INFO

El hermano de Santi Coca declara que sus agresores fueron «expresamente a por él»

La segunda sesión del juicio por la muerte en Donostia del joven Santi Coca ha comenzado con la declaración de su hermano Iker, que fue testigo presencial de la paliza que acabó con su vida.

El juicio por esta muerte arrancó en Donostia el pasado viernes. (UNANUE | EUROPA PRESS)

Iker Coca, hermano mayor de Santi Coca, fallecido tras recibir una paliza en el exterior del edificio del Náutico de Donostia en 2019, ha asegurado que las personas que agredieron a su hermano «iban expresamente a por él».

«Ni mucho menos fue un todos contra todos», ha explicado durante su declaración en el juicio que arrancó el pasado viernes. Ha recordado cómo intentó cubrir con su propio cuerpo el de su hermano para «amortiguar» las patadas que le propinó un grupo de personas en un lapso muy corto de tiempo, de unos «veinte o treinta segundos».

Iker Coca, quien ha identificado en la sala a uno de los inculpados como una de las personas que se encontraba en el lugar, aunque no ha determinado su grado de participación, es el primer testigo en comparecer este lunes en la segunda jornada de la vista con jurado que se sigue en la capital guipuzcoana contra cinco jóvenes acusados de esta muerte, cada uno de los cuales se enfrenta a una petición de veinte años por parte de la Fiscalía y de la acusación particular, que ejerce la familia de la víctima.

Un sexto procesado se encuentra en paradero desconocido, tras haberse dado a la fuga, y no está siendo enjuiciado en esta vista.

En la zona del Naútico

En una gran fotografía del la zona, junto al Náutico y el Ayuntamiento donostiarra, el testigo ha ido marcando con un rotulador los puntos en los que se fueron discurriendo los hechos, lo cual han hecho también los otros testigos que han testificado en esta jornada.

Según ha relatado muy emocionado y sin poder contener las lágrimas en algunos momentos, aquella noche su hermano pequeño, que tenía entonces 17 años, fue a buscarlo de fiesta para volver a casa. «Debería haber sido yo el que fuera. Yo estaba junto a la fuente con un par de amigos y estábamos esperando a ver si salía alguno más», ha explicado, para añadir que entonces apareció uno de sus amigos y les contó que un individuo le había pedido un cigarro y al negárselo le había quitado el paquete de tabaco. «Nos acercamos para que se lo devolvieran», ha señalado, en alusión a él y otros dos amigos.

Iker Coca ha indicado que de repente advirtió «mucha tensión» a su espalda. «No sé si oí gritos, o fue el movimiento, pero vi que había mucha gente dando puñetazos y patadas a mi hermano, como diez o doce personas, mientras él se echaba hacia atrás», ha relatado, al tiempo que ha recordado que fue corriendo a donde su hermano.

En este sentido, ha explicado que se acercó a él para separarle de quienes le estaban agrediendo, pero alguien le golpeó y le tiraron al suelo. «Mi hermano también estaba en el suelo y me puse encima para intentar amortiguar los golpes que le daban. Me dieron patadas y vi cómo a él también se las daban, duró unos veinte o treinta segundos, fue muy rápido», ha detallado.

Además, ha narrado que a él también le dieron un puñetazo en un lado de la cara y «alguna patada en la espalda». Iker Coca ha recordado que, de repente, los agresores «se escaparon como hacia la Parte Vieja» y llegó la ambulancia. «Yo estaba un poco en shock y me dijeron que llamara a mis padres, pero yo no quería», ha explicado. A ello ha añadido que finalmente les llamó.

Iker Coca ha ubicado en el lugar de la agresión a los cinco acusados presentes en la sala, y otro que está huído, aunque no ha podido precisar si golpearon ni de qué forma a su hermano, del cual ha dicho «era una buena persona y no había tenido problemas de salud».

«Era un buen hermano»

Muy emocionado ha confesado que «Santi era un buen hermano, el mejor que he podido tener». «Muy sociable, le gustaba estar con sus amigos, ponerse guapete para salir» y era «muy cariñoso» con la familia, ha recordado, al tiempo que ha aseverado que «no era agresivo». «Nunca le ha gustado la violencia», ha subrayado, para añadir que, no obstante, «defenderse, sí se iba a defender, como cualquier persona».

Asimismo, ha narrado que, cuando la agresión terminó, le dio la impresión que su hermano, que estaba en el suelo, «estaba muerto, y no fue todos contra todos, sino que iban expresamente a por Santi». También ha relatado que ha recibido atención psicológica para superar la pérdida de su hermano y le «ha ayudado mucho», pero «no es magia».

Un paquete de tabaco

Otro testigo, un amigo de Iker Coca, ha explicado que, cuando salió de la discoteca, hacia las cinco de la mañana, se fue encontrando con amigos, uno de ellos les contó el episodio del paquete de tabaco y que el que se lo había quitado y la gente con la que estaba «andaban buscando bronca», por lo cual «era mejor irse».

Sin embargo, fueron a hablar con uno de los acusados, el que se quedó el paquete de tabaco, dentro de «una discusión calmada que parece no iba a ir a mayores». No obstante, ha indicado que, cuando se dio la vuelta, «había un grupo que estaba pegando puñetazos y patadas a Santi Coca», que se precipitó al suelo, tras lo cual «siguieron dándole patadas y puñetazos».

Después, ha indicado que «el grupo se disolvió bastante rápido» y los presuntos agresores «corrieron hacia el Boulevard». Este testigo ha identificado a cuatro de los cinco acusados en el lugar de los hechos, aunque ha indicado que, a su juicio, dos de ellos no agredieron a Santi Coca.

El testigo no ha podido concretar cuántos golpes ni dónde se los propinaron al fallecido. «En el momento de la agresión, no les vi las caras», ha señalado. Otro de los testigos, el varón al que al que uno de los acusados le quitó el paquete de tabaco, ha relatado que los acusados estaban «con actitud agresiva y malas caras» mientras sucedió este episodio. «Me dijo que me lo había quitado porque no se lo había dado y me ofreció un cigarro de mi paquete en tono chulesco», ha recordado.

Según ha explicado, después vio a Santi Coca «rodeado» y que le comenzaban a pegar, hasta que cayó al suelo. «Me pareció que en la caída recibió otro golpe en la cabeza», ha explicado, para añadir que, entonces, fue corriendo a donde el agredido y se puso sobre él, de pie, con los pies a cada uno de los lados de su cuerpo, para intentar protegerle mientras algunos de los agresores le «cogían de la cazadora hacia atrás para impedir que no pudiera protegerlo».

Según ha señalado, entre cuatro y siete fueron los que empezaron a golpear a Santi Coca y, una vez que cayó al suelo, «tres o cuatro le siguieron pegando». Este testigo también ha reconocido a los acusados como presentes en el lugar de los hechos, algunos de ellos, mostrándose «agresivos».

Además, ha incidido en que «totalmente fue una agresión a Santi» y no una pelea. También ha explicado que él se lesionó una mano porque pidieron al personal de seguridad de la discoteca que llamaran a una ambulancia, pero se negaron, y «de la rabia», pegó un puñetazo a la pared.