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Entrevue
Peio Goikoetxea
Corredor del Euskaltel-Euskadi

«Quería ser ciclista, lo he sido por mi cabezonería y así he estado seis años en el Euskaltel»

El ermuarra ha decidido dejar a los 31 años el ciclismo profesional al no poder compaginarlo con su paternidad tras el nacimiento de su hija Amets en marzo. Se despide de la carretera, pero desde este sábado empezará a competir en Burgos en el calendario de ciclocross porque no deja de ser ciclista.

Peio Goikoetxea se despide satisfecho con sus seis años como ciclista de Euskaltel-Euskadi. (Indomit Visuals/FUNDACIÓN EUSKADI)

Peio Goikoetxea destaca que ha sido ciclista por cabezonería, que es lo que le llevó a recalificarse tras su primer salto al profesionalismo con el Postobón en 2016 y a seguir con un riñón después de haber anunciado que la enfermedad le obligaba a dejar la bicicleta pocos meses después de que Mikel Landa lo llamara para formar parte del primer equipo continental de la Fundación Euskadi en 2018.   

¿Por qué decide dejar el ciclismo profesional?
La vida me ha puesto en esta situación. Quería seguir en bicicleta, el año pasado sabía que iba a ser padre y mi intención era compaginar la paternidad con ser ciclista, pero la realidad me ha dicho, o que no tengo el nivel o que no puedo gestionarlo, y he priorizado a las de casa y buscar un trabajo que sea más acorde a mi situación.

Estamos en un ciclismo de números y he sido un ciclista que no he tenido números. He salido adelante por saber correr o por ser más ciclista, pero ahora, si no tienes números, no puedes estar adelante y no puedes hacer las otras cosas bien.

En su comunicado de despedida se acordó de los que le ayudaron en sus comienzos en la escuela de Mallabia, de la familia Lasuen en Ermua y de su etapa amateur en Debabarrena, Baqué y AMPO...
Sobre todo con la situación de este año, que no se podían sacar carreras de aficionados, juveniles, cadetes... me ha sido fácil acordarme de ellos, de gente que trabaja como voluntaria sin recibir nada a cambio y se lo agradezco porque gracias a ellos pude hacer mi camino y tener facilidades para cumplir mi sueño

Empecé en Mallabia en la escuela, pero nos quedamos solos mi hermano y yo y tuvimos que ir a Ermua. Pasé por Debabarrena, en Baqué en mi último año sub'23 tocó la época en la que desapareció Euskaltel, no había equipos para subir. Salió Murias, pero no había buenas alternativas. Había ganado carreras, pero no tuve una salida.

Su camino no ha sido fácil.
Hice mi primer año élite en AMPO, pasé al Postobón colombiano, volví al AMPO y tras mi tercer año élite en 2017 salió el Euskadi con Mikel Landa. Muchas veces he comentado que sigo en el ciclismo porque he querido yo, porque el ciclismo me ha dejado muchas veces. Me tuve que recalificar, en 2018 tuve la lesión... Por una cosa u otra he seguido por cabezonería.

«Mi instinto me ha llevado a seguir. No ha sido el camino más fácil, pero sí un camino bonito del que estoy contento»

Mi instinto me ha llevado a seguir y siempre me han apoyado en mis decisiones. No ha sido el camino más fácil, pero sí un camino bonito del que estoy contento. Quería ser ciclista y lo he sido por mi cabezonería, he sacrificado muchas cosas y he estado seis años en el Euskaltel. Quién le iba a decir al chavalillo que iba a ver el Tour que haría seis años de naranja...

AMPO y Mikel Gaztañaga han sido claves al hacerle un hueco por dos veces en el equipo como élite en 2015 y al final de 2016 y 2017, que no es normal porque no se suele fichar corredores de tanta edad.
Sigo teniendo relación, son la gente con la que más hablo, más pido consejo, muy buenas personas. He pasado dos veces a profesionales con Mikel Gaztañaga de director, siempre me ha apoyado, ha creído mucho en mí y hemos hecho buen equipo.

