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La pasividad de Goia puede dar al traste con la cesión de La Cumbre como espacio de memoria

El proyecto para convertir el palacio de La Cumbre, en Donostia, en espacio de memoria y dignidad puede irse al traste a consecuencia de la pasividad del alcalde Eneko Goia, que no acaba de iniciar los contactos con el Ministerio del Interior para tramitar su cesión.

Juan Karlos Izagirre y Mertxe Aizpurua junto a familiares de Lasa y Zabala ante el palacio de La Cumbre. (Jon Urbe | FOKU)

El acuerdo alcanzado en junio de 2022 por el Gobierno español y EH Bildu en torno a la Ley de Memoria Democrática aprobada en octubre pasado incluía que el fuerte de Ezkaba, en Iruñerria, y el palacio de La Cumbre, en Donostia, pasaban a ser considerados espacio para la memoria.

A pesar de la transcendencia de lo acordado, el paso de ambos lugares a instituciones vascas ha sido diferente. Preocupa que el Consistorio donostiarra no haya realizado acercamiento alguno al Ministerio del Interior español para gestionar la cesión de La Cumbre, según ha podido saber NAIZ de fuentes conocedoras del proceso, especialmente cuando una hipotética victoria de la derecha extrema en el Estado español podría dar al traste con lo conseguido.

En el caso del fuerte de Ezkaba, empleado por el régimen franquista como cárcel para recluir a miles de presos antifascistas, en virtud del pacto presupuestario del 4 de noviembre de 2022 entre el Gabinete de María Chivite y EH Bildu, el Gobierno navarro se comprometió a iniciar conversaciones con el Ejecutivo español para acordar un convenio para su gestión como Lugar de Memoria.

Esos contactos cristalizaron en febrero en el anuncio por parte del ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, de que había un compromiso firme en este sentido.

Pocas semanas después del encuentro entre Chivite y Bolaños, se constituyó un grupo de trabajo para proceder a la declaración de Ezkaba como Lugar de Memoria, estableciendo la financiación y las actividades acordes con la recuperación, salvaguarda y difusión de la memoria democrática.

No ha sucedido lo mismo en el caso del palacio de La Cumbre, lugar donde guardias civiles a las órdenes del entonces coronel Enrique Rodríguez Galindo torturaron en 1983 a Joxean Lasa y Joxi Zabala, antes de ser tiroteados y arrojados a una fosa en la localidad alicantina de Busot. Se trata de un lugar vinculado a la tortura y la guerra sucia de gran simbolismo en la historia reciente de Euskal Herria, como han destacado diferentes agentes del país.

No se ha dado un paso

Desde que se anunciase el acuerdo, el Gobierno de Eneko Goia no ha dado un solo paso ante el Gobierno español, tal y como ha confirmado NAIZ. Según se pactó, la cesión del inmueble, así como de los terrenos, deberá realizarse en un plazo máximo de un año desde la entrada en vigor de la Ley, por lo que restan pocos meses para ello. El posible cambio en el Ejecutivo español debiera haber sido otro acicate para los responsables municipales, dada la simbología del espacio del que se habla en pleno auge del negacionismo por parte de la derecha y extrema derecha española.

En una declaración de urgencia, en junio de 2022, la alcaldesa en funciones y delegada de Urbanismo, la jeltzale Nekane Arzalluz, no se mostró entusiasmada por la posibilidad de que el palacio pasase a ser patrimonio municipal y llegó a decir que confiaba en que no supusiese «cargas gravosas para la ciudad».

Se trata de una finca de 17.800 metros cuadrados con sus edificaciones y jardines que fue durante años residencia del gobernador civil de Gipuzkoa. La Cumbre, en época del Gobierno Aznar, fue catalogada como bien de interés cultural y forma parte del Plan de Protección de Patrimonio Urbanístico y Construido de Donostia, con categoría de grado A, que es la máxima, lo que obliga al cumplimiento de severas condiciones para llevar a cabo trabajos de reforma.

«Recuperar esto para los donostiarras, para el Ayuntamiento y la ciudadanía es una buena noticia, además de por lo simbólico, porque conseguimos visualizar una realidad silenciada hasta ahora que han silenciado los poderes públicos», declaró la diputada de EH Bildu Mertxe Aizpurua tras el acuerdo con el Ejecutivo español. Además, incidió en que se abre «una ventana de oportunidad para poder reparar el sufrimiento y esa categorización diferente de víctimas que se está haciendo».

«Aquí torturaron a Lasa y Zabala, antes de llevarlos a Alicante y enterrarlos en cal viva», insistió Aizpurua, para añadir que, «además, Franco usaba este palacio para sus recepciones oficiales en sus temporadas de veraneo» en Donostia.

Hace un año, después de conocerse el acuerdo para la cesión, Pili Zabala reivindicó que el palacio de La Cumbre, donde su hermano Joxi fue secuestrado y torturado junto a Joxean Lasa por el GAL, sea «un lugar de memoria, como los centros clandestinos de detención de Argentina, que ahora son lugares y centros de memoria».

Hasta el momento, el Ayuntamiento donostiarra no se ha puesto en contacto con el Ministerio del Interior español para iniciar conversaciones, indican fuentes consultadas, paso previo a la tramitación de la solicitud formal de la cesión. A pesar de las sucesivas interpelaciones desde el grupo municipal de EH Bildu, Goia no se ha movido aunque es conocedor de que los plazos apremian.

EH Bildu interpelará a Goia

En este sentido, EH Bildu ha anunciado que en los próximos días registrará una interpelación en el Ayuntamiento de Donostia para pedir aclaraciones y preguntar a Eneko Goia «por qué no se ha puesto en contacto con el Gobierno español para hablar de la cesión del edificio de La Cumbre, teniendo en cuenta que el plazo de un año finaliza en octubre». Además, se le preguntará «qué pretende hacer con ese edificio y suelo que debería ser espacio de memoria, si ha elaborado algún proyecto o se ha puesto en contacto con otras instituciones para hablar de ello».

El senador de la coalición soberanista, Gorka Elejabarrieta, y los concejales en el Consistorio donostiarra Juan Karlos Izagirre y Olaia Duarte han visitado este jueves el palacio de La Cumbre. Desde ahí, han resaltado que la cesión acordado por EH Bildu en Madrid coincide con las reivindicaciones que desde hace años vienen realizando las asociaciones memorialistas. «Creemos que la transformación de este edificio en un espacio de memoria permitirá visualizar la realidad de la tortura, tantas veces negada y silenciada», ha declarado Elejabarrieta.

Por ello, creen que esta opción «abre una ventana hacia la esperanza de futuro, y no sería admisible que esa ventana se cerrase por dejadez o desinterés del Ayuntamiento de Donostia».