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Feijóo, escogido por el rey para investidura pese al previsible 172-178

Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, ha sido escogido por el rey español para el primer intento de investidura, seguramente fallido teniendo en cuenta que cuenta con 172 síes y 178 noes difícilmente movibles. Pedro Sánchez ha mostrado su respeto.

Felipe de Borbón y Alberto Núñez Feijóo, en la Zarzuela. (Sebastián Mariscal | AFP)

Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, será el primer candidato a investidura tras el 23J. Así lo ha decidido el rey español, Felipe de Borbón, tras dos días de consultas en que tanto Feijóo como Sánchez se habían mostrado dispuestos a intentarlo ya, aunque sin ninguna convicción de éxito.

La decisión no parece ser cuestionada por Pedro Sánchez, que tras su reunión en Zarzuela a mediodía ha dicho que respetaría cualquier resolución del monarca. Para algunos observadores, su propuesta de postularse desde ya ha sido trasladada en realidad con la boca pequeña, puesto que Sánchez no vería con malos ojos un fracaso de Núñez Feijóo que agudice su ya débil liderazgo en el PP.

En rueda de prensa en el Congreso tras ser recibido en audiencia en Zarzuela a mediodía, Sánchez ha señalado que el proceso de investidura «no es un trámite de exhibición, sino que tiene la finalidad de lograr la mayoría suficiente», y por eso la alternativa del PP liderada por Alberto Núñez Feijóo la considera «una maniobra baldía» porque su investidura resultará «fallida».

«Sólo hay una mayoría parlamentaria posible, una mayoría progresista liderada por el PSOE. No hay otra alternativa que reeditar un Gobierno de progreso», ha proclamado sin dar pistas sobre qué compromisos está dispuesto a adoptar para lograrla.

«El señor Feijóo tiene un techo y nosotros partimos de un suelo», ha resumido.

Reencuentro PP-Vox

La ronda había concluido a primera hora de la tarde con la reunión del monarca español con Alberto Núñez Feijóo, como líder de la fuerza más votada el 23J. A su término, este ha confirmado lo que ya ha dicho desde el primer momento posterior a las elecciones: que está dispuesto a intentar la investidura, pero más por obligación que por convicción.

En rueda de prensa en el Congreso, ha dicho que da este paso con los avales que le otorga haber sido el candidato más votado en las elecciones, contar con el apoyo de 172 diputados de cuatro partidos y porque además en estas condiciones «es su deber» acudir a la investidura.

«Ningún partido dispone de mayoría absoluta», ha reconocido el presidente del PP.

Sobre su compleja relación con Vox, que parecía engrasada por los acuerdos autonómicos pero dio un traspiés en la sesión constitutiva del Congreso, Alberto Núñez Feijóo ha expuesto que mantienen «una relación de normalidad en el objetivo de defender nuestra nación».

La frase ha sonado a concesión ante la exigencia de Abascal de que no participe en ningún «cordón sanitario» hacia la ultraderecha. De hecho, el líder de Vox lo ha saludado así en Twitter: «Celebro que el señor Feijóo haya atendido las justas peticiones de Vox. Espero que, a partir de ahora, los enemigos de los acuerdos de gobierno entre PP y Vox se abstengan de volver a poner en peligro la construcción de la alternativa. Se abre una nueva etapa de colaboración entre dos formaciones muy diferentes, muy distantes, pero capaces de respetarse y ponerse de acuerdo cuando es necesario».

Antes, a primera hora de la jornada, el líder de Vox, Santiago Abascal, había confirmado a Felipe de Borbón que sus diputados votarían a favor de la investidura de Feijóo si fuera postulado, condicionando el apoyo a que el PP no participe en ningún «cordón sanitario» contra Vox.

Con ese movimiento, que parecía en duda la víspera, el líder del PP se garantiza 172 apoyos para una hipotética investidura, al sumar a los 137 diputados de su partido a los 33 de Vox, así como los del único diputado de UPN, Alberto Catalán, y la de la representante de CC, Cristina Valido. Pero su problema es que con ello no consigue mayoría absoluta y tampoco simple, puesto que en contra se situarán los otros 178 y no hay viso alguno de que esta cifra vaya a disminuir.

Felipe de Borbón: «Costumbre»

Ante el debate que pueda crear esta decisión, la Casa Real española ha emitido una nota explicativa. En ella argumenta que Feijóo se ha ofrecido a intentar la investidura y que «el PP ha sido el grupo político que ha obtenido mayor número de escaños en las elecciones».

«En ese sentido, conviene señalar que, salvo en la Legislatura XI, en todas las elecciones generales celebradas desde la entrada en vigor de la Constitución, el candidato del grupo político que ha obtenido el mayor número de escaños ha sido el primero en ser propuesto por Su Majestad el Rey como candidato a la Presidencia del Gobierno. Esta práctica se ha ido convirtiendo con el paso de los años en una costumbre», expone Zarzuela.

«En el procedimiento de consultas llevado a cabo por Su Majestad el Rey no se ha constatado, a día de hoy, la existencia de una mayoría suficiente para la investidura que, en su caso, hiciera decaer esta costumbre», concluye.

La Legislatura XI a la que se alude es la que se inició con las elecciones de finales de 2015. El PP ganó las elecciones como ahora pero no tenía mayoría, por lo que Mariano Rajoy declinó la propuesta real de concurrir a la investidura, al contrario de lo que ha hecho ahora Feijóo. Así las cosas, el rey no vio otra opción que postular a Sánchez, que fue rechazado. Las elecciones se repitieron.

Los plazos empiezan a correr

Controvertida o no, la decisión del rey tiene el efecto de empezar a hacer correr los plazos legales. Aunque la sesión de investidura aún no ha sido convocada por la presidenta del Congreso, Francina Armengol -que ha sido quien ha recibido y comunicado la resolución de Zarzuela-, se baraja que se celebre la primera semana de setiembre.

Se afirma Núñez Feijóo ha pedido tiempo a Armengol para emprender negociaciones en busca de más apoyos. Su clavo ardiendo parece ser el PNV, puesto que Aitor Esteban ha reconocido esta mañana en Radio Euskadi que el PP «insiste» con llamadas, pero la formación jelkide reitera que cierra la puerta a cualquier entente que incluya a Vox.

A partir de ahí, habría dos meses de plazo para alguna otra tentativa, en este caso de Pedro Sánchez. Y ya en caso de que tampoco consiguiera éxito se daría paso a la disolución de la Cámara y la convocatoria de elecciones, en un plazo de 47 días que las situaría algo antes de Navidad.

No sería una novedad porque ya ha ocurrido en los dos últimos ciclos electorales estatales, aunque en este caso todas las fuerzas de izquierdas y soberanistas se declaran comprometidas a intentar un acuerdo en torno a Sánchez para evitar una nueva opción de victoria a la alianza de las derechas.