«Pese a estar protegido legalmente, mucho patrimonio industrial está en situación de abandono»
Pese a que en la última década auténticas joyas de la historia industrial vasca han sido legalmente protegidas, en la práctica muchas corren gran peligro e incluso algunas han sido derribadas. Javier Puertas, presidende de la Asociación Vasca del Patrimonio Industrial (AVPIOP), explica la situación.
En términos generales, ¿cuál es la situación del patrimonio industrial en Euskal Herria?
Veníamos de una época muy mala, en la que tras la crisis industrial de los años 80 se dio una importante regeneración urbana que se llevó por delante muchos elementos de patrimonio, especialmente en el Bilbao Metropolitano. La posterior burbuja inmobiliaria en la primera década del nuevo siglo también influyó en eso, porque muchas operaciones urbanísticas vieron una oportunidad de negocio en aquellos solares que habían sido utilizados por la industria. Aún así, conseguimos salvar algunas arquitecturas industriales que se pretendían demoler, como el Horno Alto nº1 de Sestao o los diques del Astillero Euskalduna, por nombrar algunos.
En la última década, sin embargo, hemos visto un cambio de tendencia y la situación del patrimonio industrial y de la obra pública en Euskal Herria nada tiene que ver con la de hace 20 años. La sociedad vasca está cada vez más concienciada sobre la importancia de preservar tanto el legado material como el inmaterial de la industrialización vasca. Además, conceptos claramente vinculados con la sostenibilidad o la reutilización cada vez tienen más calado. Desde AVPIOP no queremos que las arquitecturas industriales se queden «embalsamadas» y sin uso, sino que consideramos que la garantía de futuro es que se vuelvan a reutilizar con otros usos, pero manteniendo y respetando sus valores patrimoniales. Esto, como se ha visto en otras ciudades europeas, es perfectamente compatible.
Aún así, todavía queda muchísimo por hacer. Hay muchos elementos patrimoniales que están en peligro y desde la asociación tenemos muchos frentes abiertos y ámbitos de preocupación.
Uno de esos ámbitos de preocupación está en Punta Zorrotza, que además coincide con que en los próximos años se va a dar una reurbanización completa de la zona. Aquí preocupa especialmente la situación de los edificios Molinos Vascos y Talleres de Zorrotza.
Nosotros solemos denominar la zona de Punta Zorrotza y Burtzeña como la ‘Milla de oro del patrimonio industrial’, porque ahí se concentra un importante número de elementos protegidos con el máximo nivel de protección legal, como Molinos Vascos, Talleres de Zorroza, el Puente de Alzola, el cargadero de Orconera o la estación de la Robla en Lutxana.
La mayoría de los elementos patrimoniales están ya protegidos por la ley, por lo que en la reurbanización de la zona estos se van a tener que respetar. Sin embargo, lo que nos preocupa es el total estado de abandono en el que están Molinos Vascos y Talleres de Zorrotza, que es una de las fábricas emblemáticas de la primera industrialización del siglo XIX.
Lo que planteamos en esa zona es que la futura urbanización respete, reconozca y ponga en valor esos elementos. Que se reutilicen mirando al barrio, sabiendo además que la Asociación Vecinal de Zorroza es proactiva en la defensa de su patrimonio.
Como ha comentado, hay muchos edificios que están protegidos por la ley pero que, sin embargo, se encuentran en un estado de abandono total. ¿Qué es lo que está fallando?
Cuando surgió AVPIOP hace ya 40 años, nuestro principal objetivo era poner en valor el patrimonio industrial, y durante años hemos conseguido que se protejan por ley muchos edificios. Ahora, una de las mayores preocupaciones es que los elementos que están protegidos no se echen a perder por el abandono, que es lo que está pasando con muchos de ellos.
La ley claramente habla de un deber de conservación y otorga para ello obligaciones tanto a las administraciones públicas como a las personas propietarias de los bienes protegidos. Pero también da algunos derechos como estar exento del pago del IBI, así como ayudas económicas para poder realizar el mantenimiento adecuado. Sin embargo, a día de hoy, lamentablemente, algunos propietarios tienen en mente una visión especulativa de esos terrenos y casi me atrevería a decir que están esperando a que los edificios históricos se caigan para poder recalificar y llevar a cabo otros proyectos inmobiliarios.
