemáticas que sufren y las causas que las provocan. El acto se ha celebrado como parte de la campaña Somos Amazonía que promueven las ONG Alboan y Entreculturas, con el objetivo de movilizar a la ciudadanía «contra el cambio climático, defender la Amazonía y proteger a los pueblos que la habitan». Sara Diego, de Alboan, ha moderado la charla.

Despojo, desplazamiento, rotura familiar y social o desarraigo por no poder regresar su territorio porque ha sido destruido. Esas son las consecuencias que enumera Yalenis Medina, afro campesina Hosca. Medina es una mujer que vive desplazada de la comunidad de Patilla, en La Guajira, Colombia. Denuncia también que los abusos cometidos en su tierra han provocado que hayan perdido la soberanía alimentaria de la que disfrutaban. «En La Guajira el año pasado murieron 300 niños de hambre y sed, teniendo una multinacional a unos pocos kilómetros», ha relatado.

Señala el saqueo que sufre su territorio por parte de multinacionales, «en su mayoría europeas», que actúan impunemente. «Nos militarizan y paramilitarizan los territorios, y aumentan las violaciones», explica Medina. Subraya también la necesidad de involucrarse a nivel individual con la problemática, «cuando los europeos cambian de celular o tecnología a diario a nosotras nos causa la muerte».

Sin embargo, la raíz del problema está en las empresas multinacionales, según la propia Medina. Del mismo modo, cuestiona la manera en la que algunas de ellas están realizando la transición ecológica: «Salimos del carbón para entrar en el cobre, el cobalto, los parques eólicos, los parques solares...». Tacha esta manera de proceder de falta de conciencia ambiental –«somos el territorio a sacrificar», ha dicho– y se muestra preocupada por lo que les quedará a las generaciones más jóvenes, ya que «en La Guajira no nos queda nada».

Juana Francisca Urbina es lideresa indígena tolupán, hondureña, y ha expuesto las consecuencias que les acarrea su activismo y el hecho de ser mujeres, factor determinante en las respuestas que reciben. Según apunta, «cuando nos manifestamos nos envían a casa a ocuparnos de nuestros hijos, nuestros maridos y demás». «Nos enfrentamos a conflictos muy violentos, hostigamientos…», prosigue su denuncia, y añade que muchas mujeres han muerto por defender la tierra.

«No podemos irnos»

Asimismo, Urbina explica que la defensa de la tierra nace de una necesidad, puesto que «los indigenas no tenemos fondos para movernos a otros países». Reivindica también el valor que tienen sus relatos: «Conocemos muy bien la realidad y tenemos que contarla para que otros no hablen por nosotras».

Al igual que Medina, Anitalia Pijachi también es de Colombia, pero en su caso del municipio de Leticia, en la frontera con Brasil. Pijachi es defensora del territorio, la vida y las semillas, así como lideresa indígena del pueblo Okaima. «El grito de la madre naturaleza es grande» y es por eso que ellas les gritan a los gobernantes. Cuestiona a los países consumidores de los productos que se extraen de sus tierras y se pregunta dónde está su compromiso de reducir su acumulación de pobreza.

Pijachi ha expuesto que «nos estamos matando entre nosotros mismos» y recordado que la Amazonía es el último pulmón que le queda a la Tierra. Hacía suyas unas palabras de su padre, «los indígenas no necesitamos, nosotros vivimos y dependemos de la naturaleza y la respetamos», para concluir que no buscan acumular riqueza. Y es que Pijachi considera esa la raíz del problema, el consumismo de algunos países.

También ha querido apuntar que este tipo de encuentros les dan mucha fuerza, «muchas veces nos sentimos my solas en nuestros territorios y necesitamos ‘corazonar’ entre nosotras». Son mujeres defendiendo la tierra frente a hombres que quieren saquear sus territorios, y Pijachi considera que «no puede ser que la política la hagan los hombres». Asimismo, ha pedido justicia socioambiental y que ninguna mujer viva en desplazamiento forzado.

Sara Diego, de la ONG Alboan, ha cerrado el evento apuntando que buena parte de las violencias que enfrentan estas mujeres está causada por empresas transnacionales. Ha añadido, también, que muchos de los conflictos de los que se había hablado en las intervenciones se enmarcan en la transición ecológica.