INFO

Neonazis, racismo y desinformación tiñen el referéndum sobre los aborígenes en Australia

Australia decidirá este sábado si modifica su Constitución para reconocer a sus pueblos indígenas en un referéndum histórico que, por el momento, ha sido teñido de racismo, noticias falsas e incluso saludos nazis por parte de los contrarios al reconocimiento de los aborígenes.

Manifestación a favor del 'no' en el referéndum de este sábado. (David GRAY | AFP)

Los ataques neonazis, el racismo y las noticias falsas en las redes sociales han teñido el referéndum que se celebra este sábado para decidir en torno al reconocimiento de los aborígenes y los isleños del estrecho de Torres en Australia, en medio de divisiones y prejuicios.

En el referéndum se votará una propuesta para modificar la Constitución de 1901 con el fin de crear un organismo consultivo llamado ‘La Voz’ que asesore al Ejecutivo y el Legislativo en asuntos que competen a los pueblos originarios. Los indígenas incluyen a los aborígenes y a los isleños del estrecho de Torres, un pueblo melanesio que habita en el noreste de Australia.

Según una encuesta de la consultora JWS Research publicada el viernes por el Australian Financial Review, el ‘No’ se impondría con un 57% de los votos, mientras que el ‘Sí’ alcanzaría un 43%. Megan Davis, una de las arquitectas de la propuesta del referéndum, acusó a la campaña del no de valerse de tácticas del «tipo trumpista», en alusión a una tendencia vinculada al expresidente estadounidense Donald Trump, que está marcada por sentimientos populistas y neonacionalistas, la posverdad y la desinformación.

La experta en derecho internacional añadió que la desinformación que se divulga a través de las redes sociales contra la propuesta del sí está financiada «con una gran cantidad de dinero extranjero», según dijo en una reunión virtual con la Asociación de la Prensa Extranjera.

Agresión de los neonazis

Un grupo autodenominado como los «guerreros de la resistencia convicta» publicó a principios de mes en X, antiguamente Twitter, un vídeo en el que aparece un hombre con un pasamontañas leyendo una declaración racista, quemando la bandera indígena y haciendo un saludo nazi.

El vídeo, que motivó a la Policía australiana a censurarlo e investigarlo, también contiene amenazas contra la senadora indígena Lidia Thorpe, quien se opone a la propuesta porque reclama que Australia firme un tratado que otorgue soberanía a los indígenas.

«La gente quiere matarme ahí fuera, no quieren que tenga mi voz, quieren que me sienta bien y asimilar mi voz a su constitución», espetó Thorpe el 5 de octubre en una rueda de prensa en Camberra al referirse a los neonazis, cuya presencia se ha hecho sentir en algunos eventos públicos referidos al referéndum.

Al comentar el vídeo, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, aseguró que «este tipo de retórica y comentarios nazis que aparecen en ese vídeo no tienen cabida en el discurso de la vida política australiana».

Teorías conspirativas

Las teorías conspirativas sobre el referéndum vinculan la propuesta a favor del reconocimiento indígena a los comunistas y afirman que la «generación robada», los cerca de 100.000 niños aborígenes separados de sus familias para ser educados en instituciones occidentales durante gran parte siglo XX, es «una exageración».

El primer ministro australiano, Anthony Albanese (segundo por la izquierda), en un acto a favor del 'sí' en el referéndum de este sábado. (STRINGER | AFP)

Otros detractores del no afirman que la propuesta daría a los aborígenes un trato especial y se crearía un programa «anti-discriminación blanca». Pero la experta en derecho Gabrielle Appleby aseguró al equipo de verificación de datos de la Universidad RMIT que ‘La Voz’ no pone a los aborígenes por encima del resto de la población y, por tanto, «no cambia o reduce los derechos de cualquier otro australiano».

Los aborígenes no fueron clasificados como fauna

Una de las más llamativas noticias falsas que circulan por las redes sociales es que los aborígenes e isleños del Estrecho de Torres fueron clasificados hasta el referéndum de 1967 como parte de la flora y la fauna del país oceánico.

Pero el sistema de verificación de noticias de la agencia australiana AAP comprobó que esa ley nunca existió y enfatizó que esa información se apoya en un «mito» originado en los setenta que ha sido difícil de derribar. «Aunque empíricamente es falso, encarna elementos de una verdad más profunda sobre la discriminación», ha dicho el historiador Russell McGregor a la cadena pública australiana ABC.

La polarización en la campaña del referéndum también se traduce en ataques racistas contra los aborígenes australianos, quienes son retratados en las redes sociales como «primitivos» o personas flojas que viven de las ayudas sociales.

A esto se suma las declaraciones de la portavoz de la coalición opositora y una de las caras de la campaña del no, Jacinta Nampijinpa Price, quien remarcó el mes pasado que «la colonización no tiene repercusiones negativas» y que, por el contrario, gracias a ella, las comunidades indígenas tienen agua corriente.

Australia se encuentra en un proceso de reconocimiento por el maltrato histórico contra los pobladores aborígenes, que representan a día de hoy el 3,8% de la población de más de 26 millones y quienes durante la colonización fueron desposeídos de sus tierras y discriminados sistemáticamente por las instituciones.