¿Se le puede llamar Congreso a esto?
La última vez que el PP de la CAV quiso marcar un perfil político propio, fue en septiembre de 2019, con una convención política en la que Alfonso Alonso quería darle una pátina de moderación y foralidad a los mensajes del partido. La cosa no acabó bien.
Antes del inicio de la convención, Cayetana Álvarez de Toledo acusó a sus correligionarios vascos de mantener posiciones «tibias» con el nacionalismo vasco. Fue Borja Sémper quien, a la entrada del mismo Palacio Europa de Gasteiz donde este sábado se ha celebrado el 16 Congreso, le respondió que «mientras algunas caminaban cómodamente sobre mullidas moquetas, otros nos jugábamos la vida aquí defendiendo la Constitución y la convivencia». Mal rollito.
Luego llegó el entonces presidente del PP, Pablo Casado, para poner las cosas en su sitio. Arrancó dejando claro que «yo también soy del PP Vasco», que «siempre ha tenido personalidad» y «necesitamos que tenga esa personalidad, que es la misma que la del PP de toda España». El presidente sentenció que «el PP Vasco» no es «el PP del País Vasco» sino «el PP en el País Vasco».
Al poco tiempo, tanto Borja Sémper como Alfonso Alonso acabaron dejando el partido y marchándose a Madrid para instalarse en lobbies privados.
También desde Madrid, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha vuelto ahora a Gasteiz pero para trasladar el mensaje contrario al de Pablo Casado. Dice el ex presidente gallego que él quiere que el PP vasco sea «el PP del País Vasco« y no «el PP en el País Vasco». Pero con su mera declaración vuelve a dejar claro quién manda y quién decide: Génova 13. Como siempre.
¿Y en qué más se nota la dependencia de este PP regional que en adelante presidirá Javier de Andrés? En que el 16º Congreso tan solo ha sido una cita para cambiar de nombres en la dirección y permitir una sucesión de discursos con todo el protagonismo para Alberto Núñez Feijóo y para la política de ámbito estatal. ¿Se le puede llamar congreso a esto? Ningún debate. Nada parecido a una ponencia política. Todo en manos de los líderes y de lo que les dejen hacer.