Feijóo introduce cambios en el PP para la «batalla cultural» contra Sánchez
El presidente del partido conservador ha modificado la Ejecutiva y las portavocías parlamentaria y de Génova. Se vendrán cambios en el área de comunicación y sus contenidos y se feminiza la estructura. Gamarra y Bendodo siguen firmes pero con menos poder.
Son días de ajustes y cambios en el interior del PP. Modificaciones que desde las terminales mediáticas conservadoras se reclamaban, como también lo hicieron algunos dirigentes en filtraciones, luego de la decepción que supuso no haber podido conseguir una mayoría para llegar a Moncloa.
Los cambios han sido plasmados esta semana en el nuevo organigrama partidario (lo ha votado este jueves el Comité Ejecutivo), pero fiel a su estilo, Alberto Núñez Feijóo los ha ido desvelando de forma desordenada y a cuentagotas.
Primero se supo que Cuca Gamarra, después de meses de rumores consolidados sobre su partida, dejaba la portavocía del grupo parlamentario del Congreso (el más grande del hemiciclo y el principal de la oposición) y que era reemplazada por Miguel Tellado, un hombre de extrema confianza de Feijóo. Nacido en Ferrol, ha sido secretario general del PP de Galiza y diputado autonómico.
El portavoz parlamentario es el que lleva el discurso y organiza a los diputados, decide quién va a qué comisión y las proposiciones de ley, pero es, sobre todo, el que marca el tono, que en el Congreso es de enorme relevancia por los enfrentamientos en las sesiones de control y en ocasiones claves como los debates del Estado de la Nación o las mociones de censura.
Gamarra era más de la vieja guardia conservadora; Tellado alcanzó fama con posteos sarcásticos y sin denunciar la agresión a Óscar Puente
La exalcaldesa de Logroño, en este sentido, podría decirse que era más de la vieja guardia conservadora y no apelaba a la retórica trumpista que tanto ha calado en las derechas. Tellado es lo contrario: alcanzó fama en la política estatal cuando hizo posteos en redes sociales sarcásticos y sin denunciar la violencia los días en que fue agredido en un tren de Renfe el hoy ministro Óscar Puente (quien fue ponente en la investidura de Feijóo).
A pesar de perder un cargo de enorme visibilidad, Gamarra se queda con la joya partidaria: la secretaría general de Génova. «Es la número 2, no ha sido devaluada en nada. Será la que manda en el PP», decía gráficamente a NAIZ un cargo del partido.
La misma fuente asegura que no son veraces las fugas periodísticas que endilgaban a Elías Bendodo, ya exnúmero 3 del PP, quejas y ansiedad por los cambios que Feijóo no emprendía. Al igual que Gamarra, Bendodo seguirá firme pero con menos poder: su presidente ha decidido disolver el cargo de coordinador general, y por tanto el exconsejero de la Junta de Andalucía no tendrá sustituto y pasará a ocupar la vicesecretaría de Política Autonómica y Municipal.
El malagueño estará abocado a un rol «clave, porque el poder real del PP ahora está en las autonomías y los ayuntamientos», explican desde Génova. Por eso no consideran que haya sido tampoco devaluado. Hasta ahora el cargo lo ocupaba el madrileño Pedro Rollán, quien es desde agosto el presidente del Senado.
Sin Tellado en Organización, ese lugar clave ahora será para Carmen Fúnez, una diputada por Ciudad Real que está elevando el perfil (ha multiplicado sus comparecencias ante los medios estos días) y es una «genovesa» pura desde hace casi dos décadas. El ala más radical no estará contento con esta designación: era una de las dirigentes del equipo de confianza que rodeaba a Soraya Sáenz de Santamaría, considerada actualmente como una moderada en los tiempos trumpistas que corren.
También ha habido cambios en el Senado: la nueva portavoz será Alicia García, exconsejera de la Junta de Castilla y León y que tendrá ahora la potestad de gestionar la mayoría absoluta en la Cámara Alta y torpedear todo lo posible la iniciativa legislativa del gobierno de Sánchez.
Además, y con un ojo puesto en la demoscopia (las ciudadanas han votado bastante menos al PP que los ciudadanos el pasado 23J), Feijóo ha decidido feminizar su Comité de Dirección, que ahora tendrá, «por primera vez en la historia» (destacan desde el PP), una mayoría de mujeres: diez, mientras que son seis los hombres. Con ese objetivo ha fichado a Paloma Martín, que asume Desarrollo Sostenible; a Noelia Núñez, para Movilización y Reto Digital; a Ester Muñoz, Sanidad y Educación, y a Ana Alós, que se encargará de Igualdad y Conciliación.
