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Karkarcar, la primera cooperativa para compartir coche de Euskal Herria

La primera cooperativa para compartir coche eléctrico será presentada públicamente el día 21 en Geltoki. Empiezan con una treintena de socios y un primer vehículo que se abre, desbloquea y arranca gracias a una aplicación de móvil. Estará aparcado en Arrotxapea, Iruñea, cerca de los Corralillos.

Echandi, Arias y Chocarro junto al coche adquirido por la cooperativa. (NAIZ)

Iban Echandi simula una reserva en la aplicación que han desarrollado para mostrar cómo el Renault eléctrico con el rótulo de Karkarcar se abre automáticamente. Se escucha el chasquido del seguro de las puertas. Plac. Ya se puede entrar dentro. Aprieta el botón de encendido. El coche arranca sin llave. Tan sencillo como eso. Basta un móvil.

Karkarcar es la primera cooperativa para compartir coche eléctrico de Euskal Herria. Han nacido en Iruñea y aparcan en Arrotxapea. Hasta la fecha no llegan a 30 socios para el mismo coche, pero ni siquiera han hecho su presentación oficial todavía, prevista para el día 21 en Geltoki a las 19.00. «Aunque seamos algo más de 20, realmente ahora le estamos dando uso unos ocho socios», confirma Echandi.

La idea es simple y recuerda al de otras cooperativas energéticas, como Som Energia (de donde provienen), Goiener o la telefónica Izarkom. Se hace un desembolso inicial para entrar en la cooperativa (en este caso 60 euros) y, a partir de ahí, se establece un sistema de pago por uso.

Utilizar el coche cuesta 4 euros la hora, 20 euros por un intervalo de 5-10 horas, 40 euros por el día entero, y 60 euros fin de semana.

Las tarifas con las que han empezado a compartir el coche son las siguientes: 4 euros la hora, 20 euros por un intervalo de 5-10 horas, 40 euros por el día entero. La última opción son 60 euros por reservar el vehículo un fin de semana.

Las tres personas que se han reunido para explicar el funcionamiento hacen un uso distinto. Dos lo tienen como segundo coche de la casa y lo están usando para ir a entrenar, visitar a amigos o familiares, acudir a reuniones o, en caso de que no lo haya reservado nadie, incluso para ir al trabajo. Para el tercero, Aritz Chocarro, este coche compartido es el único vehículo que posee.

«Carsharing» en red

«La autonomía del coche que tenemos no es demasiada, unos 300 kilómetros. He ido a Donostia y he vuelto a Iruñea sin problemas, pero supongo que si quisiera ir a Bilbo debería de buscarme un punto de recarga», explica Chocarro. Karkarcar es una cooperativa hermana de Som Mobilitat que ya cuenta con 116 vehículos eléctricos y ocho años de trayectoria en Catalunya.

A futuro, los socios de Karcarcar confían en poder usar los vehículos de la otra cooperativa y a la inversa, ya que usan el mismo sistema informático. Ambas cooperativas, a su vez, mantienen lazos con otros grupos de a nivel europeo, con los que también es probable que acaben compartiendo coches algún día.

Lo que están haciendo se conoce como «carsharing». Es una forma de compartir diferente al «carpulling», donde un conductor busca compañeros de viaje para compartir gastos, opción que han popularizado aplicaciones como Blablacar.

Karkarcar nace con dos ventajas sobre sus hermanas. La primera es que ha invertido para crear una tecnología propia (software de la aplicación y el hardware que se coloca en el vehículo para desbloquear y arrancar). Está prácticamente lista, solo les queda automatizar para que gire los pagos directamente a la cuenta.

Los responsables de Karkarcar dan mucho valor a esta tecnología y confían en que, si surgen otras comunidades sin ánimo de lucro como la suya en otros lugares, también la puedan aprovechar.

«Si un socio quiere ceder un vehículo propio a determinadas horas, estamos dispuestos a hablarlo. Aquí no hay nada escrito», dice Arias.

La segunda ventaja es que, como Nafarroa cuenta con una ley de Transición Energética avanzada (se aprobó por unanimidad en 2022), han podido constituirse también como «comunidad energética», lo que les permite vincularse a las comunidades como las de Mendillorri y Arrotxapea.

El presidente de Karkarcar, Jorge Arias, adelanta que, como apunta la experiencia de Som Mobilitat, es probable que uno de los socios acabe responsabilizándose de la limpieza y cuidado del coche a cambio de viajes gratuitos.

«Este coche es el primero y lo hemos comprado, pero estamos abiertos a lo que surja. Si algún socio quiere ceder un vehículo propio a determinadas horas, estamos dispuestos a hablarlo. Aquí no hay nada escrito», asegura Arias.