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El 1 de abril se inaugura el monumento que recuerda el crimen franquista del circo Anastasini

Con una comitiva ataviada con vestimenta propia del mundo circense, el próximo sábado, 1 de abril, se inaugurará en Larraga el monumento en recuerdo del «infame crimen franquista» cometido en 1936 con los integrantes del circo Anastasini.

Javier Ayape, Jesús Nieto, más conocido como Eme, y Txema, en la presentacion de los actos de inauguración del monumento. (NAIZ)

El próximo sábado 1 de abril a las 12.00 horas se inaugurará en el Parque de la Memoria de Larraga el monumento a los integrantes del circo Anastasini, la mayoría de los cuales fueron víctimas de un «infame crimen franquista» en 1936, según han explicado en rueda de prensa los promotores del acto.

El monumento está integrado por tres grandes piedras, con una de ellas como base en la que está tallado un balancín del circo, un diábolo y una chica ‘ecuestre’ sobre su caballo que representa a Giovanna Anastasini, integrante de la troupe, según han detallado Javier Ayape, Jesús Nieto, más conocido como ‘Eme’, y Txema en su comparecencia ante los medios.

Sobre ella, encajadas en vertical, van las otras dos, una representando la fosa de San Gil de Larraga y otra La Caballera de Mendavia, donde fueron enterrados los miembros de este circo ejecutados en 1936 y en medio, aparece una pieza metálica con forma de carpa circense.

Levantarlo ha corrido a cargo de la Asociación Maravillas Lamberto de Larraga, aunque han colaborado en el mismo desde el Kolektibo Zurbau de la Zendea de Oltza, hasta gentes de Caseda, Cortes, Tafalla y Etxauri.

Este monumento será inaugurado este sábado con un acto muy especial del que formará parte una comitiva ataviada con vestimenta propia de las gentes del circo y en la que participará algún grupo del gremio. Partirá a las 11.30 desde la plaza de los Fueros de la localidad en dirección al Parque de la Memoria.

Además, se ha grabado un vídeo en el que participan payasos como Pirritx eta Porrotx, y hasta Renato Anastasini, descendiente de los propietarios del circo al que sorprendió el golpe militar del 36 de gira en la localidad navarra de Lodosa.

Arduo trabajo de memoria histórica

Su trágica historia ha sido rescatada por la Asociación Maravillas Lamberto de Larraga a través del arduo trabajo de María José Sagasti, ‘Eme’ y Javier Ayape. Hace más de una década iniciaron una investigación sobre lo sucedido con este circo que les ha llevado a Soria, La Rioja, Alicante, Ceuta, Madrid, París, Italia y Florida.

Este grupo comenzó a tirar del hilo con los testimonios de dos ancianos de Larraga que dieron accidentalmente con las huellas de la matanza. Con ocho años, uno de ellos vio la ejecución y el segundo, encontró los restos unos 12 años después en el término de San Gil.

Siguiendo los testimonios recabados han conseguido contar la historia de un circo que el destino quiso que recalara en Lodosa en el peor momento, el 18 de julio de 1936. Se trataba la troupe de los Anastasini, una saga familiar con una larga trayectoria circense anterior a 1860, con actuaciones en lugares como Italia, Chequia, Alemania, Austria y el Estado francés, y que incluso llevaron su arte al norte de África.

Por unas causas que se desconoce, la mayor parte de los 50 integrantes del circo fueron fusilados en Larraga y Mendavia en los términos llamados San Gil y La Caballera, respectivamente, donde fueron enterrados. Su historia cayó en el olvido hasta que Sagasti, ‘Eme’ y Ayape la rescataron recabando todos los testimonios que han podido para reconstruir la tragedia.

Tras las ejecuciones, los supervivientes fueron obligados a realizar espectáculos para la Falange, hasta que consiguieron escapar estando en Extremadura. Cruzaron la frontera de Portugal y recalaron finalmente en Estados Unidos, donde algunos de los Anastasini siguen dedicándose a lo que más les gusta: el circo.

Su instalación de entonces se quedó en Lodosa, donde la mayoría de los caballos fueron utilizados en tareas del campo, mientras que la lona fue empleada para tapar los montones de grano de las parvas y las sillas fueron vendidas. No se conoce el destino del elefante que formaba parte del espectáculo, ni del joven de 13 años, probablemente ceutí, que cuidaba de él, según han explicado ‘Eme’ y Ayape.

Con el tiempo fueron apareciendo los restos de los ejecutados, entre 12 y 14 personas en la fosa de Larraga y otras 27 en Mendavia. Algunos de esos restos han desaparecido, mientras que de los que se conservan no se ha podido determinar su identidad.

Aunque lo más probable es que «nunca aparecerán sus nombres», como han destacado ‘Eme’ y Ayape, su recuerdo sigue vivo en la zona donde murieron a manos de los sublevados y, a partir de este sábado, contarán con un monumento que les honra más de 80 años después de su trágico final.