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Once detenidos por un ataque con machetes en Iruñea por un ajuste de cuentas

Once personas han sido detenidos en Iruñea y Zaragoza como responsables de un ataque con machetes en el barrio de Sanduzelai por un ajuste de cuentas tras una investigación de la Policía Municipal, que ha subrayado que este tipo de hechos son muy infrecuentes en la capital navarra.

Antonio Sánchez, jefe de la Policía Municipal de Iruñea (el segundo por la izquierda), junto a agentes que han participado en la investigación. (Martxelo DÍAZ)

No son hechos que ocurran habitualmente en Iruñea y por ello sorprenden. Esta idea ha sido lanzada por responsables de la Policía Municipal de la capital navarra en la comparecencia ante los medios para dar a conocer la detención de once personas acusadas de una tentativa de homicidio en el barrio de Sanduzelai en julio de 2021.

Se trata de «un ajuste de cuentas», de una venganza por una trifulca anterior, y están implicados integrantes de una «banda latina», los Panther, con base en Zaragoza. El jefe de la Policía Municipal, Antonio Sánchez, ha subrayado que en Iruñea no hay ninguna organización de estas características, a pesar de que pueda haber personas que puedan tener alguna clase de relación con grupos asentados en otras ciudades.

Asimismo, desde la Policía Municipal de Iruñea se subraya que en la capital navarra no es fácil hacerse con armas de fuego por la labor de prevención policial que se ha realizado desde hace años. En este caso, los implicados recurrieron a machetes.

Según han explicado, hay once detenidos en Iruñea y en Zaragoza, en un operativo en el que han colaborado la Policía española, la Foral y la Guardia Civil. De ellos, cinco están actualmente en prisión por orden del Juzgado de Instrucción número 2 de Iruñea y el resto en libertad con cargos a la espera del juicio.

Los hechos, siempre según los datos facilitados por la Policía Municipal, se registraron en julio de 2021, en el barrio de Sanduzelai, en la confluencia de las calles Sanduzelai y Doctor Alfonso. Varias personas, hasta cuatro según los testimonios recogidos, protagonizaron una agresión con machetes con el objetivo de matar a dos personas. Una de ellas resultó con lesiones graves. Gráficamente, han explicado que parte de su cuero cabelludo quedó tirado en el suelo.

La investigación resultó compleja, ya que no había cámaras de videovigilancia en el lugar de los hechos, y los testimonios no iban más allá de describir a los autores de la agresión como «tapados con pasamontañas y con vestimentas oscuras».

La hipótesis inicial, que luego se confirmó, era que la tentativa de Sanduzelai era una respuesta a un incidente «ocurrido una semana antes con el padre del agresor, que se encontraba ya en prisión, y los agredidos».

Teléfonos móviles

A partir de ahí, la investigación se basó en la geolocalización de los teléfonos de los implicados y sus conexiones. De este modo, se descubrió que uno de los presuntos agresores, con residencia en Zaragoza, había estado en Sanduzelai el día de los hechos. Esta persona contaba con antecedentes policiales por riña multitudinaria con uso de machetes y pertenencia a la organización criminal Panther.

Asimismo, se determinó que uno de los presuntos agresores, hijo del padre agredido la semana anterior y que estaba en prisión, comunicó con un antiguo miembro de los Panther residente en Iruñea. Este último contactó con otro miembro de los Panther en Zaragoza.

La investigación constata que una semana antes de la tentativa de homicidio, hubo una reunión en un parque de Zaragoza en la que se acordó que un grupo se desplazaría desde la capital aragonesa a la navarra para «vengar la afrenta». La colaboración de la Policía Foral ha sido imprescindible para realizar la investigación de los teléfonos móviles.

Intercambio de «favores»

Según han explicado hoy agentes de la Policía Municipal, la hipótesis que se baraja es que «el encargo» tendría una correspondencia posterior. Es decir, un grupo de personas sube de Zaragoza a Iruñea para participar en la tentativa de homicidio. Posteriormente, residentes de Iruñea deberían realizar otra acción similar en pago al «favor» recibido. De este modo, según han señalado, se complican las investigaciones. Alguien llegado de Zaragoza que comete un acto delictivo en Iruñea y luego vuelve a su lugar de residencia es muy complicado de detectar.

Cuatro de las detenciones se han practicado en Iruñea y siete en Zaragoza. Uno de los detenidos, al que se le atribuye ser «el jefe de los Panther», se encontraba en un centro de internamiento de extranjeros de València, donde fue arrestado por la Policía española, a la espera de ser expulsado a su país de origen.