Un eclipse solar total recorre Norteamérica, desde la costa oeste de México a Canadá
La Luna se ha interpuesto entre la Tierra y el Sol, produciendo un eclipse solar total, un auténtico espectáculo en el norte del continente americano y que ha generado gran expectación en millones de personas.
La costa oeste de México ha sido la primera en quedar a oscuras este lunes por un eclipse de sol total, un fenómeno esperado por millones de personas y cuya trayectoria ha atravesado Estados Unidos antes de terminar en Canadá.
El fenómeno ha oscurecidi por completo una franja norte del país, desde el estado de Sinaloa hasta el Coahuila, y causado altas expectativas en la población.
Aunque en la Ciudad de México solo se ha observdo de forma parcial, donde el sol se ha ocultado en un 79 % durante casi 4 minutos y medio, los capitalinos se han reunido en distintos puntos a apreciarlo.
Uno de ellos fue Ciudad Universitaria, donde más de 7.000 personas se aglomeraron desde poco antes de las 10:00 para tomar un lugar y apreciar el eclipse, que no ocurría en México desde julio de 1991.
La sombra de la Luna ha sumergido la costa del Pacífico de México en la oscuridad total a las 11.07 horas locales (20.07 en Euskal Herria) y ha recorrido después Estados Unidos, antes de volver al océano sobre la costa atlántica de Canadá poco menos de una hora y media después de tocar tierra.
El eclipse, al menos parcial, han podido verlo poco más de 650 millones de personas que viven en Estados Unidos, Canadá, México, pero solo 42,8 millones han podido verlo en su totalidad.
A lo largo del «camino de la totalidad» del eclipse, en el que la Luna ha ocultado completamente al Sol durante unos minutos, se han organizado festivales, fiestas e incluso bodas multitudinarias. La nubosidad ha sido traba en partes de Texas y los estados del noreste de Estados Unidos.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, presente en la ciudad de Mazatlán, ha exclamado un «¡Ah!» cuando el sol se ha convertido en una corona de fuego en torno a la luna. «Puede verlo sin lentes, presidente», lo ha alentado una de las astrónomas.
«Un eclipse solar total es uno de los eventos más conmovedores que uno puede vivir», ha afirmado la astrofísica Jane Rigby, científica principal del proyecto Webb de la Nasa. «Sientan sus sensaciones. Ustedes son parte del universo», ha añadido.
La trayectoria de totalidad de este año ha tenido 185 kilómetros de ancho y ha incluido una región donde viven casi 32 millones de estadounidenses. Otros 150 millones viven a menos de 320 kilómetros de la franja y los que se encuentran más lejos han podido disfrutar de un eclipse parcial o seguir una retransmisión por Internet proporcionada por la NASA.
El próximo eclipse solar total que podrá verse desde gran parte de Norteamérica no llegará hasta 2044.
Seguridad
Un eclipse total ocurre cuando la Luna se sitúa exactamente entre la Tierra y el Sol, bloqueando temporalmente su luz en pleno día.
El Sol es unas 400 veces más grande que la Luna, pero está 400 veces más lejos, por lo que ambos parecen de tamaño similar.
La NASA ha retransmitido un video en directo durante tres horas desde varios lugares, con imágenes de telescopios y comentarios de expertos.
Varias regiones han declarado «estado de emergencia» para afrontar mejor la afluencia de visitantes.
Las autoridades llevan semanas elaborando instrucciones de seguridad, en particular la necesidad de utilizar gafas especiales para mirar al Sol y evitar daños oculares.
Atascos y festivales
El entusiasmo es tal que canales como CNN han llevado una cuenta regresiva.
Las empresas han aprovechado la expectativa con eventos especiales, mientras que los hoteles y los alquileres de corta duración en lugares privilegiados para ver el eclipse llevan meses llenos.
Muchas regiones han registrado una llegada masiva de turistas.
La capital de Estados Unidos ha celebrado un festival al aire libre y con variedad de actividades para observar el último eclipse solar total en el país hasta dentro de 20 años
En Washington, han sido miles de personas las que se reunieron en el extenso parque National Mall, donde el Museo Nacional del Aire y del Espacio ha organizado una celebración que se ha prolongado durante cuatro horas con «estaciones» lúdicas para todas las edades, entre las que destacó la oportunidad de observar el eclipse a través de distintos telescopios.
«Estoy muy emocionada, me siento una privilegiada por poder ver el eclipse», ha señalado a Efe desde el parque Alexandra Hopkins, una estudiante universitaria en Washington, originaria de Ohio.
