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La factura de la luz galopa en Ipar Euskal Herria

Las movilizaciones de los agricultores han hecho que pase casi desapercibida la subida del precio de la luz que, desde el pasado jueves, es hasta un 10% más cara. Gabriel Attal, que promete 400 millones a los sindicatos agrícolas, justifica esa subida del recibo, para rebajar la deuda pública.

La cooperativa Enargia, una alternativa local al modelo energético y la política tarifaria de EDF. (Guillaume FAUVEAU)

El brum-brum de los tractores ha dado paso a una salva de medidas, algunas de las cuales, de hacerse buenas, implicarán un desembolso suplementario para las arcas públicas francesas. Gabriel Attal se ha echado la mano a la cartera para pacificar la queja del primer sector, y en tres anuncios sucesivos, ha comprometido un montante de más de 400 millones de euros para sufragar todo un abanico de apoyos fiscales.

Fiel a lo aprendido junto al titular de Economía, Bruno Le Maire, el primer ministro defendió, sin embargo, semanas atrás, una subida «en la horquilla alta» del precio de la electricidad.

Desde el 1 de febrero la luz es entre el 8,9% y el 9,8% más cara en Ipar Euskal Herria, una subida que avanza en la senda de eliminar el escudo tarifario que, al igual que otros gobiernos europeos, aplicó el Ejecutivo de Emmanuel Macron para hacer frente al escenario adverso generado, tras la salida de la pandemia, por la guerra en Ucrania.

No será la única subida, aunque para matizar el impacto Le Maire insista en que hasta que, a principios de 2025, otra subida marque el final del escudo, las economías domésticas y las cuentas de la empresas -el impacto de la subida será, en su caso, algo menor, de entorno al 6,5%- no soportarán otra «descarga eléctrica».

Contra el consejo de un ente independiente

¿Por qué ha subido tanto la luz? Esa apuesta por reducir el déficit público «cueste lo que cueste» a la que se ha abrazado Attal explicaría una opción, la de una subida fuerte, que sin embargo la Comisión de Regulación de la Energía (CRE) no considera justificada.

En su informe del 10 de enero de este año, y basándose en la producción energética, ese ente independiente emitió un informe en el que postulaba incluso una pequeña bajada del 0,35% en la factura eléctrica. Lo hizo tomando como referencia la tendencia a la baja marcada por el mercado mayorista.

Aportó algunos datos para respaldar su consejo, que no ha seguido el jefe de Gobierno que sí ha sido sensible, sin embargo, a la demanda de los agricultores de que no se les aplique una subida progresiva en el impuesto que pesa sobre el carburante que emplean para sus tractores y demás maquinaria agrícola.

Así, el CRE recordó que varios de los reactores atómicos que debieron parar su producción debido a problemas de corrosión -ligados a la vetustez del marque nuclear galo- han vuelto a inyectar a la red, y añadió que los datos de la producción hidroeléctrica apuntan igualmente al alza.

El cónclave organizado, el 15 de enero, con los principales actores del mercado energético no alteró el pulso de Bercy, y el propio ministro de Economía confirmó esa subida de la factura que hogares y empresas notarán a partir de este mes. Ese aumento se traducirá en un abono suplementario de 130-180 euros al año.

El acumulado del último año habla de una subida total del 39%, ya que a este 10% que se ha aplicado este febrero a la factura, hay que añadir el 15% que se sumó al recibo en febrero de 2023 a la que se añadió otro 10% de incremento en agosto pasado.

Otras tarifas que se actualizan

Desde el 1 de febrero se han actualizado además otras tarifas. Los precios recomendados para el gas deberían hacer descender levemente la factura -entre 9 y 11 euros MWh-. Una buena noticia para los hogares que se sirven de esa fuente de energía para cocinar, calentar el agua o la propia vivienda.

En esas autopistas que han recuperado poco a poco la normalidad tras dos semanas de bloqueos de los agricultores circular será más caro. El peaje ha aumentado un 2,7% de media en las autovías que gestiona el grupo empresarial Vinci. Es el caso de la A10 (París-Burdeos) que conecta por la A63 con Biriatu.