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Ribera reconoce su malestar con Repsol tras las nuevas amenazas de Imaz

Tras nuevas amenazas de Josu Jon Imaz, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha reconocido su molestia con la «dureza» con la que Repsol «trata a la política verde europea». Ha valorado la situación «complicada» de la petrolera al basar su negocio en los combustibles fósiles.

La ministra Ribera y el CEO de Repsol, Imaz. (NAIZ)

«¿La ministra quiere que cerremos las refinerías que dan en España y solamente en la parte de Repsol, 28.000 empleos? ¿Es esto lo que queremos como sociedad, es lo que queremos para nuestros jóvenes, o queremos una industria fuerte en España? Nos revelamos ante aquel que ve la industria como un problema». De esta forma se expresó hace unas semanas el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, para cargar una vez más contra las políticas acordadas por el Gobierno español con sus socios.

Tras estas palabras y varios encontronazos dialécticos, este miércoles, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha reconocido en un desayuno informativo organizado por Europa Press su molestia con la «dureza con la que Repsol trata a la política verde europea o las decisiones de política industrial y de política económica del Gobierno».

«No les gusta que alguien les diga que ser tecnológicamente neutro no puede separarse de un proceso de descarbonización o que es importante velar por el empleo y no lo contrario», ha señalado Ribera añadiendo que «lo peor que podría hacer una compañía es pensar que el empleo de sus trabajadores solamente es viable sin descarbonizar». La ministra también ha estimado que la compañía dirigida por Josu Jon Imaz sabe que ese proceso de cambio y transformación «lo tiene que hacer» para abordar ese camino a la descarbonización y «garantizar el empleo de sus trabajadores».

Así, ha destacado que Repsol está en una situación «más complicada que otras empresas», ya que «al ser una petrolera y su negocio es trabajar con combustibles fósiles, pues el proceso de descarbonización es un poquito más complicado que aquellas empresas cuyo negocio es precisamente desde el principio soluciones que no utilizan combustibles fósiles».

«Greenwashing»

La ministra no ha querido pronunciarse respecto al hecho de si la publicidad de Repsol puede considerarse, en su opinión, ‘greenwashing’, tal y como Iberdrola ha denunciado en un tribunal de Cantabria, aunque ha recordado que en otros países como Reino Unido sí que se ha producido un fallo en contra de la energética en este sentido.

Lo que sí ha valorado Ribera es que «a lo ‘verde’ se le empieza a dar un valor en el mercado». «Si queremos que la sociedad confíe en lo que se dice, en los mensajes que le llegan, que no que piense que vale cualquier cosa, es importante contar con unas reglas comunes que descarten el que se pueda hacer publicidad llamando a algo por lo que no es. Y yo creo que esto es una buena cosa, porque necesitamos la confianza de los consumidores», ha añadido.