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La economía de la CAV se desacelera de nuevo y retrocede al nivel de hace dos años

El ‘Termómetro Económico’ publicado por Lakua evidencia una nueva desaceleración de la economía de la CAV, que abandonado la zona de «crecimiento sólido» para pasar a la de «crecimiento suave», algo que no ocurría desde marzo de 2021.

Lakua achaca la ralentización de la economía a la inflación. (Maialen ANDRES | FOKU)

La economía de la CAV se desaceleró en marzo por tercer mes consecutivo al moderarse el consumo privado y la inversión. Ha abandonado la zona de «crecimiento sólido» para pasar a la de «crecimiento suave», algo que no ocurría desde marzo de 2021.

Así se recoge en el ‘Termómetro Económico’ mensual que publica el Departamento de Economía y Hacienda de Lakua, que analiza un centenar de indicadores.

El informe señala que «los signos claros de desaceleración en la actividad económica global apreciados en los últimos meses tienen su reflejo en la economía vasca», y añade que la desaceleración de marzo «se explica por la moderación del crecimiento del consumo privado y de la inversión».

Por el lado de la oferta, el sector Servicios justifica la mayor parte del descenso del indicador, mientras que en la Industria la caída es más leve y mantiene todavía una tasa de crecimiento «sólido». «El mercado de trabajo continúa mostrando su fortaleza en todos los sectores productivos», según indica el Departamento de Pedro Azpiazu.

98,2 puntos sobre 150

Con estos datos la puntuación sobre la situación económica de la CAV en marzo fue de 98,2 puntos sobre 150, frente a los 101,1 de febrero y el 110,9 de enero, con lo que se encadenan tres meses a la baja en el termómetro económico.

En mayo de 2021 el termómetro alcanzó su mejor registro (145,5 puntos). El ejercicio pasado (2022) se cerró con 113,1 puntos y desde entonces el indicador ha ido cayendo.

El Departamento de Economía y Hacienda achaca esta «desaceleración» a un «contexto caracterizado por la concurrencia simultánea de múltiples perturbaciones adversas, las persistentes presiones inflacionistas y el consiguiente endurecimiento del tono de las políticas monetarias».