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Librería Joker: un nuevo espacio para un comercio de toda la vida

La mítica librería Joker de Bilbo amplía sus servicios con un nuevo espacio, diseñado por el dibujante Antonio Hitos, y donde se podrá disfrutar de diferentes actividades como talleres, charlas, o presentaciones de trabajos literarios.

Antonio Hitos, diseñador del nuevo espacio, y Fernando Tarancón, propietario de Joker. (Marisol Ramirez | FOKU)

Cuando en 1994 dos jóvenes de Santutxu decidieron poner en marcha una pequeña tienda de cómics en su barrio poco podían imaginar que, casi 30 años después, ese negocio se convertiría en el local más grande de Euskal Herria dentro del género. Estos jóvenes son ya cincuentones y el negocio en cuestión es Joker, una auténtica referencia para los y las amantes de los cómics y los juegos, y que acaba de ampliar su espacio con la apertura de un nuevo local, justo enfrente de su ubicación habitual. 

Fernando Tarancón e Iñigo Sola, como decimos, comenzaron su andadura en el bilbaino barrio de Santutxu, con la idea de convertir su pasión por los cómics en una forma de vida y tomando como referencia las librerías que ellos conocían, tal y como nos explica Fernando: «Me acuerdo de que, en aquella época, todavía no había ni Guggenheim ni Metro,  era un Bilbao más gris, y cuando íbamos a Barcelona o a Madrid y veíamos cómo funcionaban las librerías allí, nos dábamos cuenta de que en Bilbao también podía haber mercado para una librería especializada y moderna, dirigida a un público más joven».

La primera decisión fue establecer su centro de operaciones en su barrio, concretamente en la Travesía Iturriaga, por una cuestión meramente económica: «No teníamos un chavo y por eso nos quedamos al lado de casa, para que las tortas nos las lleváramos en formato pequeño», bromea Fernando.

Entusiasmo y ganas de aprender

Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que la idea era buena, más aún teniendo en cuenta que, en ese momento, no había nada similar en Bilbo: «Creo que fue una suerte abrir en aquel momento y en aquel lugar, porque lo que había ya eran tiendas que estaban de retirada o cansados, y nosotros intentábamos hacer otro tipo de librería», reconoce.

Poco a poco, con mucho entusiasmo, y sobre todo con muchas ganas de aprender, estos dos emprendedores vieron cómo el negocio iba creciendo, por lo que decidieron buscar un nuevo local en Bilbo. Así, se trasladaron primero a la calle Bertendona y más adelante a Alameda de Urquijo, antes de establecer su ubicación definitiva en el local de más de 300 metros cuadrados donde se encuentran actualmente, en la calle Euskalduna.

Una evolución que fue paulatina y motivada por los acontecimientos y el crecimiento del negocio, tal y como señala el librero: «Fuimos construyendo nuestra historia y, a priori, no había un plan maestro para conseguir ser la tienda de cómics más grande de Euskadi, sino que las cosas van pasando por las necesidades de ese crecimiento». Otra de las claves de este éxito, ha sido, sin duda, saber adaptarse a lo que requería el negocio sin renunciar a dar el mejor servicio, ya que, según nos explica Fernando, «a medida que vamos creciendo vamos incorporando personal, tratando de ampliar el espacio hasta el límite actual, del que creo que ya no pasaremos».

Vínculo especial con sus clientes

Desde que comenzaron con este proyecto en 1994, con una exposición de Rober Garay, los dos socios fundadores de Joker han hecho una apuesta clara por la cultura, ofreciendo siempre diferentes actividades relacionadas con el mundo del cómic, como charlas, talleres o presentaciones de trabajos, y hay que recordar que por la librería han pasado artistas tan representativos como Craig Thompson, Paco Roca, Ana Miralles, Edmond Baudoin, Susanna Martín, Salvador Larroca, Raquel Alzate, Alfonso Zapico, David Rubín, Álvaro Martínez Bueno, Quan Zhou Wu, Jeff Smith, Rubén Pellejero, Javier Olivares, Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou, Iban Coello o Simon Hanselmann.

