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¿Y si el tamaño del salón de tu casa condicionase tu opción electoral?

Hay votantes de izquierda con casas grandes y electores de derechas con viviendas pequeñas, pero la tendencia general, analizados los datos del 28M a través del filtro del tamaño de los hogares, no da lugar a sorpresas.

Viviendas y un cartel inmobiliario en la parte vieja de Donostia. (Jon URBE | FOKU)

No hay que dejarse llevar por la tentación. Un titular como «Dime cuántos metros tiene tu casa y te diré qué votas» podría haber tenido más éxito, pero hubiese sido falso. En la sección electoral con las casas más grandes de todo Bilbo –158 metros cuadrados de media– hubo 23 votos para EH Bildu y ocho para Podemos. Y en la que tiene las viviendas más pequeñas –50 metros de media, siempre según datos de Eustat–, el PNV obtuvo 92 papeletas y el PP 23.

Pensar que el tamaño de tu casa o el de tu cartera determina indefectiblemente tu voto es una simplificación peligrosa que no permite identificar lo que esconden los numerosos pliegues que conforman toda identidad política. Pero sería un error de parecido calado pensar que el tamaño de la vivienda no está relacionado, en términos generales, con la renta y que esta, a su vez, no condiciona la opción política de cada individuo. Tan cierto es que hay ricos que votan a la izquierda y pobres que optan por la derecha, como que los ricos votan más a la derecha y los pobres a la izquierda.

¿Y entonces por qué no gana siempre la izquierda? Aventuramos una hipótesis –el grueso de la población se sitúa material o aspiracionalmente en una difusa clase media en la que la renta no determina tanto el voto– y una realidad comprobada elección tras elección: los ricos votan más que los pobres.

El filtro del tamaño de la vivienda

Todo esto, poco sorprendentemente, queda reflejado en los gráficos de la página contigua. Son el resultado de cruzar los datos del tamaño de la vivienda media de cada sección censal con los resultados electorales de las municipales de mayo. Los datos de las casas son de Eustat, por lo que, desgraciadamente, solo hay información sobre la CAV. Por otra parte, se han elegido las capitales al considerar que en el ámbito rural el tamaño de la vivienda es condicionado por más variables.

Las secciones son unidades intramunicipales en las que se agrupan de 500 a 2.000 personas. Para elaborar los gráficos, se han dividido las secciones de cada ciudad en diez grupos iguales y se han ordenado por tamaño de vivienda. En cada una de uno de los grupos hay una cantidad parecida de gente, por eso lo que varía es la horquilla del tamaño de la casa. Es decir, hay mucha más gente con viviendas entre 70 y 90 metros cuadrados que entre 100 y 150. Por eso los intervalos del eje horizontal son algo irregulares.

Las tres ciudades muestran tendencias generales parecidas. EH Bildu, PSOE y, a mucha distancia, Podemos, obtienen mucho más apoyo en las secciones con las casas más pequeñas, mientras que PNV y, sobre todo, PP, logran su mejor desempeño en las secciones con las viviendas más grandes. También se detecta esta tendencia con Vox en algunos casos, pero el voto a la extrema derecha es tan residual que no da para análisis demasiado profundos. Pese a las tendencias generales, los datos de cada capital dan cuenta de sus particularidades y de su diferente correlación de fuerzas.

El PNV destaca en Bilbo, EH Bildu en Donostia y el empate en Gasteiz

La capital vizcaina es, en primer lugar, la que muestra una mayor brecha en cuanto a la participación. Entre las secciones con las viviendas más pequeñas y las que tienen las casas más grandes hay 18 puntos de diferencia en cuanto a participación. El 46% de los primeros votaron, frente al 64% de los segundos, cuando la media de la ciudad fue de un 56%.

Sin demasiada sorpresa, es la ciudad en la que el PNV mejor desempeño logra en las viviendas más pequeñas, señal de una hegemonía que, pese a resentirse en la última cita electoral, mantiene. Los jeltzales lograron entre un 31% y un 32% de los votos en esta franja, cuando la media fue del 36%. Eso sí, en la franja alta rozó el 40%. Este viaje es mucho más exagerado en el caso del PP, que va creciendo desde un exiguo 8% hasta un 25% en las viviendas grandes. Es su tónica general en todas las ciudades. El voto al PP en la CAV es un voto español de clase.

El recorrido es inverso en el caso de EH Bildu y PSOE, que van cayendo del en torno al 20% al 10%.

En Donostia es EH Bildu la que destaca. Domina ampliamente la mitad del tablero con las casas más pequeñas y, de hecho, el PNV no logra abrir brecha hasta llegar al 30% de los votantes con las casas más grandes. Son estos los que, en último término, marcaron la pequeña diferencia que dio el triunfo a Eneko Goia.

Por último, en el caso de Gasteiz, basta con ver el gráfico para observar que la tónica general entre los cuatro principales partidos es la igualdad. EH Bildu y PSOE se van turnando en un perpetuo empate en los primeros seis grupos, con PNV y PP a una distancia considerable. EH Bildu logra un pico determinante en el séptimo grupo, en el que las casas oscilan entre los 85 y los 87 metros cuadrados.

El empate a cuatro es casi perfecto en el octavo grupo –casas de entre 87 y 92 metros– y la desigualdad no llega hasta los dos últimos grupos, en especial al último, donde el PP vuelve a desmarcarse. En las casas más grandes de Gasteiz se vota de todo, pero sobre todo, se vota al PP.