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«Dilema Netanyahu»: el país en contra, más aislamiento y sin victoria en Gaza

Netanyahu trabaja para disipar la presión para continuar la guerra. Mientras las conversaciones de alto el fuego se reanudaron ayer en El Cairo, confía en que Biden siga haciendo la vista gorda, a pesar de la presión internacional y las multitudinarias protestas antigubernamentales en Israel.

Familiares y partidarios de los rehenes durante una manifestación frente al Ministerio de Defensa en Tel Aviv. (Jack GUEZ | AFP)

Hay que reconocer al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, esa capacidad de eludir las promesas que ha hecho para obtener más tiempo, más ayuda, y para así tratar de aliviar la presión sobre sí mismo. Hasta el momento, en parte, lo ha conseguido; otra cuestión es si esa posición puede ser sostenible en adelante.

Por de pronto, los manifestantes volvieron a tomar las calles de Tel Aviv, Cesarea y Haifa este fin de semana para exigir su dimisión y la liberación de todos los rehenes retenidos en Gaza. Miles de personas tomaron las calles, ondearon banderas israelíes y sostuvieron carteles con imágenes de rehenes, pidiendo al gobierno que los trajera vivos a casa. En Tel Aviv, se escuchaba corear: «No tenemos miedo; ustedes destruyeron el país y nosotros lo arreglaremos.

Vendedor de verduras en Rafah antes de la celebración del fin del Ramadán. (Mohammed ABED | AFP)

Queremos que (los rehenes) regresen vivos y no en ataúdes»; se veían carteles donde se podía leer «El gobierno que destruyó el país y desgarró la nación». Otra pancarta pedía la «división de religión y Estado» y otra decía que «Netanyahu es peligroso para Israel».

Presión en todos los frentes

Pero Netanyahu y su gobierno no están bajo una presión cada vez mayor solo en su país. La guerra en Gaza dura ya seis meses y la paciencia de los aliados de Israel se está agotando. A medida que la escala del genocidio y del número de muertos en el enclave sigue aumentando, resulta cada vez más claro que Netanyahu no tiene un plan viable sobre cómo poner fin a la guerra y sobre lo que viene después. Cada vez más aislado en el escenario mundial, con su gobierno enfrentando presiones de todos frentes...

El ejército israelí ha publicado los nombres de otros cuatro soldados muertos en Gaza, con lo que sus pérdidas en combates terrestres ascienden a 604. Los cuatro comandos murieron el sábado en el sur de Gaza. Hamás se atribuyó una emboscada contra las fuerzas israelíes en la ciudad de Khan Younis.

Múltiples organizaciones internacionales advierten que Israel está cometiendo un genocidio de manual, e incluso los aliados más cercanos del país ahora critican abiertamente a Netanyahu. Sin ir más lejos, ayer mismo en un artículo de opinión publicado en el "Sunday Times", el secretario de Asuntos Exteriores británico, David Cameron, advirtió que el respaldo de Gran Bretaña a Israel «no es incondicional», y añadió que, lejos de otorgarle carta blanca para hacer y deshacer a su antojo, «como potencia ocupante, Israel tiene una responsabilidad ante el pueblo de Gaza» y «debe respetar» las leyes humanitarias.

Por otra parte, fuentes familiarizadas con la conversación entre Netanyahu y el presidente de EEUU el pasado jueves adelantaron que el primero respondió rápidamente tras la amenaza de Biden. Al parecer, este señaló varias cosas que necesitaba que el primer ministro israelí hiciera de inmediato: abrir el cruce de Erez hacia el norte de Gaza y el puerto de Ashdod en el sur de Israel para recibir ayuda humanitaria; aumentar significativamente los suministros que llegan a través de Kerem Shalom. Esas mismas fuentes, según recoge la CNN, parafrasearon a Netanyahu diciendo: «Joe, lo haremos».

Tres personas resultaron heridas cuando un israelí atropelló a una multitud de manifestantes antigubernamentales que bloqueaban una carretera en Tel Aviv el sábado por la noche.

