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Las evasivas de Pradales en Osakidetza y el cambio cooperativo de Otxandiano marcan el debate

Un Imanol Pradales ya autoproclamado lehendakari y un Pello Otxandiano propositivo contra el bloqueo de alianzas han confrontado sus planteamientos en el principal debate de campaña. Una discusión con contenido y sin distorsiones pese al ataque previo en Barakaldo que estuvo a punto de frustrarlo.

Martínez (Vox), Gorrotxategi (EP), Andueza (PSE), Pradales (PNV), Otxandiano (EH Bildu), De Andrés (PP) y García (Sumar), antes del debate. (EiTB)

Osakidetza, vivienda y economía han marcado el gran debate de la campaña para el 21A, realizado este martes noche en EiTB, con dos propuestas divergentes lideradas por PNV y EH Bildu. El aspirante jeltzale, Imanol Pradales, ha vuelto al espacio-refugio de la defensa de la gestión de Lakua, asumiendo menos errores que los admitidos estas últimas semanas. Frente a él, Pello Otxandiano, por EH Bildu, ha combinado las críticas a las fallas en la gestión con las propuestas de acuerdos de país: «Existe la tentación de seguir haciendo lo mismo, pero también el deseo de cambio, porque este país se mueve», ha concluido citando a Galileo.

 

Pradales, por contra, ha apostado en su «minuto de oro» por un mensaje conservador frente al de cambio: «Con las cosas de comer no se juega», ha concluido. Ya había comenzado en la misma línea.



El debate ha arrancado condicionado lógicamente por el ataque a Imanol Pradales producido apenas dos horas y media antes, cuando se dirigía desde un mitin en Barakaldo hacia la sede de ETB. Toda la atención inicial ha girado sobre su estado. De hecho, el candidato jeltzale ha entrado al plató relatando al resto de participantes qué es lo que le había ocurrido. En este debate rivalizaba con Pello Otxandiano (EH Bildu), Eneko Andueza (PSE), Javier de Andrés (PP), Miren Gorrotxategi (EP), Alba García (Sumar) y Amaia Martínez (Vox).

Ya ante las cámaras, Pradales ha admitido que «estoy con el susto en el cuerpo, pero vamos a por ello». Todos le han transmitido su solidaridad y Otxandiano especialmente le ha deseado que participara «con la mejor disposición». «Aurrera Imanol!», ha dicho De Andrés. Tanto a su llegada como durante el debate Pradales ha dado las gracias a «Endika y Sofía, los oftalmólogos que me han atendido».

El cruce de ideas ha sido sosegado en general (salvo las interrupciones algo crispadas de Andueza) y con cierta profundidad, aunque pocas novedades. Otxandiano y Pradales han llevado la voz cantante dentro del reparto equitativo de tiempo. No han aparecido elementos corrosivos como las acusaciones a EH Bildu en relación a ETA. Tampoco rifirrafes entre Elkarrekin Podemos y Sumar, que se disputan la misma bolsa de voto.

La aparición más novedosa ha sido la de Alba García, que no estuvo en el debate de ETB-1 por cuestiones de capacidad lingüística. El representante del PP ha estado en tono plano, salvo en la embestida contra la RGI, que le ha enfrentado a la de EP: «Espero que nadie de su entorno la necesite algún día». Y la de Vox ha lanzado unas cuantas descalificaciones, pero nadie le ha entrado al trapo.



Osakidetza, ¿ahora sí?

El bloque quizás clave para la mayoría de la opinión pública ha sido el de los servicios públicos, que ha sido centrado exclusivamente en sanidad por los contertulios. «Yo no voy a entrar en una carrera para desprestigiar a Osakidetza, yo con la salud no juego», ha alegado el candidato del PNV, tan esquivo hoy en este tema como lo estuvo en el debate de ETB-1.

Pradales: «No voy a entrar en una carrera para desprestigiar a Osakidetza, yo con la salud no juego»

Pradales ha recurrido al victimismo al asegurar que en este tema «esto es un seis contra uno» y ha demandado propuestas de solución en forma de «acuerdo de país». «¿Y por qué esto no se ha hecho hasta ahora?», le ha preguntado Otxandiano.

 

Pradales ha recurrido entonces a culpar a la pandemia, pero su rival de EH Bildu le ha recordado que había problemas y quejas anteriores. «No es una buena política negar, ni dejar de asumir responsabilidades. No se pueden hacer ahora promesas que no se han cumplido», ha añadido. En este punto Andueza ha intentado echar una mano a su socio jeltzale acusando a EH Bildu de «no tener propuesta».

Desde el espacio confederal, Sumar ha propuesto «blindar Osakidetza con presupuesto y reduciendo la temporalidad porque las condiciones de trabajo son muy malas». Por su parte, EP ha puesto la clave en «revertir la privatización», «atraer a profesionales a Osakidetza» e «introducir regímenes de incompatibilidad, por ejemplo para jefes de servicio».

Para el PP, el deterioro viene de «la ideologización y la construcción nacional», argumento manido en campaña pero poco desarrollado. Vox ha puesto el acento en Araba, que es donde tiene esperanza de rascar algún escaño.

Cuidados, modelo policial o educación entraban en este amplio capítulo, pero la cuestión de Osakidetza se lo ha comido casi todo.

