Cuanto más exagera la derecha, más facilita cambios que parecían imposibles
«Entregar Pamplona a los terroristas de EH Bildu es lo último que les faltaba a Sánchez, Chivite, Cerdán y Alzorriz. Es evidente que el PSOE ha negociado con miembros de ETA el futuro de Navarra», ha sido la primera reacción del presidente de UPN, Javier Esparza, al notición de que había acuerdo entre PSN y EH Bildu para hacer alcalde de Iruñea a Joseba Asiron.
«Es indignante que el PSOE entregue la Alcaldía de Pamplona a un partido que lleva asesinos en sus listas electorales. Es indignante y creo que este bochorno no se lo merece nadie», ha declarado el presidente del PP, Alberto Nuñez Feijóo, hablando además de «pacto encapuchado». Y como Isabel Díaz Ayuso no podía tampoco estar callada pese a no tener nada que ver ni con Nafarroa ni con Iruñea, ha hablado en redes de «cheque en blanco, oculto y a plazos de (Pedro) Sánchez al brazo político de ETA».
Y un diputado de Vox por la circunscripción de Alicante ha asegurado que «el PSOE va de la mano de los terroristas» y les ha acusado de «apoyar a los del tiro en la nuca, a los del miedo, a los del coche bomba y a los asesinos de centenares de españoles».
Todas estas exageraciones, unidas a los esperpentos que se han visto ante las sedes del PSOE o a la querencia por colgar de los pies al presidente del Gobierno (los italianos lo hicieron con Mussolini y algunos de sus colaboradores en la plaza Loreto de Milán tras haberlos fusilado) están generando anticuerpos antifascistas en el PSOE y en sus bases, dando lugar a la superación de tabúes que hasta hace poco eran líneas rojas. Baste ver al ministro de Transportes y Movilidad Urbana, Oscar Puente, exalcalde de Valladolid, calificando a EH Bildu como «partido progresista democrático».
En el PSOE se han dado cuenta de que haga lo que haga va a seguir recibiendo hostias como panes por parte de la derecha extrema y la extrema derecha, y en sus bases se hacen una idea de lo que les espera si los que ahora les insultan con fiereza incrementan sus áreas de poder.
Y así hemos visto cosas que hace unos meses no podríamos creer, como la tramitación de una Ley de Amnistía y al PSN pactando con EH Bildu la Alcaldía de Iruñea. Y cuanto más rabien los de los correajes y las rojigualdas, cuanto más se manifiesten los de la Laureada y las cunetas contra lo que ya son mayorías sociales, más fáciles serán los próximos hitos históricos. ¡Que no pare la fiesta, pues!