INFO

Un Consejo de la Juventud de Nafarroa en crisis sufre una «pugna partidista» por el poder

Dimisiones, despidos y una escasa participación evidencian la profunda crisis por la que atraviesa el Consejo de la Juventud de Nafarroa, que está siendo escenario de «una pugna partidista» por el poder en el mismo entre UPN y PSN, según han criticado varios grupos en el Parlamento navarro

Álex López Orejuela es el presidente en funciones del Consejo de la Juventud de Nafarroa. (PSN)

La profunda crisis que vive el Consejo de la Juventud de Nafarroa ha llegado este martes el Parlamento navarro, donde varios grupos han criticado que esta entidad está siendo escenario de una «pugna partidista» por el poder en el mismo entre UPN y PSN.

El citado consejo es un organismo independiente creado en 1986 que tiene como finalidad hacer de interlocutor entre las asociaciones de jóvenes y el Gobierno de Nafarroa. Sin embargo, esa función se ha ido diluyendo con el tiempo, a pesar de que en la anterior legislatura, el Ejecutivo intentó darle un impulso.

Sin embargo, con la llegada al poder del PSN, el presupuesto destinado al Consejo ha ido bajando hasta quedar en una partida de 83.000 euros en las cuentas del herrialde aprobadas para este año, de los que únicamente 1.600 pueden ser empleados para sus actividades. Esa menor inyección económica, un 50% inferior, se ha traducido en el despido de dos trabajadoras, mientras se agudizaban las disputas internas en el seno del organismo.

En octubre de 2022 llegaba a la presidencia Pablo Lanaspa, de SEI, la asociación de reagrupamiento familiar de migrantes, en sustitución de Guillermo Bergantiños, de CCOO. Pero su mandato iba a ser efímero, ya que el pasado 8 de febrero anunciaba su dimisión tras desavenencias con el sector socialista del Consejo y por los escasos fondos destinados por el Gobierno. Al día siguiente, la que presentaba su renuncia era la vicepresidenta Tania Ruivo, representante de las asociaciones de scouts.

Ante esta cadena de dimisiones, el único vicepresidente que quedaba en el cargo, Álex López Orejuela, de Juventudes Socialistas, se hizo con la presidencia en funciones, siguiendo el actual reglamento del Consejo, según ha asegurado el propio López en el Parlamento.

Su comparecencia ha tenido lugar en la Comisión de Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior, que ha dedicado la mañana de este martes a tratar la situación presente y futura de un Consejo de la Juventud de Nafarroa sumido en esta profunda crisis.

López ha señalado que asumió el cargo por «responsabilidad», ya que no haberlo hecho habría supuesto «la muerte del Consejo». Y ha anunciado que su mandato terminará «lo más tarde» en octubre o noviembre con la celebración de una asamblea general «en condiciones». Para entonces espera que esté aprobado el nuevo reglamento de funcionamiento de este organismo, que sustituirá al vigente desde 1986 y que espera que mejore la participación.

Sobre esta cuestión también se ha pronunciado el director gerente del Instituto Navarro de la Juventud, Carlos Amatriain, quien había comparecido previamente en la comisión. Amatriain ha atribuido la situación que vive el CJN a causas provenientes de diferentes ámbitos. Una de ellas sería precisamente el reglamento que regula este organismo, que «debería haberse actualizado, porque ha quedado obsoleta su norma de funcionamiento y su naturaleza sigue siendo atípica».

Además, ha recordado que el servicio de Intervención detectó en 2020 en un informe de reparo prácticas de funcionamiento sin el aval requerido, planteó dudas sobre la remuneración de personal del Consejo y señaló que las subvenciones deberían ser por gastos para el cumplimiento de los fines, lo que paralizó temporalmente las subvenciones de 2020 hasta la adopción de determinadas medidas y suprimió el sueldo del presidente en 2021.

Y ha sacado a colación que sufre «un problema de participación, no más de 15 o 20 personas representando a entre cinco y diez entidades en las últimas asambleas».

Lucha partidista por el poder

Sin embargo, para varios grupos parlamentarios, lo que subyace en la situación de inestabilidad que está viviendo el Consejo de la Juventud de Nafarroa es consecuencia de una lucha partidista por el poder en el mismo entre UPN y PSN.

El más crítico ha sido Ángel Ansa, de Navarra Suma, quien ha acusado a la formación de Chivite e incluso a Podemos de «una lamentable maniobra para controlar el Consejo de la Juventud». Ha sido especialmente crítico con López, a quien ha echado en cara los comentarios que ha dirigido a los regionalistas en Twitter, por lo que le ha espetado que «su neutralidad brilla por su ausencia» y ha considerado que «es imposible que pueda representar a toda la juventud de Navarra».

Ansa prácticamente ha acusado al Gobierno de haber forzado la dimisión de Lanaspa recortando la partida del Consejo y con la Administración poniéndole «más pegas y exigencias» hasta conseguir que «se marchase alguien que no les rinde pleitesía».

Desde el PSN, Carlos Mena ha acusado a UPN de hacer «electoralismo» con la crisis del CJN, que «ha ido agonizando por su forma de organizarse y de trabajar». Ha apostado por la renovación que puede suponer el nuevo reglamento del organismo, del que ha dicho que «no será la panacea, pero va a ayudar», ya que «va a costar levantar algo que lleva años en decadencia».

El resto de grupos han criticado lo que han calificado de «pugna partidista». En ese sentido, Jabi Arakama, de Geroa Bai, ha señalado que esa disputa por el control del Consejo está generando «un perjuicio en el propio organismo, las asociaciones y el conjunto de la juventud». Ha recordado que tanto UPN como el PSN han recortado los fondos destinados a este organismo y que si la celebración de una asamblea para regularizar la cuestión de la presidencia depende de la aprobación del nuevo reglamento, esta última tendrá lugar cuando le venga bien al Ejecutivo.

Desde EH Bildu, Adolfo Araiz también ha criticado la «discusión partidista» por la «toma del poder», ha calificado la situación de «crítica» y ha considerado «triste ver cómo ha terminado su desarrollo institucional el Consejo». Por su parte, Patricia Perales ha apostado por hacer «una lectura crítica» de las responsabilidades políticas y reprochado a Amatriain que no asuma «cierto fracaso», cuando tenía que haber desempeñado «un papel facilitador».

Ainhoa Aznarez, de Podemos, ha abogado «por buscar otras fórmulas de participación», en vista de que esta ha quedado «bastante desdibujada». Y Marisa de Simón, de I-E, ha calificado la actual situación de «tiempos difíciles y revueltos», y se ha preguntado «por qué agoniza» el Consejo después de que el anterior Gobierno le diera «un impulso» y cuando la participación juvenil es «necesaria».