Pública o privada, liberal o social

El primer bloque de debate ha versado sobre economía. Otxandiano ha demandado una «política activa» del Gobierno de Lakua porque se avecina «una gran transformación» y la economía «tiene que ser mucho más distributiva». Se le ha alineado Gorrotxategi denunciando que «las empresas se están forrando», mientras García reivindicaba «mejores salarios y calidades de empleo» y criticaba «el rentismo» que se practica con la vivienda.

Frente a ello, tanto Pradales como Andueza se han extendido en datos económicos positivos: «Estoy orgulloso de un país con la tasa de desempleo más baja del Estado, somos líderes mundiales en automoción, máquina-herramienta, aeronáutica..», ha enumerado el jeltzale. Luego ha censurado a EH Bildu que «no se fía de la empresa vasca» y ha abogado por «libertad» para su actividad y no por marcar pautas desde lo público: «Ustedes quieren controlar e intervenir», «a lo venezolano» ha remachado.

Otxandiano a Pradales: «Lo que usted defiende aquí no lo aplican ni los más liberales a nivel europeo»

 

Otxandiano le ha respondido que «el liberalismo que usted defiende aquí no lo aplican ni los más liberales a nivel europeo», aportando diferentes ejemplos. «El Estado liberal fue superado por el Estado social», ha remachado Gorrotxategi desde el bando izquierdo del plató.

Desde el PSE, Andueza ha reprochado al PP que hablara de pérdida de capacidad adquisitiva cuando luego vota en contra de revalorizar las pensiones. Y De Andrés ha pasado entonces a defender «menos impuestos» en vez de mejores salarios y jubilaciones.

Autogobierno y modelo de país

La parte de «autogobierno y modelo de país» traía la duda de si las dos mayores fuerzas encontrarían los puntos en común que se presumen. Otxandiano ha comenzado reivindicando «un estatus político que nos reconozca como nación y nos permita una soberanía del siglo XXI». «¡No cuente rollos a la ciudadanía vasca!», le ha replicado Andueza en tono abrupto. Ha insistido en preguntarle si lo que se propone es «Catalunya» e «independencia». «El Parlamento va a tener una mayoría soberanista muy amplia y a ese mandato popular se le debe un respeto», le ha trasladado Otxandiano, sin eludir las preguntas.

 

El candidato de EH Bildu ha recordado además al del PSE que el presidente español, de su propio partido, afronta este debate de la plurinacionalidad con más naturalidad. Y Pradales ha venido a coincidir con él, quizás la única vez en toda la noche, al mostrarle a Andueza los pactos firmados por Pedro Sánchez y Andoni Ortuzar que recogen ese debate pendiente.

Andueza, en tono bronco, a Otxandiano, tras su demanda de más soberanía: «¡No cuente usted rollos a la ciudadanía vasca!»

En cualquier caso, Pradales se ha quedado muy lejos de la posición de EH Bildu. «Como lehendakari, intentaré ampliar los consensos que se lograron con el Estatuto de Gernika en 1979», ha dicho recogiendo así uno de los eslóganes habituales de Iñigo Urkullu en el debate sobre el nuevo estatus. También ha aludido a «blindar las competencias propias con un sistema de garantías en que el árbitro deje de estar comprado», y poco más. Hace seis días, en euskara, fue algo más lejos.

Gorrotxategi ha apostado por la «libre determinación de los pueblos» y remarcado que «el tiempo de los Estados-nación ha pasado». Y García ha planteado: «Autogobierno sí, pero para ejercerlo», criticando aquí al PNV por su recurso contra la Ley de Vivienda estatal.



PP y Vox han estado lejos del meollo de este debate. De Andrés no entiende «querer separarse si somos más pequeños». La aspirante de Vox, no se sabe si en broma o en serio, ha apuntado: «Si me hablan de ‘modelo de país’, entiendo que es España».

PSE, pie en pared contra EH Bildu

La parte final se dedicaba a anticipar el panorama de gobernabilidad tras el 21A. En este aspecto se ha destacado en campaña Eneko Andueza, por postularse como quien decantará la balanza al mismo tiempo que descarta cualquier alianza con EH Bildu. Hoy ha hecho otro tanto: «Si está en nuestras manos, no haremos lehendakari a alguien de EH Bildu».

Pradales ha intentado de nuevo dejar puertas abiertas, sin atarse al PSE, aunque esto tenga poca credibilidad: «Voy a tejer acuerdos para todos, para nacionalistas y para no nacionalistas», ha aseverado. Pero Otxandiano le ha reprochado que se pretendan mantener alianzas que no tienen perspectiva de país futuro, sino que solo suman intereses partidistas: «Hay que dar paso a una política de cooperación, no convencional», ha demandado.

Para poner en duda esta voluntad, el candidato del PNV ha reprochado al de EH Bildu que «vaya 6-0» en pactos presupuestarios con el Gobierno español frente a los suscritos con Lakua. Pello Otxandiano le ha replicado que él mismo ha firmado pactos con el PNV, en alusión al de Educación, luego quebrado por la injerencia del PSE.

Para Alba García, «al PNV ya le toca irse un tiempo a la oposición, Euskadi necesita aire fresco». Y Miren Gorrotxategi ha considerado: «Si va a haber una mayoría abrumadora de izquierdas, ¿por qué eso no se va a plasmar en el gobierno?» Ha dicho no entender que EH Bildu incluya al PNV entre las posibilidades de pactos.