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Con el BNG en su cenit, Galiza se juega su futuro y el de Feijóo

Este domingo más de dos millones de gallegos van a las urnas para decidir si el favorito PP sigue al frente de la Xunta o hay un cambio histórico liderado por la soberanista Ana Pontón. Los comicios más reñidos en dos décadas impactarán en el liderazgo de Génova.

El candidato del PP, Alfonso Rueda, quiso dar un impulso a su campaña con la presencia de Isabel Díaz Ayuso. (Adrián IRAGO | EUROPA PRESS)

Quizás se arrepienta estos días el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, de haber dicho en varias entrevistas antes de la campaña gallega que él «asumía en primera persona los resultados» del 18F. Seguramente no avizoraba el sprint final del Bloque Nacionalista Galego (BNG) y la errática campaña que se le fue de las manos a Génova por las contradicciones sobre el indulto a Carles Puigdemont.

La última encuesta del CIS da esperanzas a los nacionalistas gallegos al otorgar a los ‘populares’ entre 36 y 38 escaños (la mayoría absoluta está en 38) y al BNG, entre 20 y 26, por lo que podrían gobernar quizás en alianza con el PSOE, que oscilaría entre los 15 y 17.

Por su parte, podría obtener representación Sumar (entre 0 y 2 escaños) y el regionalista conservador Democracia Ourensana estaría cerca de conseguir un escaño. Podemos Galicia se quedaría fuera sin posibilidades, así como Vox.

Desde las autonómicas de 2005 el resultado no se presenta tan ajustado. En aquella oportunidad el bipartito PSOE y BNG consiguió tan solo un escaño más que el PP del histórico Manuel Fraga, tras la crisis del Prestige. El descalabro de la derecha forzó la salida del caudillo gallego y Feijóo cogió las riendas del partido, haciendo un viraje ideológico: alejándose de posiciones más cercanas al galleguismo y confrontando con los derechos lingüísticos.

En 2009 el PP retornó al poder y ha gobernado desde entonces. El actual líder del PP estatal se fue en 2022 y su mano derecha, Alfonso Rueda, asumió la presidencia de la Xunta.

En la acera de la oposición también hubo cambios: el BNG consiguió en 2020 el sorpasso al PSOE, alcanzando el 24% de los votos y ha liderado la oposición los últimos cuatro años, de la mano de Ana Pontón.

El BNG, cerca de hacer historia La oriunda de Sarria es el liderazgo más consolidado de los que participan en estos comicios, ya que Rueda y los líderes del PSOE, José Gómez Besteiro, y Sumar, Marta Lois, debutan como cabecera de candidatura. La estrategia del BNG de aparcar la reivindicación independentista y focalizar el discurso en las cosas del comer viene dándole frutos en el último quinquenio y por eso tanto su optimismo como las posibilidades que reflejan las encuestas se encuentran en el cenit.

Fuentes de la coalición soberanista preguntadas por GARA admiten que nunca estuvieron tan cerca de hacer historia y conseguir la mitad más uno de los escaños en alianza con el PSOE, siendo además el nacionalismo el partido mayoritario. Dos factores, admiten, pueden jugar en su contra: la baja participación y la dispersión del voto del cambio.

En el Bloque aseguran que si los gallegos que van a votar superan el 65% del padrón, el cambio de mayoría será un hecho, aunque el voto opositor suele contar con la baza negativa de considerar al PP como un partido invencible.
El otro factor es que las opciones de Sumar y Podemos (que no lograron pactar una coalición debido al duro enfrentamiento a nivel estatal) dispersen votos que acaben sin tener escaños (el suelo electoral es el 5%).

Pero también eso último puede afectar a Rueda, ya que en el gran bastión ‘popular’, Ourense, está Democracia Ourensana que arañaría un escaño y cuyo discurso es más cercano al conservadurismo que al BNG.

Nervios en el PP

Y en los últimos días la ultraderecha de Vox ha arremetido fuerte para lograr romper el techo de cristal y conseguir un asiento en el único parlamento autonómico donde aún no lo ostenta.
Varios medios vinculados a Génova han señalado que sería Vox el culpable de la caída de la mayoría de derechas. Esa reflexión ha sido incluso portada de diarios como “La Razón”.

«Esas amenazas, intentos de chantaje por parte de los lacayos mediáticos del PP, me importan un bledo y no me asustan en lo más mínimo. Son estrategias de perdedores», disparó su presidente, Santiago Abascal, que participó activamente en la campaña.

No hay dudas de que el PP ha entrado en estado de preocupación y nerviosismo y su campaña ha sido más agresiva que de costumbre, vinculando día sí y día también al BNG con EH Bildu y tratando de azuzar el miedo a un «procés» gallego y a la inmersión lingüística.

Alfonso Rueda ha convocado a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, para que potencie la campaña y ha hecho un uso impúdico de la televisión pública. El resultado de mañana puede dejarlo fuera de la Xunta y a Feijóo al borde del precipicio.