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Una de cada cuatro personas de más de 55 años vive sola en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa

La consejera autonómica de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales de Lakua, Nerea Melgosa, ha planteado la necesidad de aprovechar otras experiencias internacionales para combatir la soledad no deseada, que ha aumentado durante la pandemia «con un impacto elevado en la salud, física y psíquica».

La soledad no deseada en un problema creciente. (Getty)

La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa, ha remarcado que la soledad no deseada ha aumentado desde la pandemia y ha planteado la necesidad de tomar ejemplo de otras experiencias internacionales para intentar paliarla.

Melgosa ha participado en la jornada ‘Topaketa: Soledades’, celebrada en Bilbo para avanzar en la detección y el abordaje de las soledades no deseadas, organizada por el Observatorio Vasco de Servicios Sociales–Behatuz.

En la jornada se han aportado los datos arrojados por la tercera Encuesta sobre las Condiciones de Vida, Trabajo y covid-19 de las personas de 55 o más años en la CAV, que señalan que una de cada cuatro personas a partir de esa edad vive sola, cifra que es aún mayor entre las mujeres y las personas mayores de 80 años.

En lo que se refiere a la soledad objetiva, el 10% de las personas encuestadas declaró que no tiene contacto mensual con ningún familiar, ni con otras personas en su círculo de amistades o vecindario.

Melgosa ha explicado que «el problema surge cuando la soledad no es una elección, sino una imposición y se convierte en una situación crónica con un impacto elevado en la salud, física y psíquica».

Ante este panorama, la consejera ha propuesto cinco medidas genéricas para combatir la soledad: generar una red de experiencias e iniciativas, adoptar un enfoque integral de la cuestión, incidir en la prevención y detección temprana de la soledad, reforzar y construir nuevas formas de lazos comunitarios, y promover la investigación y compartir conocimiento.

Melgosa ha destacado la necesidad de aprender de las buenas prácticas y políticas puestas en marcha en países como el Reino Unido y Japón, que han creado ministerios específicos para luchar contra la soledad. «Nuestra intención es partir de las iniciativas ya existentes y aprovechar este taller para generar un documento de bases», ha explicado.