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Abandonar las etiquetas y encontrarse en el dolor

Un grupo de personas de Hernani, a quienes las violencias del conflicto atravesaron desde diferentes ángulos y de forma desigual, relataron las experiencias que han vivido en un proceso de diálogo restaurativo que tuvo lugar en 2022 para fomentar el entendimiento mutuo e impulsar la convivencia.

Las participantes del diálogo restaurativo compartieron sus experiencias con la ciudadanía en la casa de cultura de Biteri, en Hernani (Andoni CANELLADA | FOKU)

Desde el primer alcalde de Hernani tras la dictadura de Franco, de Herri Batasuna, hasta una exconcejala del PSE, incluyendo a más personas de varias sensibilidades políticas, todos y todas aparecieron en grupo ayer, desvestidas de «etiquetas», ante las hernaniarras expectantes en la casa de cultura Biteri. Y se presentaron como «amigos». Aunque no de toda la vida.

Este grupo de doce personas se conoció el pasado año, entre el 26 y el 30 de mayo, aunque probablemente todos sabrían «de qué pie cojeaba cada uno», como apuntó uno de ellos; Hernani no es un pueblo grande. Son seis hombres y seis mujeres que participaron en un proceso de diálogo restaurativo y de convivencia, y presentaron los resultados ayer. No con un texto consensuado ni una declaración formal, sino con las experiencias que cada persona vivió durante el proceso.

En el origen del proceso que culminó ayer por la tarde está la determinación de un grupo de ciudadanos y ciudadanas que en en 2014 impulsó la Iniciativa Ciudadana por la Convivencia o el Foro de Hernani. Entre 2019 y 2022, este foro organizó un proceso de escucha activa con varios hernaniarras que relataron cómo vivieron el conflicto vasco. De este proceso se conformó un grupo más diverso, de doce personas de trayectorias vitales e ideológicas diversas, que mantuvieron sendos diálogos en mayo de 2022 con el objetivo de conocer los efectos que han tenido las violencias del conflicto en Hernani y entre sus vecinos y sus vecinas. Este diálogo restaurativo se realizó con el facilitador internacional Duke Duchscherer –con experiencia en Nepal, Nigeria y Ucrania– y el catalán Viçens Rul·lan, experto en resolución de conflictos y mediación.

Según explicó Duchscherer, que conectó online con el acto de ayer, las doce personas que accedieron a participar en este proceso «íntimo y emocionante» no salieron igual que entraron. La primera vez que accedieron al colegio Salestarrak Magale de Urnieta, donde se reunían, lo hicieron «con tensión y con algo de miedo». «Al final, era como una reunión de viejos amigos», celebró el mediador.

Según explicó el facilitador Duchscherer, los participantes comenzaron el proceso con «tensión y miedo» pero, al final, «eran como un grupo de viejos amigos»

Precisamente, las integrantes del grupo confesaron tensiones y miedos cuando Aitziber Blanco, moderadora de la presentación y participante del Foro de Hernani, les preguntó cómo recibieron la invitación para participar en el círculo de diálogo. Juanjo Uria, exalcalde de la localidad por HB, dijo que la acogió con «ilusión» «No sabía con quiénes me encontraría, me imaginaba que seríamos todos de ideologías diferentes, que habríamos estado en trincheras distintas. Yo quería escuchar la voz de todos los dolores y creo que fue ese el motivo que me empujó a participar», recordó.

No obstante, la mayoría de las participantes confesó que tuvo dudas al principio. «¿Dónde me meto?» pensó, desconfiado, Elias Miner, hermano del preso Imanol. Estefanía Morcillo, exconcejala de Hernani por el PSE, confesó que veía el proyecto con cierto escepticismo. «Me resultaba duro recordar ciertos aspectos de mi vida en Hernani. Tenía miedo. No sabía con quién me iba a encontrar», relató.

Juanjo Uria: «Primero hubo respeto, y el respeto trajo la confianza. Todo esto lo hemos hecho mirándonos a los ojos»

Y se encontró con Elias Miner. Duke Duchscherer propuso un ejercicio al grupo: cada uno debía elegir a un miembro para que escuchara su relato más atentamente, para que después resumiera su experiencia. Miner eligió a Morcillo, porque sabía que estaba en sus antípodas políticas, «al otro lado», dijo él. «El conflicto, todo lo que has vivido, te condiciona la vida. Y hablando con Estefanía, me di cuenta de que su vida también está condicionada. En ese punto nos encontramos. Fue el momento más duro, y el más dulce», recordó. Morcillo describió el entendimiento como «una catarsis»: «Cuando nos despojamos de las etiquetas y nos quedamos exclusivamente con las personas, vemos que estamos mucho más cerca de lo que pensamos».

Estefanía Morcillo: «Cuando nos despojamos de las etiquetas y nos quedamos con las personas, vemos que estamos cerca»

«La convivencia es posible»

Durante el acto de ayer en Biteri había una silla vacía. Era la de Lourdes Tranche, que participó en las conversaciones por la convivencia y falleció en junio. Ella fue la encargada de recoger por escrito lo que los doce miembros contaban en las reuniones, y también escribió sus sensaciones. «He visto que nos hemos escuchado con empatía, sin etiquetas, sin complejos. La metodología me gustó: escuchar sin pensar en rebatir. Ojalá este no sea más que el comienzo de un nuevo clima en nuestro pueblo», sonó en el auditorio, a través de la voz grabada de su hija.

Las doce personas que participaron en el proceso de diálogo –Rosa Pellejero, Elias Miner, Maddi Ugartemendia, Itziar Egiguren, Leo Lecuona, Jon Navarro, Estefanía Morcillo, Lourdes Tranche, Juanjo Uria, Iratxe Ugalde, Kepa Pikabea y Felipe Etxeberria– coincidieron en señalar que este tipo de iniciativas tienen un poder reparador no solamente en los individuos, también en las sociedades. Para ellos, demuestra que la convivencia entre diferentes es posible.

Maddi Ugartemendia: «En Hernani hemos solido vivir con etiquetas. Tenemos que dejar eso y ver a las personas»

Así lo resumió Itziar Egiguren: «Hemos dejado de lado las etiquetas y la sorpresa ha sido que nos hemos unido. Ha habido experiencias muy duras, las hemos compartido, las hemos escuchado y, ahora, consideramos que somos amigos. Así que la convivencia es posible».

Cada integrante del grupo se ha llevado algo diferente de la iniciativa impulsada por el Foro de Hernani. Por ejemplo, el expreso Kepa Pikabea manifestó que se quedaba con «la humanidad» de sus compañeros y compañeras. Leo Lecuona se alegró de haber participado en «esta experiencia maravillosa». Rosa Pellejero constató que si existe «la libertad de hablar y de escuchar se pueden dar pasos en la sociedad».

Por último, un llamamiento con vistas a futuro. «En Hernani hemos solido vivir con etiquetas. Tenemos que dejar eso y ver a las personas. Que los que vengan no tengan que pasar por esto», revindicó Maddi Ugartemendia.