Pero las administraciones públicas también son responsables. La ley dice que si el propietario no atiende sus obligaciones es subsidiariamente la Diputación la que tiene que hacer frente al mantenimiento y luego pasarle la factura al propietario. En este sentido, las diputaciones no están haciendo esa labor subsidiaria. Molinos Vascos es la punta del iceberg de este problema: Hace más de una década que venimos insistiendo en la necesidad de mantenimiento de la fábrica, especialmente de la cubierta que se está cayendo. A día de hoy, un juez ha admitido a trámite la denuncia por delito patrimonial. Habrá que ver qué pasa. Por parte de las instituciones, más allá de buenas palabras, no conocemos ningún proyecto concreto para reacondicionarlo.
«El proyecto de urbanización de Zorrotzaurre se está alargando muchísimo y algunos bienes patrimoniales se están quedando en un estado de abandono bastante preocupante»
Zorrotzaurre es otra de las zonas que preocupa. ¿Cuál ha sido aquí la actitud de las instituciones?
Es una situación compleja y, a veces, también bastante incomprensible desde nuestro punto de vista. Cuando hace ya bastantes años se presentó el proyecto de urbanización de lo que iba a ser la isla fue el propio Ayuntamiento de Bilbao el que nos encargó la elaboración de un estudio que identificase los edificios susceptibles de reutilización y de preservación. Tras un trabajo conjunto con ellos, finalmente el Ayuntamiento y la Comisión Gestora de Zorrotzaurre tomaron el compromiso tácito de proteger 19 edificios industriales para que se preservaran y se reutilizaran en esa futura isla. Más tarde, cuando el Ayuntamiento aprobó el Plan General de Ordenación Urbana, esos 19 edificios no aparecieron como edificios protegidos, evitando así que tuvieran una cobertura legal de protección. Presentamos alegaciones, pero nos contestaron negativamente.
Y lo más preocupante es que el proyecto de urbanización de Zorrotzaurre tiene unos tiempos que se están alargando muchísimo y en ese tiempo algunos de esos 19 edificios están quedando en un estado de abandono bastante preocupante. Algunos han sido expoliados y otros, incluso, derribados.
También han mostrado preocupación por la limitación a la navegabilidad de la ría de Bilbo que supondría el puente proyectado para el paso del tranvía a Zorrotzaurre. Entre otras cuestiones, no podrían llegar más barcos históricos a los diques del Itsasmuseum, perdiendo así este su esencia.
Para la asociación, la navegabilidad en la ría es consustancial a su razón de ser y a todo lo que ha sido el desarrollo, no solo industrial y portuario, sino económico y social de todo el entorno metropolitano de Bilbao. Además, en este caso estamos convencidos de que existen soluciones para que un puente no limite la navegabilidad en la ría, como ya se hace en diferentes ciudades del mundo con puentes móviles, y como ya se hizo en Bizkaia con el Puente Colgante a finales del siglo XIX. De hecho, recientemente la Diputación ha proyectado un puente móvil que unirá Erandio con Barakaldo. No entendemos por qué en el caso de Zorrotzaurre no se puede hacer algo así.
Urdaibai es otra de las zonas en la que han puesto las luces de emergencia.
Sí, aquí hay varios elementos patrimoniales que nos preocupan. Por un lado está la Tenería Vascongada de Forua, un auténtico tesoro patrimonial que está legalmente protegido con categoría de monumento pero que, sin embargo, está totalmente abandonado.
«En Urdaibai, como en otros muchos sitios, se están planteando nuevos proyectos dejando de lado el patrimonio histórico local»
Por otro lado, tenemos las edificaciones industriales que se ven afectadas por el proyecto del Guggenheim Urdaibai, como los astilleros de Murueta o la fábrica de cubiertos Dalia que durante los años 70 fue el mayor fabricante de cubiertos de Europa. La Diputación de Bizkaia ya ha licitado el proyecto de derribo de Dalia por un millón de euros. Alega que es una ruina industrial, pero no es verdad, Dalia es patrimonio y es culturalmente reutilizable, y eso es lo que queremos trasladar a la sociedad y es en lo que queremos insistir.
