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Rusia da un ultimátum también a los miembros de Wagner presentes en Siria

Moscú ha extendido el ultimátum al Grupo Wagner para integrarse en el Ejército a los combatientes de esta compañía privada presentes en Siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, mientras el Pentágono asegura que alguno de sus líderes en el país árabe han sido arrestados.

Miembros del Grupo Wagner, en el levantamiento del pasado fin de semana en Rostov. (Roman ROMOJOV | AFP)

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha informado este miércoles de que las fuerzas rusas han dado un ultimátum a los más de 2.000 mercenarios del Grupo Wagner que se encuentran en Siria para que se unan al Ejército o abandonen el país.

El organismo, con sede en Londres e informantes en el país árabe, ha indicado que Moscú ha fijado un cronograma para desmovilizar a todos los contratistas sirios que combaten junto con el Grupo Wagner, aproximadamente unos 3.000 reclutas.

Previamente, un alto funcionario del Pentágono ha asegurado que la Inteligencia militar rusa ha arrestado a un número indeterminado de líderes del grupo de mercenarios en Siria.

En concreto, el diario 'The Wall Street Journal' ha asegurado que dos fuentes distintas han confirmado que los mercenarios de Wagner han sido trasladados a la base aérea de Jmeimim, operada por el Ministerio de Defensa ruso en la ciudad costera de Latakia.

República Centroafricana

Esto se produce en el marco de las dudas sobre el futuro de la empresa privada, liderada por Yevgeni Prigozhin. El Kremlin ha destacado este mismo miércoles que las operaciones del Grupo Wagner en República Centroafricana, uno de los países en los que tiene presencia el grupo, son un asunto interno de Moscú, y que mantendrá los asesores militares con los que cuenta en el país.

«Los asesores militares continuarán sus actividades en el número necesario y reclamado (por las autoridades centroafricanas)» ha indicado el Kremlin, antes de agregar que «las compañías (asociadas con el Grupo Wagner) tienen allí (en África) un negocio independiente y el Estado no tiene nada que ver con ello».

La rebelión del Grupo Wagner, liderada por Prigozhin, comenzó a última hora del viernes con la toma de la ciudad rusa de Rostov, sede del mando sur del Ejército, con la intención de dirigirse hacia Moscú para pedir explicaciones al Ministerio de Defensa por matar presuntamente a sus hombres en un bombardeo.

En pleno pulso con el Kremlin y a pocos cientos de kilómetros de Moscú, el convoy dio media vuelta en la tarde del sábado gracias a la mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, en un acuerdo para parar la revuelta.

El presidente, Vladmir Putin, les ofreció luego unirse al Ejército, salir al exilio en Bielorrusia o irse a su casa. Lukashenko confirmó la llegada de Prigozhin a Bielorrusia y no descartó utilizar la experiencia de los Wagner como grupo de asalto. Moscú, por su parte, levantó la investigación penal por el levantamiento, pero Putin apuntó que vigiliarán el uso de los fondos con los que ha financiado el grupo mercenario en los últimos años.