Cuando dejé Postobón me recalifiqué en AMPO ese año en agosto para ayudar a los chavales porque me habían ayudado a pasar. Mi idea era hacer un año de amateur y quedarme tranquilo porque con Postobón no corrí muchas carreras. Tenía la sensación de que aún tenía ciclismo, que podía ayudar a los chavales y me salió un año muy bueno.

Dominé la categoría, me marchaba cuando quería. No gané muchas carreras porque no guardé para disputarlas, corría para disfrutar, pero en verano gané el Campeonato de Euskadi y una etapa en la Vuelta a Segovia, junté unas carreras que me salieron muy bien y ganar al campeonato de Euskadi me facilitó pasar con la Fundación Euskadi.

Porque ese año hablábamos y se había marcado ese verano como última oportunidad de pasar a profesionales y se la dio Mikel Landa.
El día que me llamó corría un amigo el triatlón de Zumaia, estaba con un helado viéndolo. Entonces no sabíamos seguro si el equipo iba a salir porque había rumores. Esa llamada ha marcado mi carrera.

«Mikel Landa me dijo que "si has ganado en el Santuario de Oro el campeonato de Euskadi tienes que estar en mi equipo"»

Le conocía a Mikel, había coincidido alguna vez, y me dijo que Amets Txurruka le había dado mi número porque solía entrenarme con él y que le había hablado bien de mí, que era una buena persona. Me dijo que "si has ganado en el Santuario de Oro en mi pueblo en el campeonato de Euskadi tienes que estar en mi equipo". Gracias a eso he hecho mi camino, me han salido las cosas insistiendo y estoy muy agradecido por todo lo que me ha pasado.

Pero para eso tuvo que superar un problema que llevó a extirparle el riñón izquierdo a los pocos meses de debutar con la Fundación Euskadi en 2018.
Había hecho un 2017 muy bueno, pero en la pretemporada 2018 no podía estar en forma. Corrí en marzo Tro Bro Léon y no corrí más porque terminaba las carreras muy mal. Fui al hospital a hacerme pruebas porque me dolía todo el cuerpo y fue otro momento en el que piensas que es el final como con Postobón, como al final de temporada de 2017 cuando creía que no iba a pasar. Fue el tercer momento que pensaba que se me acababa la carrera. Te quitan un riñón y se me hizo la bola muy grande.

Llegó a anunciar en agosto de 2018 que dejaba el ciclismo...
Yo no sabía cómo actuar ni qué iba a pasar. Los médicos en principio me dijeron que lo iba tener muy complicado y por eso saqué el comunicado. Me pidieron que lo hiciera. Ahora no lo hubiese sacado, lo habría hecho más privado para andar más tranquilo. Estaba muy enfermo, pero fue operarme y desde el principio me sentí sano, tenía ganas de hacer de todo, estaba bien. Sí que creo que desde entonces mi rendimiento ha cambiado a un ciclista menos explosivo y más trotón, pero no he tenido problemas, he hecho vida normal y estoy sano.

«Debo estar agradecido al equipo, es cuando mejor se han portado. Me dijeron que "si crees que puedes seguir tienes un hueco"»

Sobre todo tengo que estar agradecido a la Fundación Euskadi, es el momento en el que mejor se han portado. Me dijeron que "si crees que puedes seguir tienes hueco en el equipo".

Es uno de los cuatro corredores junto a Gotzon Martín, Ibai Azumendi y Txomin Juaristi que ha estado en los seis años del equipo en la élite.
Hace ocho años vine a Errenteria con mi pareja, llevo seis en el equipo y mi cuadrilla han sido mis compañeros, con los que me he entrenado y con los que más relación he tenido. Por eso al despedirme hablaba de mi familia naranja, porque han sido con los que he compartido el día a día.

Los últimos años con Mikel Iturria es con el que más he compartido entrenamientos, pero me dicen que Maialen es mi novia y Mikel Bizkarra mi novio, porque hemos hecho un montón de concentraciones de quince días juntos. He estado con él más tiempo que con los de casa. Es otra buena persona que me he encontrado en el camino.

Ya antes de pasar me decía en aquella entrevista en 2017 que pensaba que podía ser un buen gregario y lo ha sido.
Nunca he sido un escalador, me he tenido que buscar la vida en otros terrenos y mi rol siempre ha sido el de gregario. Se me daba bien ayudar a los compañeros, mi protagonismo ha sido buscar escapadas y premios secundarios.