Lo de Sanidad y Educación es una novedad incorporada en esta nueva etapa. La joven dirigente Muñoz, exdelegada de la Junta de Castilla y León en la provincia leonesa y exsenadora, deberá defender la gestión muchas veces controvertida de los gobiernos autonómicos del PP en esas áreas. Por ejemplo, este mismo miércoles se daba el puntapié inicial a la querella de soberanistas de Illes Balears contra la embestida del nuevo Govern contra la inmersión lingüística.
El nuevo organigrama también envía un guiño más hacia el PP andaluz, al mantener en la vicesecretaría de Economía a Juan Bravo, un dirigente de la máxima confianza de Moreno Bonilla y un predicador de las bajadas de impuestos.
La comunicación, eje central
Como decidió Feijóo hace un año y medio cuando asumió el cargo de presidente, la ejecutiva seguirá sin una vicesecretaría de Comunicación. Pero para ser una voz nacional y reajustar contenidos simbólicos, ha elegido a Borja Sémper.
Su designación ha sido curiosa. Se la había ofrecido a Sémper días pasados y estaba previsto hacerse un anuncio formal la semana próxima. Pero Feijóo acabó comentándolo delante de los periodistas en el patio del Congreso al salir de la inauguración formal de la legislatura con la visita de la familia real. Así, de casualidad, se supo quién será el nuevo portavoz nacional.
Sémper tendrá a su cargo también la vicesecretaría de Cultura. «Comunicación no es prensa. Quiero que generemos nuevos contenidos para llegar a otros sectores. Y para eso no alcanza con poner mujeres y jóvenes en las nuevas plataformas, hay que saber qué comunicar», ha dicho el donostiarra a su equipo, según pudo saber NAIZ.
El exdiputado del Parlamento Vasco quiere cambios en el área para pasar a una estrategia más de ofensiva contra Sánchez. «Tenemos que hacer más prueba, ensayo y error, darle más juego a más gente, y disputar en posiciones como Igualdad que no son exclusivas de la izquierda», ha señalado a otros cargos de su partido.
Pareciera que ha vuelto el espíritu de Cayetana Alvarez de Toledo, que cuando fue portavoz dijo que había que emprender una «batalla cultural» y luego lamentó –cuando la echaron– que Pablo Casado no se animaba a hacer lo que sí hacía Isabel Díaz Ayuso. A Sémper no le gusta la palabra «batalla», aunque con otras palabras ha indicado a su equipo que esa será la estrategia.
«La línea es el discurso de investidura de Feijóo. Se puede ser muy contundente pero con respeto», ha trasladado a quien lo quiera oír Lo cierto es que hay una línea divisoria muy fina entre el trumpismo y una oposición contundente y a saco. Los titiriteros de la comunicación en Génova parecen inclinarse ahora por la tendencia de MAR (Miguel Angel Rodríguez), quien marca la línea del ayusismo y ha sido por lo bajo muy crítico de la liviandad de la campaña electoral del 23J.
En septiembre ha habido un giro, y es insoslayable. Al ver que no pudo sumar la mayoría para ser investido, a Feijóo ha dejado de importarle parecer moderado y tender puentes. Sus reiteradas pullas al PNV y Junts y sus frases maniqueas (como preguntarse esta semana si habrá otro primer ministro europeo que es apoyado por «herederos del terrorismo» a la vez que «felicitados por Hamas») exhiben un líder de la oposición que va a por todas.
Desde Génova responden a la pregunta sobre la estrategia con algo simple: «Se busca dar un mensaje contundente para los nuestros y para los desencantados del PSOE, que son muchos y lo muestran las encuestas».
«La política va hacia una auténtica porquería», dijo Sémper tras el discurso de Armengol el martes. Quien espere menos crispación tendrá que seguir aguardando
Sémper tendrá el reto de articular las diferentes voces del partido, que muchas veces suenan con diferentes tonos y hasta discordantes (sin mencionar a Díaz Ayuso, que es un verso libre). Él, Gamarra, Tellado, Alicia García y el propio Feijóo son un grupo muy heterogéneo y con sensibilidades políticas y estilos diferentes. Como alfil en la comunicación, además, el expresidente de la Xunta tiene en alta estima a la diputada Marta Varela, quien ha aportado mucho contenido no solo al intento de investidura de Feijóo sino al debate que ha entronizado a Sánchez.
En esa equipo coral, como si faltara diversidad, también estarán Cayetana Alvarez de Toledo y nada menos que el exportavoz en tiempos de Rajoy, Rafa Hernando. Feijóo ha decidido tener ocho portavoces adjuntos en el Grupo Popular y todo un batallón que acompañe a Tellado para trazar una oposición de trincheras a gobierno progresista.
Feijóo ha alistado un equipo para una batalla política que se augura feroz. Este martes en el Congreso ya daban varias muestras de ello: el grupo decidió no aplaudir el discurso de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, por considerarlo «sectáreo y lamentable». «La política española va hacia una auténtica porquería», dijo Sémper ante los medios. Quien estuviese esperando menos crispación y polarización deberá seguir aguardando.