INFO

Miles de bizkaitarras cumplen con la tradición de peregrinar hasta Begoña

Miles de bizkaitarras han vuelto a cumplir con la tradición de peregrinar hasta la colina de Artagan, donde se alza la basílica de Begoña. Tras la misa mayor, de nuevo, el alcalde de Bilbo, que ha confesado que tiene problemas de cadera, ha iniciado el baile del aurresku en homenaje al pueblo.


Sea por tradición o devoción, o simplemente por curiosidad, miles y miles de bizkaitarras se han acercado a la basílica de Begoña en la festividad de la Asunción de la Virgen. A pie o en cualquier transporte, cientos de peregrinos aguardaban a las puertas del templo a las cuatro de la mañana para participar en la primera de las quince misas que se van a oficiar este martes.

Es una vieja tradición que se remonta a 1880, poco después de que finalizase la última guerra carlista, en 1876. Antes ya se producían aunque, a partir de entonces, fueron adquiriendo ese carácter multitudinario. Año tras año se ha convertido en una cita ineludible para muchas personas que peregrinan desde todos los puntos de Bizkaia, algunos hasta suben descalzos desde el Casco Viejo bilbaino, a través de las Calzadas de Maiona, hasta Begoña. Un acto social para muchos y para otros una oportunidad de expresar públicamente su fervor religioso.

El aurresku que se baila luego tiene mucho que ver con aquel tiempo, ya que los dantzaris van ataviados con vestimentas extraídas de un famoso grabado de Genaro Pérez de Villa Amil de 1842.

En los aledaños, como es habitual, txosnas para reponer fuerzas a base de talo con txistorra regado con sidra y txakoli, churrerías, así como puestos en los que se han podido comprar las típicas rosquillas de anís, miel o pastel vasco. Tampoco han faltado en la explanada los puestos para comprar estampas de la Amatxu, rosarios o escapularios, o la lotería de Navidad de la Hermandad de Begoña. Cerca Zaporeak ofrecía camisetas para financiar sus campañas de apoyo a los refugiados que llegan a Europa.

En los soportales de la basílica, en un lugar privilegiado, han sido las madres mercedarias del monasterio de San José de Loiu y las carmelitas samaritanas del Sagrado Corazón de Arrate, en Eibar, las que han vendidos sus apreciados dulces, entre otras mercancías, incluidas participaciones de lotería.

Poco antes del mediodía, el alcalde Juan Mari Aburto, acompañado de concejales de PNV, PSE y PP, así como de la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, y de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, se han acercado hasta la basílica para participar en la misa mayor, que ha oficiado el obispo Joseba Segura. En el interior, como es habitual en esta cita, mucho calor que los fieles han tratado de paliar a golpe de abanico o con un pequeño ventilador.

Deseo de Aburto

A su conclusión, Aburto ha expresado su deseo de que en el inicio de su tercer mandato «sepamos captar bien las necesidades de la gente para dar una adecuada respuesta, para que sepamos atender a las necesidades de las personas, de todas las personas y ser capaces de generar una sociedad que sea más solidaria y más inclusiva».

«Estamos en un momento en que política tiene que ser sinónimo de generosidad, de colaboración y de compromiso», ha añadido. Además, ha elevado «un deseo muy especial para que las personas mayores se sientan queridas y para que los y las jóvenes puedan llevar adelante sus proyectos vitales».

Antes de participar en el Aurresku de Begoña, la Corporación municipal, a la que se han sumado ediles de EH Bildu, ha cantado el ''Gernikako Arbola'' junto al retoño que hay plantado en la trasera del templo.

A continuación, ante un público expectante, ha dado comienzo el aurresku que bailan dantzaris del grupo Beti Jai Alai de Basurto. Fue Jon Pertika, ya desaparecido, quien recuperó esta tradicional coreografía ahora hace 28 años.

Tras demandarle una dantzari su permiso, el primer edil se ha asido de la mano de un veterano en estas lides, Ramón Bañuelos, para arrancar con el baile. Tal y como había adelantado Aburto, previamente, no ha sido «fácil» por los problemas que le está causando la prótesis de cadera pero ha cumplido con el trance y el público le ha obsequiado con un aplauso.

Al ser preguntado a quién iba a tener en mente al bailar, Aburto ha respondido que a él le bailan muchos aurreskus, «y son siempre momentos muy especiales, pero es mucho más especial bailarle un aurresku a tu pueblo. Y yo a quien voy a tener en mente en este caso es a Bilbao y a las personas de Bilbao».