INFO

Payasos, acróbatas y Pikachu, al rescate de los niños de Gaza

Los bombardeos israelíes y los combates han obligado a los niños y niñas de la Franja de Gaza a abandonar sus hogares y muchos de ellos han perdido a sus seres queridos, algunos a toda su familia. Payasos, acróbatas y el propio Pikachu han acudido a su rescate y consiguen arrancarles una sonrisa.

Un grupo de niños y niñas juegan con una pelota en una de las actividades organizadas para ellos el campo de desplazados de Rafah. (Mohammed ABED | AFP)

En muchos rincones de Gaza, entre el estruendo de las bombas israelíes, se escucha el griterío de los niños y niñas, que juegan y cantan con payasos que recorren las escuelas convertidas en refugios organizando actividades que den un respiro y alivien psicológicamente a los menores.

En el campo de refugiados de Nuseirtat, la alegría vuelve durante unos minutos a las caras de los niños y niñas de la Franja de Gaza cuando aparecen payasos, acróbatas e incluso Pikachu. Por unos minutos, olvidan la tragedia que están viviendo, los bombardeos y masacres cometidas a diario por los israelíes, la muerte que les rodea.

En el patio de una escuela de este campo del centro del territorio palestino que ahora alberga a familias desplazadas por la brutal ofensiva que el régimen sionista está llevando a cabo desde octubre contra este enclave palestino, los niños siguen a un animador mientras gritan, levantan los brazos al cielo y aplauden.  

Dos voluntarios disfrazados de Pikachu, el pequeño y legendario personaje de dibujos animados de color amarillo, saltan frente a los niños. Otro animador disfrazado de Bugs Bunny, el conejo gris y blanco de dibujos animados, empuja a un niño pequeño en silla de ruedas y, detrás de él, los demás le siguen en fila india, abrazados unos a otros.

La fiesta llega a su apogeo con ‘A Ram Sam Sam’, una canción con gestos y letras sencillas que los niños cantan cada vez más rápido. 

«Organizamos jornadas de animación en las escuelas refugio» para los palestinos desplazados, «con el fin de reducir la carga que impone a los niños la guerra israelí en la Franja de Gaza», explica uno de los animadores, el artista Omar al-Saidi.

En casi seis meses de bombardeos y asedio contra el enclave palestino, ya han muerto al menos  32.552 personas en Gaza, incluidos más de 14.000 niños y más de 9.000 mujeres. Según las autoridades gazatíes, unos 17.000 niños han perdido a uno o ambos progenitores.

Escapar de la «pesadilla»

«Somos conscientes de que comienzan a aparecer traumas en los niños. Así que estamos tratando de dedicar tiempo al alivio emocional y a presentar espectáculos para tratar de reducir el impacto del trauma en los niños de la Franja de Gaza», apunta Wasim Lobed, presentador de un programa de entretenimiento infantil.

En Nuseirat, los números de payasos y las demostraciones de break dance se suceden.

El sufrimiento mental de los niños y adolescentes en Gaza es tan profundo que algunos esperan morir rápidamente para escapar de la «pesadilla» que viven a diario, aseguró el martes James Elder, un portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Protección de la Infancia (Unicef).

Unicef recuerda que los niños, niñas y adolescentes, casi el 50% de la población del enclave, ya vivían en unas condiciones inhumanas en la Franja de Gaza y esta última ofensiva israelí les ha llevado más dolor y les está ocasionando más traumas.

La brutal ofensiva sionista sobre Gaza, iniciada tras el ataque de Hamas del 7 de octubre contra
Israel, ha destruido la infraestructura de Gaza y las agencias de ayuda afirman que sus 2,4 millones de habitantes necesitan urgentemente asistencia, ya que la población afronta una crisis humanitaria sin precedentes y se encuentra amenazada por la hambruna.

«Totalmente desesperados»

Los niños están «totalmente desesperados», apunta James Elder, quien se encuentra en el territorio palestino, después de reunirse con adolescentes el lunes. «Lo indecible se dice regularmente en Gaza», asegura.

El artista Omar al-Saidi espera, por su parte, que «este espectáculo muestre al público que seguimos ahí, inquebrantables, y que la sonrisa permanecerá para siempre en los rostros de los niños».