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Michelle O’Neill, la primera nacionalista en liderar el Gobierno norirlandés

Michelle O’Neill es ya la primera ministra del norte de Irlanda y la primera política nacionalista en ocupar ese cargo. Tanto ella como su vice primera ministra, la unionista Emma Little-Pengelly, se han comprometido a resolver la crisis de servicios públicos creada por los dos años de bloqueo.

Michelle O’Neill y Emma Little-Pengelly posan en un despacho de la Asamblea de Stormont. (AFP)

Cuando el proceso político norirlandés avanza, siempre nos ofrece momentos históricos. En la sesión de ayer, exactamente dos años después del colapso de las instituciones debido a la salida del unionista DUP del Ejecutivo de Belfast, se constituyó el nuevo Gobierno, liderado por primera vez por una política nacionalista, la líder de Sinn Fein en el norte de Irlanda, la republicana Michelle O’Neill. «No podemos cambiar el pasado, pero sí construir un futuro mejor», aseguró durante su primera intervención.

El segundo momento histórico de ayer para el norte de Irlanda, y también para Sinn Féin, fue la jubilación del histórico dirigente republicano Alex Maskey, quien fuera presidente de la Asamblea de Stormont, y que estuvo presente durante la elección de su sustituto, el unionista Edwin Poots. Maskey escuchó elogios por parte de Poots hacia su labor como moderador en la Cámara. Poots fue elegido presidente de la Asamblea por mayoría con los votos de Sinn Féin, los dos partidos unionistas DUP y UUP, y el partido de la Alianza.

Otra curiosidad: Poots, junto con el republicano Gerry Kelly, son los únicos miembros de la Asamblea elegidos en 1998 que aún siguen ocupando escaño.

Entre los invitados, el ex-presidente de Sinn Féin Gerry Adams; Fiachra McGuinness, hijo del que fuera líder republicano en el norte de Irlanda, Martin McGuinness; la exeurodiputada norirlandesa Martina Anderson; el portavoz de Finanzas en el Parlamento de Dublín, Pearse Doherty, y la presidenta de Sinn Féin, Mary Lou McDonald, entre otros.

En su primera intervención como presidente de la Cámara, Poots manifestó su deseo de que no se produzcan nuevas suspensiones de las instituciones, ya que consideró que «hay mucho que hacer por los ciudadanos y confío en que todos arrimaremos el hombro para hacerlo lo mejor posible».

Trabajar para todos

En la misma línea se expresaron Michelle O’Neill, y su vice primera ministra, la unionista Emma Little-Pengelly (DUP). Ambas se comprometieron a trabajar para toda la población norirlandesa y, particularmente, con un objetivo: resolver la crisis de los servicios públicos, acentuada por la dependencia del Gobierno de Londres durante los dos años de crisis política en el norte de Irlanda.

O’Neill se mostró orgullosa de sus credenciales republicanas, pero hizo de la diversidad e inclusión el eje de su discurso. Aseguró que «servirá a todos por igual» y «a todos los británicos y unionistas» garantizó que «vuestra identidad nacional, cultura y tradiciones son importantes». En su discurso, recordó a las víctimas del conflicto para lamentar las vidas sacrificadas durante los 30 años de conflicto en el norte de Irlanda.
«El pasado no se puede cambiar ni deshacer. Pero lo que sí podemos hacer es construir un futuro mejor», apuntaba la líder republicana.

La nominación de Litte-Pengelly como viceprimera ministra por parte del DUP fue un tanto controvertida, ya que fue cooptada para ocupar el escaño del líder de su partido, Jeffrey Donaldson, en la Asamblea de Stormont, mientras que este ocupa uno en el Parlamento británico. Ello significa que la vice primera ministra no ha sido elegida por los votantes, algo que destacaron tanto analistas como aquellos elementos del unionismo críticos al proceso político.

En su discurso, Little-Pengelli se reafirmó como británica unionista, pero se mostró dispuesta a trabajar con Sinn Féin para solucionar las dificultades a las que se enfrentan los ciudadanos norirlandeses.

Precisamente un grupo de trabajadores del sector educativo se acercaron a Stormont para recordarles a los políticos norirlandeses la necesidad de solucionar la precariedad laboral de los funcionarios públicos, cuyos salarios se congelaron con el colapso de las instituciones en febrero del 2022, cuando el DUP abandonó el Ejecutivo con la intención de forzar la salida del norte de Irlanda del mercado único europeo y «reforzar la unión con Gran Bretaña».

No se debe ignorar el impacto que la movilización de trabajadores públicos del pasado 17 de enero –la mayor en los últimos 50 años en el norte de Irlanda– en la decisión unionista poner fin a los dos años de bloqueo, que acabaron el martes cuando Donaldson anunció un acuerdo con el Gobierno de Londres.

El acuerdo, que fue aprobado por el Parlamento británico el jueves, introduce cambios en la letra, pero no en el espíritu, del llamado Marco de Windsor, que define las relaciones comerciales entre Gran Bretaña, el norte de Irlanda y la Unión Europea. El nuevo texto no diluye, sino que refuerza la frontera del mar de Irlanda, incluida como una realidad en el documento. Se intenta frenar la influencia de la UE en el norte de Irlanda, pero también se acata la permanencia en el mercado único, algo que era inaceptable para los unionistas.

Esto es también un hecho histórico, un nuevo paso del unionismo hacia la aceptación de la irreversibilidad del proceso político en el norte de Irlanda, así como de las consecuencias del Brexit que apoyó.

El resto de los cargos de Ejecutivo se repartieron siguiendo el método D’Hont, que permite a los partidos nominar para las carteras de acuerdo con su número de diputados.

Reparto de cargos

Así, en manos de Sinn Féin quedaron los ministerios de Economía, Connor Murphy al frente; de Finanzas, a cargo de Caoimhe Archibald; y de Infraestructuras, cuyo titular será John O’Dowd.

El partido de la Alianza, la única formación que no se identifica como nacionalista ni unionista, designó a su líder, Naomi Long, para Justicia, tal y como se esperaba, y a Andy Muir como ministro de Agricultura y Medio Ambiente. Muir es el primer miembro del colectivo LGBTIQ+ en estar al frente un Ministerio en el norte de Irlanda.

El Partido Unionista del Ulster se hizo con la cartera de Sanidad para Robin Swann, que repite, mientras que el DUP nominó a Gordon Lyons para el de Comunidades y al anterior primer ministro norirlandés, Paul Givan, como ministro de Educación. Esta última designación provocó un parón, al pedir Sinn Fein un receso para aclarar con el DUP este nombramiento.

Además, Aisling Reilly (Sinn Fein) y Pam Cameron (DUP) fueron elegidas ministras adjuntas para la oficina de la primera ministra y de la vice primera ministra, respectivamente. Es la primera vez que todas las titulares en estas áreas son mujeres y esto supone el cuarto hecho histórico.

El SDLP decidió quedarse en la oposición, con el parlamentario por Belfast Sur, Matthew O’Toole, como líder.

Ahora Gobierno y Parlamento afrontan los mayores desafíos: la aprobación de un presupuesto, la negociación con los trabajadores públicos, la crisis de la sanidad y de la educación… Cuestiones todas que han de resolverse con urgencia logrando un acuerdo entre enemigos.