Al menos 18 muertos en el ataque a Belgorod con el que Kiev replica al bombardeo de la víspera
Al menos 18 personas han muerto en el ataque perpetrado por el Ejército ucraniano contra la ciudad rusa de Belgorod. Kiev responde así al bombardeo ruso masivo de la víspera sobre 120 localidades ucranianas que dejó 39 muertos.
Al menos 18 personas han muerto este sábado en el ataque perpetrado por el Ejército ucraniano contra la ciudad rusa de Belgorod, capital de la región homónima fronteriza con Ucrania.
El Ministerio para Situaciones de Emergencia de Rusia ha informado de que entre los fallecidos se encuentran dos niños y que el ataque ha dejado al menos otras 108 personas heridas.
El gobernador de Belgorod, Viacheslav Gladkov, ha informado de que la artillería ucraniana ha disparado contra el centro de la ciudad, donde viven unas 330.000 personas, y ha recomendado a la población que se cobije en los refugios y subterráneos habilitados para ello.
Entre los edificios afectados figura la sede del Gobierno regional y edificios universitarios, además de comercios y viviendas.
También el gobernador de Briansk, Alexandre Bogomaz, ha señalado que un ataque ucraniano ha matado a un niño en esta región fronteriza.
El Ministerio ruso de Defensa ha advertido de que este ataque «no quedará impune».
Belgorod, que comparte 552 kilómetros de frontera con Ucrania, ha sido la región rusa más golpeada por ataques ucranianos desde el comienzo de la operación rusa en febrero de 2022.
Balance de 39 muertos en los ataques rusos
El Ejército ucraniano responde así ala oleada de bombardeos masivos que la víspera habían llevado a cabo las tropas rusas contra la capital ucraniana y las principales ciudades del país, la mayor de toda la guerra exceptuando los primeros días de la misma, ya que Moscú utilizó unos 160 misiles y drones.
Estos ataques han dejado al menos 39 muertos –16 de elos en Kiev– y 160 heridos, según ha informado hoy el presidente, Volodimir Zelenski, elevando el balance ofrecido ayer. Ha añadido que los bombardeos afectaron a cerca de 120 ciudades y pueblos.
Los bombardeos rusos causaron daños en zonas residenciales de Ucrania, un hospital de maternidad, escuelas, guarderías, parques, una estación de metro, un centro comercial e infraestructura energética, provocando cortes de suministro eléctrico en diversas partes del país.
Estos ataques ponen fin a un año difícil para Ucrania, marcado por el fracaso de su contraofensiva de verano y un resurgimiento de las fuerzas de Moscú, que esta semana reivindicaron la captura de la ciudad de Marinka en el frente oriental, pese al desgaste de tropas y equipos militares.
Esta noticia es tanto más preocupante para Kiev cuanto que la ayuda occidental empieza a perder fuerza, tanto en Europa como en Estados Unidos, lo que aumenta el riesgo de que se agote el flujo de municiones y fondos.
El sábado, Volodimir Zelenski lanzó un nuevo llamamiento a sus aliados para que mantengan los apoyos militares.
Su homólogo estadounidense, Joe Biden, pidió a los cargos electos de su país que «actúen sin más demora» para ayudar a Kiev, ante el bloqueo de los republicanos a nuevas partidas de armamento para Ucrania.
Washington acaba de liberar un nuevo tramo de 250 millones de dólares, el último sin una nueva votación en el Congreso, que se niega por el momento a asignar más ayuda.
Al corte en esta ayuda podría seguir el de otros aliados, ante la «fatiga» por el apoyo a una guerra que no ofrece los resultados esperados.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, vetó un nuevo paquete de ayuda de la UE, un problema que los europeos esperan resolver en una cumbre a principios de febrero de 2024.