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El ocaso de Sayas

Sergio Sayas, durante una intervención en el Congreso español. (Alejandro MARTÍNEZ VÉLEZ | e)

Sergio Sayas es uno de los protagonistas de la campaña en Nafarroa. Tras ser elegido como diputado en la pasada legislatura por UPN dentro de la coalición Navarra Suma, desobedeció a la dirección de su partido, protagonizó un episodio de transfuguismo y ahora encabeza la lista del PP queriéndoles comer el pan del morral a quienes un día fueron sus compañeros.

Las encuestas incluso dicen que la candidatura de Sayas puede imponerse en Nafarroa y dejar sin representación a UPN en el Congreso por primera vez desde los tiempos de Jesús Aizpún. Si esto se produce, se abriría una nueva crisis en el seno de UPN, y ya van unas cuantas. En cualquier caso, pese a lo que digan las encuestas, resulta difícil de creer que el PP vaya a destrozar a UPN de una manera tan bestial.

De hecho, tanto Sumar como Geroa Bai basan buena parte de su campaña en la idea de que pueden arrebatar el quinto escaño, el último que se reparte en Nafarroa, al PP de Sayas. En este planteamiento, tendrían seguro su escaño seguro UPN, PSN y EH Bildu, aunque mal haría el electorado abertzale y de izquierdas en olvidar lo que costó mandar a Bel Pozueta al Congreso. Un mundo respecto a lo que señalan las encuestas. 

En cualquier caso, quede primero, segundo o quinto, el ocaso de Sayas ya ha comenzado. Su único valor político es ser un charlatán y que sus histriónicas intervenciones desde la tribuna del Congreso se hayan difundido hasta la saciedad en las redes sociales y en los medios de la derecha española. Las encuestas pueden equivocarse y Sayas puede dejar de ser diputado. Pero aunque lo sea, su estrella se ha eclipsado. Sería uno más de un centenar largo de electos del PP y sus intervenciones desde la tribuna serían escasísimas. Dejaría de ser la estrella derechista de los vídeos en Twitter, desaparecido entre un mar de diputados que ya no le reirán las gracias.

Si no es elegido diputado, probablemente le compensarán con algún cargo institucional de los de cobrar mucho y trabajar poco, pero sus exabruptos no interesarán ya a nadie. Como Toni Cantó.