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Nueva vuelta de tuerca de Londres para reducir la inmigración

El Gobierno británico ha dado este lunes una nueva vuelta de tuerca en sus planes antiinmigración al anunciar que elevará en un tercio el salario mínimo para que un extranjero acceda a un visado de trabajo, entre otras medidas con las que quiere reducir en 300.000 las llegadas.

Un barco acude a socorrer a migrantes en el canal de La Mancha. (Ben STANSALL | AFP)

El ministro británico de Exteriores, James Cleverly, ha anunciado este lunes que se incrementará hasta las 38.700 libras (45.160 euros) anuales el salario mínimo exigido para conceder un visado de trabajo a los extranjeros que quieran ir a Gran Bretaña a partir de la próxima primavera e impedirá el reagrupaminto familiar de los empleados sanitarios y sociales.

En una comparecencia en la Cámara de los Comunes, el jefe del Foreign Office ha endurecudo las normas para los trabajadores foráneos que quieran obtener un permiso para trabajar, como parte de los planes del Ejecutivo para recortar el número de inmigrantes.

También ha dicho que los trabajadores sociales y sanitarios extranjeros, que estarán exentos de ese umbral salarial por ser sectores críticos, ya no podrán traer consigo a familiares dependientes.

«Evitaremos que la inmigración socave el salario de los trabajadores británicos. Incrementaremos el umbral de las ganancias de los trabajadores cualificados en un tercio, hasta las 38.700 libras a partir de primavera en línea con el salario medio para el tipo de trabajo», ha señalado. Ahora el salario mínimo exigido a un extranjero para obtener el visado de trabajo ronda las 26.000 libras (30.341 euros).

«Aquellos que vengan con rutas de visados sanitarios o de trabajo social quedarán exentos para poder continuar trayendo a trabajadores sanitarios de los que depende nuestro sistema sanitario y de cuidado social», ha puntualizado.

Cleverly ha mantenido que el Ejecutivo «reconoce» que los trabajadores extranjeros «hacen un gran trabajo en nuestro NHS –servicio público de salud– y en el sector de atención social», pero ha estimado que es «importante que los migrantes hagan una contribución suficiente a las finanzas».

«Los mejores y más brillantes»

Desde enero de 2024, se retirará también el derecho de los estudiantes internacionales a traer a dependientes «a menos que estén en cursos de posgrado designados como un programa de investigación», ha explicado el ministro, que ha justificado la medida con el argumento de que ese país quiere «siempre atraer a los mejores y más brillantes». Esos estudiantes internacionales ya no podrán, ha precisado, «pasar de la ruta de estudiante a las rutas laborales antes de que sus estudios se hayan completado», lo que «tendrá un impacto tangible» en la migración.

A su juicio, su estrategia llevará a «la mayor reducción nunca acometida en la migración neta», que en 2022 se situó en unas 745.000 personas, muy por encima de los objetivos del Gobierno. «En total, este paquete, además de la reducción en los dependientes de los estudiantes, implicará que alrededor de 300.000 personas menos vendrán en los años futuros», ha apuntado

El Ejecutivo de Rishi Sunak considera prioritario reducir la inmigración, tanto legal como irregular, a Gran Bretaña.

Viaje a Ruanda para un nuevo tratado de asilo

Cleverly ha viajado este martes a Ruanda para firmar con ese país un nuevo tratado sobre asilo, como parte del plan del Gobierno de Rishi Sunak para reducir la migración.

El objetivo del tratado es legalizar el programa del Ejecutivo británico para deportar a los solicitantes de asilo a la nación africana, después de que el Tribunal Supremo lo considerase ilegal el pasado noviembre.

El Supremo dictaminó que, a la luz de las evidencias, hay riesgo de que los demandantes de asilo enviados a Ruanda puedan estar en peligro de ser deportados a sus países de origen.

Está previsto que Cleverly se reúna con las autoridades de Ruanda para firmar este martes el tratado en Kigali.

El Gobierno británico también contempla introducir en el Parlamento la legislación que permita considerar a Ruanda como país seguro para enviar a solicitantes de asilo que hubieran entrado en el Reino Unido de manera ilegal, especialmente de las personas que cruzan en botes el Canal de la Mancha.

Con motivo de su viaje a Kigali, Cleverly ha declarado a los medios que «Ruanda es un país seguro y estamos trabajando a buen ritmo para avanzar con esta asociación para detener los barcos y salvar vidas».