He tenido que estar en una forma lineal toda la temporada. No he tenido nunca un punto de forma para disputar. Todo el año he estado parecido para ir rellenando huecos y cumplir casi siempre con mi trabajo. En ese rol he estado bien seis años y lo han valorado pese a no lograr ningún resultado. Nunca me he quejado por nada ni he generado una dinámica negativa. Siempre he aportado algo en positivo.

«Mi gasolina ha sido el respeto que me tenía el equipo, lo que agradecían lo que hacía por ellos dentro y fuera de carrera. Me llena»

Porque no ha sumado un punto UCI, pero siempre ha sido muy valorado en el equipo.
Mi gasolina ha sido el respeto que me tenía el equipo, lo que agradecían lo que hacía por ellos dentro y fuera de carrera. Es lo que me ha llenado, es el motivo por el que me da pena dejarlo. Todos los días al llegar al autubús de uno en uno me han dado las gracias por quitarles el aire, por subir bidones o por cerrar un hueco. En todas las carreras me lo han agradecido.

Me acuerdo que con Xabier Mikel Azparren, cuando ganó y se puso líder en Alentejo, me pasé toda la vuelta tirando del pelotón para tener luego el máximo de compañeros al final si atacaban. En la entrega de premios, que acabó segundo, le regalaron una cesta enorme de productos y me la dio a mí porque me pasé toda la carrera tirando, fue un detalle.

¿Cómo ve el ciclismo actual con la pelea por los puntos?
Se ha complicado mucho. Todo es más competitivo y es uno de los motivos por el que lo dejo. El nivel que exige ahora la competición por los puntos y todo te obliga a dedicarte al 100%. Los equipos World Tour van de carreras a concentraciones en altura y no puede competir con ellos una persona como yo que está en Errenteria, sale a entrenarse a la mañana y está a la tarde con la niña. Tampoco tengo números y se ha complicado muchísimo la labor del gregario con los puntos. Si antes íbamos a la escapada casi todo el equipo ahora vamos dos porque los demás se reservan para sacar puntos. Para un gregario debes tener un líder muy grande si no sacas puntos.

¿Le apena no haber corrido Itzulia o la Klasikoa?
Si me ha dado pena, pero te fijas en el nivel que hay y casi mejor. He corrido Ordizia, Getxo e Indurain. De todas mis carreras me quedaría con el Tour de Omán de 2022, me salieron todas las etapas muy bien, gané la combatividad y ayudé al equipo para disputar la general y las llegadas. Es donde más he notado que me han felicitado por alguna carrera.

«Dejo el ciclismo muy tranquilo porque he hecho lo que me ha pedido el cuerpo, lo que me ha gustado desde que era un niño»

¿Qué balance realiza de su etapa como ciclista profesional?
Muy bueno. Dejo el ciclismo muy tranquilo porque he hecho lo que me ha pedido el cuerpo, lo que me ha gustado desde que era un niño. En la ikastola quería ser ciclista, he conseguido serlo y con 31 años me voy contento. Es un privilegio.

¿Cual es el plan de futuro?
Todavía no tengo nada claro. Mi idea hasta diciembre es disfrutar en las carreras de ciclocross los fines de semana. Quiero disfrutar del ciclismo que más me gusta y aprovechar que he sido profesional hasta ahora, estoy fino, en forma y disfrutas más. Puedo aportar corriendo las carreras de casa porque los organizadores hacen un gran trabajo y es la disciplina que más me gusta. Tengo la intención de correr ciclocross todo el invierno desde este fin de semana en Medina de Pomar y Villarcayo y luego sentarme y ver qué hacemos.

¿Se plantea disputar el ciclocross tras dejar la carretera como hizo Aitor Hernández, por ejemplo?
Al final profesional no voy a ser, pero ciclista lo seré toda la vida y ciclocross correré más de una temporada. Lo que no sé es a qué nivel. Me gusta mucho y se me daba bien al inicio, que fui subcampeón de España cadete y junior por detrás de Jon Ander Insausti, que me ganaba en todos los sitios, y fui a un Mundial junior...