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El Congreso de Guatemala no reconoce al partido del presidente electo

El Congreso de Guatemala ha acordado no reconocer a la bancada del Movimiento Semilla, del presidente electo, el progresista Bernardo Arévalo de León, tras la suspensión provisional decretada por la Justicia guatemalteca.

Bernardo Arévalo de León y Karin Herrera, presidente y vicepresidenta electos de Guatemala, respectivamente. (Johan ORDOÑEZ | AFP)

Los cinco diputados del Movimiento Semilla, incluyendo a Arévalo de León, han sido declarados como «independientes» debido a la decisión de la junta directiva del Legislativo guatemalteco, presidido por Shirley Rivera, diputada del partido oficialista Vamos.

Según ha informado la Junta Directiva del Congreso, se ha procedido con lo establecido por la legislación tras «lo decretado por el juez séptimo, que ordenó la suspensión del partido Movimiento Semilla».

Esto se produce después de que el Ministerio Público de Guatemala (MP) pidiera al Congreso la suspensión de la formación, por lo que ahora los diputados formarán parte de la llamada «bancada independiente} y no podrán constituirse como un único bloque legislativo.

Por otro lado, la Fiscalía de Guatemala ha abierto una investigación contra seis partidos políticos del país por presuntas irregularidades, una medida que llega poco después de que el Registro de Ciudadanos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendiera provisionalmente al partido político Movimiento Semilla, ganador de las pasadas elecciones.

Los partidos afectados por esta medida son Visión con Valores, Winaq, Voluntad, Oportunidad y Solidaridad, Mi Familia, Unión Republicana y Cambio. Según los fiscales, existen indicios de que estas formaciones han falsificado supuestamente firmas de afiliados y han informado de asambleas «inexistentes».

Así, han explicado que los hechos «no son aislados» y que cada agrupación política ha actuado en beneficio propio y por «fines particulares». La jefa de la Fiscalía de Delitos Electorales, Lizbeth Pérez, ha alertado de que estas irregularidades han «cobrado una mayor relevancia en el último proceso electoral».

«En las elecciones pasadas el fenómeno era la trashumancia, personas que se empadronan donde no tienen residencia para votar por un candidato, pero ahora es el fenómeno de las afiliaciones anómalas y las firmas falsas», ha apuntado, según informaciones del diario ‘Prensa Libre’.

Así, no ha descartado que estos partidos puedan ser objeto de suspensiones o incluso disoluciones en caso de que se hallen suficientes indicios que demuestren la comisión de delitos.