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Avance simbólico para el aragonés que despierta la ira de la aragonesfobia

El aragonés podrá escucharse por primera vez este martes en el Congreso, al igual que el euskara, catalán, gallego o asturiano. Se trata de un gran paso simbólico para una lengua amenazada de extinción, que también ha provocado reacciones furibundas que cuestionan su misma existencia.

Palacio de la Aljafería de Zaragoza, sede de las Cortes de Aragón, donde está vetado el uso del aragonés. (Fabián SIMÓN | EUROPA PRESS)

A partir de este martes, en el Congreso español se podrá intervenir en euskara, catalán y gallego con traducción simultánea. Asimismo, las lenguas que no tienen carácter oficial, como el aragonés o el asturiano, podrán ser utilizadas pero con el recurso de la «autotraducción». Es decir, el propio diputado interviniente tendrá que trasladar al castellano su discurso en aragonés o asturiano.

En el proceso de normalización de euskara, catalán o gallego, que se puede intervenir desde la tribuna de la carrera de San Jerónimo puede parecer algo anecdótico, pero en el caso del aragonés ha logrado visibilidad para una lengua que aparece en el listado de la Unesco de idiomas con riesgo de desaparecer.

Paradójicamente, mientras se podrá hablar en aragonés en el Congreso español, esta lengua sigue estando vetada en la Cámara de su territorio, las Cortes de Aragón.

 

Jorge Pueyo, diputado de CHA elegido por Zaragoza dentro de la lista de Sumar, ya ha mostrado su voluntad de hablar en aragonés en el hemiciclo de Madrid, tal y como ya lo había anunciado en la campaña electoral. Se trata de un defensor de esta lengua, utilizándola habitualmente en redes sociales y presentando un programa , "A escampar la boira", en Aragón Televisión, que era una flor en el desierto. 

Pueyo expuso su planteamiento en una rueda de prensa en el Congreso, destacando la persecución que había sufrido el aragonés también tras la muerte de Francisco Franco. «El aragonés es nuestra forma única de ver y entender el mundo», señaló.

«Es la lengua de nuestros padres y de nuestros ancestros. Históricamente ha sufrido una grave represión, que no acabó en el franquismo», destacó, antes de explicar que algunos de sus compañeros habían padecido que «profesoras les decían que necesitan un logopeda por decir palabras en aragonés». Pueyo nació en 1995.

«Hay profesoras que nos han llamado paletos en el instituto por hablar en nuestra lengua», denunció el diputado aragonés, que añadió que «esta discriminación ha provocado lo que técnicamente se conoce como diglosia, que la gente tenga vergüenza de hablar su lengua».

Desde este punto de vista, Pueyo calificaba de «histórico» que el aragonés pudiera tener su espacio en el Congreso, aunque sea con autotraducción, ya que simbólicamente supone un prestigio social para una lengua en peligro de extinción.

Reacciones que cuestionan la lengua

Sin embargo, junto a las felicitaciones, en las reacciones en las redes sociales ha aflorado una profunda aragonesfobia, con mensajes como «llevo viviendo 40 años en Zaragoza y nunca he oído hablar en aragonés» o poniendo en cuestión la realidad científica de que es un idioma diferente al castellano (y al catalán) intentando reducirla al acento impostado de las películas de Paco Martínez Soria.

Otro de los elementos que la aragonesfobia ha empleado en las redes sociales ha sido cuestionar que esta lengua haya sufrido persecución alguna, ni siquiera durante el franquismo, y que si se no se habla es porque la gente no lo quiere o no le es útil en una sociedad moderna. Es decir, que es de «paletos», como le decían a Pueyo y sus compañeros.

En este hilo de X recogen testimonios de la represión padecida por el aragonés.