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Lorenzo Silva escribe una novela de guerra sucia y habla de sus conversaciones con torturadores

Lorenzo Silva, autor español de éxito de ventas con varias novelas apologéticas de la Guardia Civil, ha anunciado ahora una obra de ficción sobre la guerra sucia contra ETA. Lamenta que el GAL fuera «banderín moral del terrorismo vasco durante décadas» y lo ve como producto de un conflicto moral.

Silva, autor de best-sellers apologéticos de la Guardia Civil. (César Luján | AFP)

Los crímenes del GAL han sido «el banderín moral del terrorismo vasco durante décadas y lo siguen siendo todavía hoy», asegura el escritor madrileño Lorenzo Silva, que tras un buen número de obras que tienen como protagonistas a guardias civiles dedica su última novela a la guerra sucia.

‘Púa’, editada por Destino, da título a esta novela que no sitúa la acción en un determinado país ni época ya que, ha asegurado este martes en una rueda de prensa Lorenzo Silva, pretende entrar en los mecanismos de lo que sucede en muchos países y habla del «conflicto moral» en el que se ven envueltas las sociedades y las personas implicadas en la guerra sucia.

Púa es el nombre del protagonista de su novela que, retirado como librero de viejo de su pasado en la guerra sucia, debe volver a la acción a la llamada de un antiguo compañero.

Basada en las investigaciones, testimonios y documentación que ha manejado a lo largo de años para sus novelas, Silva (Madrid, 1966) asegura que es un libro «alegórico». Dice que podía haber hecho una obra con hechos auténticos porque «no tengo miedo a meterme en charcos», pero ha optado por la ficción, manteniendo así ocultas esas tramas y toda la impunidad consiguiente.

En su peculiar prisma sobre la guerra sucia, Silva admite con el paso del tiempo «tiende a ser un mal innecesario» pero que en su momento es justificada como mal necesario incluso por «un Nobel de la Paz» como Barack Obama, que reconoció haber autorizado operaciones así. Algo que no ha ocurrido precisamente en el Gobierno español, al menos de modo expreso (sí lo hizo más directamente el ministro de Interior de la era del GAL, José Barrionuevo)

El escritor ha señalado, además, que «los asesinatos del GAL han sido el banderín moral del terrorismo vasco durante décadas y lo siguen siendo todavía hoy. Siempre que se nombra a un asesino de ETA hay tres o cuatro nombres que salen a palestra inmediatamente para ponerlos en la balanza». Lo considera un «aprovechamiento propagandístico» que puede convertirse en «lastre duradero».

«El GAL fue contraproducente, por no hablar de que un ministro acabó en la cárcel. Y ¿en qué medida acabó con el terrorismo de ETA? Pues en una medida muy pequeña», asume.

«Ningún torturador se alegra»

Dicho todo esto, Lorenzo Silva niega que se trate de relato complaciente de la guerra sucia. Pero señala que una persona que se ve implicada en la guerra sucia sigue siendo un ser humano: «Las personas con las que he hablado no son indiferentes a lo que habían hecho. No he conseguido hablar con un torturador que se alegre de haber torturado».

Su protagonista admite también al principio del relato que es una mala persona: «Con estímulos suficientes todos somos una mala persona. Todos tenemos un bicho rabioso dentro. La mayoría afortunadamente no lo soltamos jamás o lo hacemos comedidamente».

El editor Emili Rosales, que ha presentado con Lorenzo Silva la novela, ha explicado que sale con una primera tirada de 60.000 ejemplares y que con este lanzamiento se cumplen 25 años de este autor en la editorial Destino, de la que es el autor más representativo desde Miguel Delibes, con más de 40 títulos publicados.