Pero Biden no había terminado. El primer ministro debe anunciar las medidas esa misma noche, insistió el presidente. El mismo jueves por la noche, el gabinete de seguridad israelí había aprobado esas tres medidas para aumentar la ayuda humanitaria que ingresa al enclave asediado. Según medios estadounidenses, esa llamada telefónica relativamente breve entre los dos líderes marcó la primera vez que Biden amenazó a Netanyahu con graves consecuencias si Israel no cambiaba la forma en que estaba librando su guerra en Gaza.

Retirada de Khan Younis

Sin informar claramente sobre los motivos, y con Hamás reivindicando una emboscada letal contra miembros de las fuerzas especiales israelíes en Khan Younis, Tel Aviv informó ayer dice que ha retirado las fuerzas terrestres de esa ciudad en el sur de Gaza tras tres meses de cruentos combates, aunque mantendrá una «fuerza significativa» en otras áreas. Al parecer, las fuerzas restantes estarían ubicadas a lo largo del llamado Corredor Netzarim, una ruta que divide la Franja de Gaza en dos. El corredor cruza una de las dos principales carreteras norte-sur de Gaza, la calle Salaheddin, para crear un cruce central estratégico.

Según una exclusiva del diario israelí "Haaretz", un médico de un hospital de campaña para palestinos detenidos en una base del ejército israelí describió «condiciones deplorables» y amputaciones «rutinarias» debido a lesiones de las esposas.

Según el comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel, su 98.ª división había «concluido su misión» en Khan Younis y abandonó la Franja de Gaza para «recuperarse y prepararse para futuras operaciones», dijo. Y añadió que una «fuerza significativa liderada por la 162ª división y la brigada Nahal continúa operando en la franja de Gaza». La medida plantea dudas sobre el tan publicitado plan de invasión de Rafah, la zona densamente poblada del sur de la Franja que hasta ahora ha escapado de los combates terrestres.

Según distintos analistas, esos movimientos del ejército israelí en Gaza estarían relacionados también con la amenaza de una extensión de la guerra si, como parece, Irán materializa sus promesas de responder ante el ataque al anexo consular de su embajada en Damasco, particularmente letal para al-Quds, el brazo de operaciones exteriores de los Guardianes de la Revolución..

Siguen las conversaciones

Tampoco hay que perder de vista la nueva ronda de conversaciones sobre el alto el fuego que ayer se celebró en El Cairo. Hamas confirmó el sábado que enviaría una delegación y reiteró sus exigencias, que incluyen un alto el fuego permanente, la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza, el regreso de los desplazados y un acuerdo «serio» de intercambio de prisioneros palestinos por rehenes israelíes. Según cifras israelíes, unos 129 rehenes siguen desaparecidos tras ser secuestrados.

Yahya Rahim Safavi, alto asesor del líder supremo de Irán, consideró la confrontación con Israel como un «derecho legítimo y legal» y advirtió que ninguna de las embajadas de Israel estaba ya segura, informó la agencia de noticias semioficial Tasnim.

Se esperaba que el director de la CIA, Bill Burns, asistiera a las conversaciones de El Cairo, junto con el ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, y según se confirmó ayer, una delegación israelí. Cabe recordar que anteriormente Israel se mostraba indeciso sobre si asistir o no, citando siempre la preocupación de que las conversaciones serían «más un teatro político que un progreso real».

Distintos medios especulaban con que Burns presionaría en la misma línea de Biden, que pidió la semana pasada un «alto el fuego inmediato» tras los ataques aéreos israelíes que mataron a siete empleados de la organización benéfica internacional de alimentos World Central Kitchen.

«Preparados para gestionar cualquier escenario con Irán»

El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha dicho que han completado los preparativos para afrontar cualquier escenario que pueda desarrollarse con Irán. La oficina del ministro hizo la declaración tras realizar una «evaluación de la situación operativa» con altos oficiales militares, según Reuters.

Estos preparativos se producen después de que Irán prometiera venganza tras el ataque aéreo israelí que destruyó el consulado iraní en Damasco, matando al menos a 11 personas la semana pasada, incluido un alto comandante de la fuerza al-Quds del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución. Israel, que no se ha atribuido la responsabilidad del ataque, suspendió posteriormente los permisos para las unidades de combate y reforzó su comando de defensa aérea para hacer frente a un posible ataque de represalia con misiles o drones por parte de Irán.