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Un eje demasiado bien engrasado


Menos de un mes después de ser despedido del Gobierno por mal comportamiento, Ibon Etxeberria obtuvo, por procedimiento abreviado, el permiso oficial para reingresar en el Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia de donde procedía, lo que tiene su lógica. Pero también de allí lo despidieron, de forma improcedente según el TSJPV, y en un santiamén Lakua le permitió contratar por Serikat Consultoria SA y Laubana SL. Luego llegó el salto también consentido a Farmaconsulting Transacciones. Y ahora, pasado el periodo de carencia legal, lo ficha La Pau, con quien en sus tiempos de alto cargo firmó suculentos contratos. 

Nadie puede pedir que quien ha tenido un cargo público esté condenado a no poder volver a trabajar, pero llama la atención que, por ejemplo, el exconsejero de Sanidad Jon Darpón y su viceconsejera, Fátima Ansotegi, obtuvieran permisos gubernamentales para tener cargos directivos en Keralty Healt, multinacional sanitaria del jelkide Joseba Grajales, en tiempo tan récord como dos días. Pruebe cualquiera a hacer un trámite administrativo en 48 horas para dejar un cargo y poder firmar otro.

A pesar de lo escrito en la norma, esta legislatura ha dado suficientes pruebas de que el Ejecutivo de Lakua es sumamente laxo en el control de lo que hacen sus cargos cuando dejan la Administración pública y se incorporan a trabajos privados, demasiadas veces sin ni siquiera cumplir los trámites obligatorios. No se trata de pensar mal, pero hay quien acierta.