(Marisol RAMIREZ | FOKU)

También es importante destacar la importancia que Fernando Tarancón e Iñigo Sola dan al lector, que para ellos es «el valor máximo» de la librería. Es por ello que, para estar a la altura, era fundamental tener gente cualificada trabajando en la librería, siempre intentando, como en cualquier comercio de cercanía local, crear un vínculo especial con sus clientes: «Siempre hay que responder al cliente y tratar de anticiparte a sus deseos pero, eso sí, siempre desde una posición de honradez, intentando guiar al lector no hacia donde tú quieres, sino hacia donde ves que él o ella quieren ir», explica Tarancón.

Fruto de esta conexión con sus clientes han surgido relaciones que ya son casi amistades y una confianza absoluta en ellos por parte de sus clientes, que les consideran unos prescriptores infalibles, gracias a ese cuidado con el que siempre han trabajado: «Quieres que tu cliente crezca como lector y es muy bonito ver que has influido en su forma de ver el mundo. De hecho, cuando vienen ya no te preguntan ‘¿esto es bueno?’, sino que te preguntan ‘¿esto me va a gustar?», destaca Tarancón.

Estos dos comerciantes también se muestran como firmes defensores de la literatura en cualquiera de sus formas, y destacan su capacidad para conocer nuevas realidades y ser conscientes de lo que es la vida: «En esta sociedad en que vivimos, donde prestamos muy poca atención a las cosas, el cómic y la literatura en general tienen cosas fundamentales: te sumergen en otros mundos y te enseñan a empatizar con personas que no son como tú, aprendiendo que en la vida hay cierta complejidad y que no todo se basa en buenos y malos», afirma Fernando Tarancón.

Un nuevo espacio

Pero la inquietud de estos dos emprendedores parece no tener límites, y por eso, acaban de abrir un nuevo espacio, situado justo enfrente de la librería, en la calle Euskalduna, con el fin de poder ampliar aún más la oferta de servicios de Joker. La intención de Tarancón y Sola es poder dar cobertura a todos los eventos que siempre habían querido hacer pero que, por no tener un espacio adecuado, no habían podido llevar a cabo.

El diseño de este nuevo local ha corrido a cargo del dibujante Antonio Hitos, quien además será el encargado de estrenar este nuevo rincón cultural de Bilbo con la presentación de su último trabajo, ‘Ruido’.

(Marisol RAMIREZ | FOKU)

Poder haber colaborado con este gran artista ha sido para los responsables de Joker muy especial, como el propio Tarancón reconoce: «Antonio no es solo un grandísimo dibujante, sino que también tiene una gran capacidad de diseño y de visualizar espacios, tenía que hacerlo él», asegura. Los dos socios también tenían claro que debía ser un espacio diferente y, por eso, han dado mucha importancia a no hacer lo de siempre: «No queríamos el típico mural; por eso es un espacio muy diáfano, está muy ‘zen’ para tener posibilidad de hacer cualquier cosa», explica Tarancón.

El objetivo final de este nuevo espacio es dar al cliente todo lo que ellos siempre habían querido como lectores, recordando cómo fueron sus primeros pasos, tal y como indica Fernando Tarancón: «Yo pienso en lo que me hubiera gustado a mí cuando, con 15 ó 16 años me recorría las librerías, o iba a Barcelona o Madrid a buscar cómics… pues ahora lo que quería era regalarle al chaval un espacio en el que le van a aconsejar y en el que mirar las cosas con tranquilidad y con tiempo».

El responsable de la librería no tiene dudas de que este nuevo proyecto también va a salir adelante, gracias a la experiencia acumulada durante tantos años y a la ilusión con la que siempre han hecho las cosas, lo que les hace seguir dando pasos para seguir manteniendo viva su pasión por el mundo del comic: «Este es un trabajo muy exigente y, por eso, de vez en cuando, necesitas revulsivos para poder parar y mirar hacia dónde quieres ir, así van saliendo las cosas… ¿Necesitábamos realmente esto? Pues no, porque supone invertir más dinero y trabajar más. Pero quiero pensar que, aunque seamos cincuentones, todavía nos sigue quedando ilusión», concluye.