Feijóo pierde su primera votación y se enreda con el PNV y EH Bildu
El primer intento de Alberto Núñez Feijóo para ser investido presidente español resultó fallido, tal y como se preveía. Recibió solo el respaldo de Vox, UPN y CC. Se enzarzó con Aitor Esteban, a cuyo partido acusó de poco coherente, y con Mertxe Aizpurua, con quien mantuvo un tenso duelo verbal.
No hubo sobresaltos. Fue la crónica de una derrota anunciada por el propio candidato. Alberto Núñez Feijóo, el primer aspirante del PP a presidir el Gobierno español desde 2016 perdió la primera votación de la sesión de investidura por 178 a 172 votos. Mañanase celebrará la segunda vuelta, en la que podría ser investido por mayoría simple, es decir, no hace falta la mayoría de 176, pero solo un milagro cambiaría el resultado.
En el pleno de ayer cristalizó lo que el bloque plurinacional venía repitiendo: el Partido Popular no pudo sumar ni un solo apoyo extra desde agosto pasado y, técnicamente, solo un escaño con respecto a lo que se daba por descontado después de las elecciones. Se sabía que Vox y UPN iban a apoyar el cambio de Gobierno sea como fuere y la única novedad fue la firma, hace mes y medio, de un acuerdo con Coalición Canaria, que ostenta solo un escaño por la circunscripción de Tenerife.
Las primeras repercusiones tras la derrota en la votación en la que tenía que lograr mayoría absoluta fueron optimistas o, al menos, eso quiso dar a entender Génova. Uno de los miembros de la Ejecutiva y también diputado reflexionaba en el patio del Congreso que el éxito era «mostrar que hay un proyecto alternativo y un candidato sólido» y que intentarán «normalizar» el buen trato con otras fuerzas para que la gente vea que se pueden «saludar entre los dirigentes y llevarse bien a pesar de las discrepancias».
Feijóo realizó en las dos sesiones varios llamamientos a retomar los tiempos de los pactos transversales y fustigó al PSOE por haber cambiado su actitud desde 2015. Sobre el partido de Pedro Sánchez, el PP reiteró las críticas por acordar que su ponente en la sesión fuera Óscar Puente, el lenguaraz exalcalde de Valladolid. «Se equivocaron por las formas y por el contenido del discurso», machacaron en el PP.
La «sorna» gallega
Sin embargo, lo que pregonaron los voceros conservadores no fue justamente lo que hizo Feijóo en su segunda jornada, en la que aceleró aún más su tono de confrontación, incluso con aquellos a quienes intentó seducir para que torcieran su voluntad y le facilitaran una abstención para ser investido. Es decir, con el PNV y con Junts.
La mañana comenzó con la intervención de la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, quien le informó sobre su negativa a votar al PP por tres principios: «antifascismo, defensa de la clase trabajadora y libertad de la nación». Además, le criticó por negar «la existencia» de la nación vasca, no respetar la lengua, negar «la pluralidad, diversidad y los derechos laborales». «Ustedes no son ni serán una opción para los vascos y vascas. Rozan la marginalidad porque Euskal Herria es profundamente antifascista. El rechazo a las ultraderechas, tengan las siglas que tengan, es un consenso social casi unánime», le recordó.
Luego llegó el turno del portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien explicó a Feijóo que si contaba los votos jeltzales «tenía que restar los 33 de Vox» y le sugirió que no puede «hacer como que Vox no existe» porque se trata «de una ballena de tamaño difícil de ocultar». Además, afirmó que en la política europea no ha caído bien la señal que envió el PP pactando gobiernos autonómicos con la ultraderecha.
Feijóo respondió en un solo turno a ambos ponentes. Cuestionó con dureza a EH Bildu y habló como si ETA siguiese existiendo al referirse con un «ustedes» (por EH Bildu) cuando mencionaba hechos del pasado. Insistió en la muletilla de que la formación independentista no quiere condenar la violencia y le desafió: «Yo no quiero sus votos, se los dejo a Sánchez».
Con Esteban, el duelo fue peculiar porque, en tono socarrón, le espetó que el PNV está perdiendo fuerza electoral ante EH Bildu; marcó las incoherencias que, a su entender, tienen los jeltzales cogobernando con el PSE, por ejemplo con la Ley de Vivienda, y que le pidan un ajuste a derecho al Rey que no le reclaman a Puigdemont.
«Como a los vascos les gusta hablar claro, así lo he intentado. Me sorprende el capote a Junts, que va a decidir el presidente de España. Me da la sensación que con Puigdemont allí no han conseguido muchos votos. Porque esos votos ya los tiene Bildu... y creciendo».
Las caras de Esteban y sus colegas de bancada no ocultaban el disgusto. Siendo uno de los parlamentarios más veteranos y respetados de la Cámara, el portavoz jeltzale no está acostumbrado a que desde el atril se hurgue en las contradicciones y flaquezas de su formación.
«Ustedes deberían acostumbrarse a la sorna gallega, les voy diciendo», dijo Feijóo desde el atril, con mueca sonriente e irónica, y aseguró decir todo desde una pretendida «cordialidad» o «respeto», palabras que reiteró como si fueran vaselina verbal antes de la puñalada.
Esteban no pensó lo mismo. Mirándole a los ojos con enfado, replicó: «Esto es una maratón y seguiremos hablando. Hoy usted ha hecho más amigos. Nada más».
Luego fue el turno de los tres integrantes del Grupo Mixto. Alberto Catalán (UPN), quien le ratificó su apoyo, fustigó al PSOE, pidió defender la foralidad porque atacarla «es atacar la españolidad de Navarra» y afirmó que su deseo es eliminar la posibilidad constitucional de que Nafarroa pueda anexionarse a la CAV.
Néstor Rego (BNG) recordó la gestión, los ajustes y la política lingüística de Feijóo cuando fue presidente de la Xunta de forma muy negativa. Y tras él, llegó el apoyo de Cristina Valido, de Coalición Canaria, quien quiso desmarcarse del bloque de las derechas. «Este no es un apoyo ideológico», aseguró, para señalar que obedece al compromiso de Feijóo con «la agenda canaria».
Cuca Gamarra, portavoz del (PP), hizo una encendida defensa de su candidato y aseveró que «no existe una mayoría progresista» en la Cámara, sino «una minoría secesionista» utilizada por Pedro Sánchez. «España es un Estado autonómico, ni federal, ni confederal, ni plurinacional. Si quieren debatir el modelo territorial puede hacerse en el marco constitucional», señaló.
A la hora de la votación, PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG votaron en contra de Feijóo, sumando 178 rechazos. Mañana viernes, a las 13.00, se iniciará la segunda votación, en la que solo necesita mayoría simple. Salvo un imponderable tamayazo anhelado por el PP, la izquierda española y los soberanistas vascos y catalanes volverán a frenar a la derecha.