‘Nina’, la segunda película de Andrea Jaurrieta, se estrenará en el Festival de Málaga
Andrea Jaurrieta estrenará su segundo largometraje, ‘Nina’, en el próximo Festival de Málaga y dentro de su Sección Oficial. La película se filmó durante 6 semanas en diferentes localizaciones de Mundaka y Bermeo y está protagonizada por Patricia López Arnaiz y Darío Grandinetti.
Andrea Jaurrieta, que el pasado año estrenó su mediometraje ‘Ballenas aplastadas por el hielo’, combina en ‘Nina’ el drama con elementos de western moderno y en el que el protagonismo recae en una mujer mardada duramente por su pasado. Dicho papel ha sido encarnado por Patricia López Arnaiz.
La cineasta de Zizur Nagusia explicó que «he puesto en ‘Nina’ todo de mí, buceando en mis recuerdos para contar el pasado de este personaje herido y utilizando la poesía y la crudeza del paisaje para acompañarla en su viaje de venganza» y añadió un agradecimiento muy especial al reparto que le ha acompañado en este proyecto, que tendrá su estreno dentro de la Sección Oficial del próximo Festival de Málaga.
Según explicó La directora a NAIZ, «he tenido la suerte de constatar la fuerza y profesionalidad de Patricia López Arnaiz, así como de Darío Grandinetti, ambos defendiendo con uñas y dientes dos personajes realmente complicados. Las dos revelaciones sin duda son Aina Picarolo e Iñigo Aranburu. Solo pensar en todo el trabajo y el esfuerzo de todos ellos para contar esta historia, me emociona profundamente».
Una reflexión desde la complejidad sicológica y social
La actriz gasteiztarra Patricia López Arnáiz (‘Ane’, ‘20.000 especies de abejas’) encarna el rol de una mujer que regresa a su pequeña localidad natal para vengarse del hombre que abusó de ella treinta años atrás. Dicho personaje está interpretado por Darío Grandinetti, un prestigioso actor argentino que incluye entre su extensa filmografía películas como ‘Rojo’, por la que ganó la Concha de Plata al Mejor Actor en Zinemaldia 2018.
Sobre el tono y las claves de este filme, la guionista y directora explicó a NAIZ que «a través de la película quiero hablar de dónde están los límites del consentimiento desde un punto de vista femenino activo. Una reflexión no desde la victimización, sino desde la complejidad sicológica y social que entraman este tipo de relaciones y todo ello narrado mediante los códigos tradicionales del western. En esta oportunidad, se trata de una mujer que regresa a su pequeña localidad natal para rendir cuentas».