«Parece casi imposible que algo así pueda suceder», ha añadido la joven equipada con las gafas homologadas cuando ya se podía ver de forma significativa el efecto del eclipse y el cielo empezó a oscurecer.
En Washington ha podido verse cómo la luna cubría el sol al 89% y, concretamente, el eclipse ha sido visible entre las 14.04 hora local (20.04 en Euskal Herria) y las 16.32 (20.32); con el punto máximo situado a las 15.20 (19.20).
Ya desde antes de que la Luna empezara a interponerse entre el sol y la Tierra, las amplias zonas de césped del Mall estaban llenas de curiosos con telescopios, familias con niños y grupos de amigos que esperaron la llegada del acontecimiento con refrigerios y comida.
A diferencia de la mayoría de los puntos del país situados en la franja de totalidad, la meteorología en la capital estadounidense no se ha interpuesto en la visualización del fenómeno, puesto que el cielo no ha estado especialmente nublado en las horas clave.
El presidente estadounidense, Joe Biden, que se encontraba en un evento en Wisconsin, ha sido visto abordando el avión presidencial Air Force One con sus gafas especiales para el eclipse, pero no ha ofrecido una imagen observando el fenómeno.
El evento generó expectativa entre millones de habitantes en todo el país, como Amie Hirrschoff, quien ha asegurado que la experiencia de ver como se hacía de noche durante algunos minutos en pleno día ha sido «única y muy especial».
A Hirrschoff, de Dakota del Sur, le ha coincidido esta fecha señalada con un viaje cerca de la capital estadounidense y ha decidido que el Mall, al estar «rodeado de monumentos históricos», era el «lugar perfecto» para ver el eclipse junto a su pareja.
Otros museos Smithsonian, la NASA, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), la Fundación Nacional de Ciencias de EEUU y el Observatorio Radioastronómico Nacional son otros de los colaboradores de la fiesta que ha ofrecido una amplia oferta educativa.
Más allá de la capital, el interés ha sido general.
«Tenemos gente de los 50 estados, incluso de Alaska y Hawái. Hay turistas de Países Bajos, Finlandia, Alemania, Israel, Nueva Zelanda», ha explicado Jennyth Peterson, encargada de eventos en el parque Stonehenge II en Ingram, Texas, donde existe una réplica de la estructura prehistórica de Inglaterra.
«Aunque esté nublado, se va a poner increíblemente oscuro, especialmente con nubes», decía Jeff Snyder, un ingeniero de 68 años que ha viajado desde California junto con su esposa y había traído su propio telescopio. «Todo el mundo se va a volver loco y se oirán gritos».
En Cleveland, donde las autoridades locales esperaban unos 200.000 visitantes, el Salón de la Fama del Rock & Roll ha organizado un Solarfest de cuatro días de música en directo.
En Russellville, Arkansas, 300 parejas intercambiarán votos durante una boda masiva organizada bajo el lema ‘A Total Eclipse of the Heart’, en referencia a la famosa canción de Bonnie Tyler.
Muchos hoteles llevan meses llenos, con precios exorbitantes, y se esperan atascos de tránsito, como en 2017.
Muchas escuelas han cerrado o han permitido a los estudiantes salir temprano. El eclipse también se ha podido admirar desde el aire: algunas compañías aéreas han planeado vuelos a lo largo del camino de la oscuridad, cuyos billetes ya se han agotado.
Los astronautas de la Estación Espacial Internacional han podido ver también la sombra de la Luna recorriendo la superficie de la Tierra.
Interés científico
El evento también es de interés científico. La NASA tenía previsto lanzar tres pequeños cohetes sonda antes, durante y justo después del eclipse desde Virginia, en el este de Estados Unidos.
El objetivo: medir los cambios causados por la oscuridad en la parte superior de la atmósfera terrestre, la ionosfera, por donde pasan gran parte de las señales de comunicación.
La corona solar, la capa exterior de la atmósfera del Sol, se hace especialmente visible durante un eclipse. Se observará con atención: aquí es donde se producen las erupciones solares.
El próximo eclipse total visible en Estados Unidos (excluyendo Alaska) tendrá lugar en 2044.
En Euskal Herria, al igual que en la mayor parte de Europa, podrá verse antes uno total, el 12 de agosto de 2026, que comenzará a observarse a las 19.30 y, ya de forma parcial, hasta el ocaso.