Estamos hablando de un entorno natural privilegiado, de una reserva de la biosfera, y por tanto creemos que, a la hora de plantear cualquier proyecto museístico, tiene que imperar aún más el criterio de reutilización y sostenibilidad. Este es un argumento más a favor de la reutilización de los elementos patrimoniales. Tenemos ejemplos en todo el mundo, como el Matadero de Madrid, CaixaForum en Barcelona, Oliva Creative Factory en Lisboa, Museo de Orsay en París, Tate Modern en Londres o la fábrica Lingotto en Turín. Son todas ellas antiguas instalaciones industriales que se han reutilizado precisamente para albergar proyectos museístico, artísticos.
Sin embargo, en Urdaibai, como en otros muchos sitios, se están planteando nuevos proyectos dejando de lado el patrimonio histórico local.
Muy reciente está el tema de la estación del Norte de Donostia, que databa del 1864 y el pasado mayo fue víctima de las excavadoras. En un principio, desde Lakua y ETS aseguraron que se mantendría «el valor histórico» del edificio, pero no fu así. ¿Preocupa que pueda pasar lo mismo en otras ciudades?
Este tema es terrible. En un principio pensábamos que se iba a mantener parte de la estación, pero lo cierto es que cuando ya vimos el desmontaje, en este caso de la marquesina de los talleres de Eiffel, empezamos a preocuparnos. No entendíamos nada, porque estaba protegida en el planeamiento municipal y no teníamos en este caso ningún conocimiento de que fuera a ser derribado todo el edificio. Estamos hablando de un elemento patrimonial muy importante, que trajo la modernidad a Donostia en el siglo XIX. La verdad es que ha sido un atentado cultural y patrimonial a todas luces, y un sinsentido.
Desde la asociación estamos muy preocupados con las afecciones que pueda traer la llegada del TAV a las estaciones terminales. En este caso se ha trasladado en medios de comunicación que la estación de Gasteiz se va a preservar, y aunque la de Abando (Bilbao) en un principio estuvo en tela de juicio, parece que al final también se va a conservar.
A pesar de todo, en los últimos años también ha habido noticias buenas, ¿no?
Así es. Durante años desde la asociación hemos trasladado la importancia de preservar parte de las instalaciones de una fábrica tan emblemática para Basauri como fue La Basconia. Afortunadamente, en los derribos de hace ya una década se consiguió salvar las naves fundacionales. Pese a ello, el edificio se encontraba en mal estado y, gracias al compromiso por parte del Ayuntamiento de Basauri y una enmienda de EH Bildu en los Presupuestos Generales del Estado de este año, se ha habilitado una partida de 4 millones de euros para rehabilitar estas naves. Ahora el Ayuntamiento está intentando que esa partida se guarde para los próximos años, porque las obras no se van a poder hacer en 2023.
Otra gran noticia la tenemos en el Horrno Alto nº1 de Sestao, que es nuestra «catedral industrial», un icono de la industrialización vasca. La pervivencia de este elemento patrimonial también tiene una larga historia. Ya en los años 90, cuando se derribó la fábrica de Altos Hornos de Vizcaya, desde AVPIOP conseguimos que se conservarse, al menos, un horno alto, que luego entró dentro del Plan Nacional de Patrimonio Industrial y con financiación de Madrid se consiguió rehabilitar parcialmente. Pero desde 2010 prácticamente ha estado en situación de abandonado e incluso ha habido robos que denunciamos ante la Ertzaintza. En 2021 se tomaron cartas en el asunto y se anunciaron una serie de inversiones para su puesta en valor. Es una buenísima noticia, y se prevé que para el año 2025 el Horno Alto esté totalmente rehabilitado y ya pueda ser visitable.
Además, en Ezkerraldea y Meatzaldea hay una apuesta clara por potenciar el turismo cultural-industrial que está posibilitando la financiación de numerosos proyectos de puesta en valor de patrimonio industrial como, por ejemplo, el diseño de rutas obreras, la puesta en marcha del depósito de patrimonio industrial mueble de Lutxana-Orkonera o el acondicionamiento del Museo Rialia de Portugalete, que pondrán en valor la historia de la industria vizcaina.