Vacas, perros y gafas, en el universo electoral paralelo
Se suele decir que existe un universo paralelo en las redes sociales. Un cosmos, a veces, un poco bizarro. Lo mismo se puede aplicar a esta campaña electoral, porque en las redes se está disputando una pugna paralela que, a ratos, resulta rara, insólita, peculiar... me crecen los adjetivos.
En esta campaña electoral, además de matarnos de sueño programando debates que terminan a horas intempestivas y de susto con sprays y otras pimientas del pasado, resulta que hay otros protagonistas. Y están en las redes. Son perros –el de Eneko Andueza es un boxer que se llama Nero y parece bastante más tranquilo que su dueño–, vacas –la vaca Bittori, que muge «noooo», como se supone que lo hace EH Bildu, a los cambios propuestos por un precioso perro pastor en uno de los vídeos publicados por el PNV– o, incluso, filtros con las gafas de un candidato.
Me refiero al filtro que está disponible en el perfil de Instagram de Pello Otxandiano, donde una se puede ‘poner’ sus gafas de pasta... he visto hasta a bebés con ellas ‘puestas’. Aunque nunca me hubiera imaginado que unos anteojos dieran para tanto: el grupo Noticias publicaba ayer una página con un perfil con bastante mala leche sobre el candidato de EH Bildu, titulada ‘El hombre de las gafas que no las llevaba’, donde mantiene la teoría de que Otxandiano ¡no necesita anteojos! Se los ha puesto porque «acentúan» su «imagen de intelectual y/o científico». Menos mal que alguien pone humor en campaña, aunque mucho me temo que va en serio.
El caso es que, metida por un día a analista política nivel usuario –no me pidáis más–, vaya por delante la constatación de que no le llegamos ni al nivel de la suela de sus zapatillas doradas ‘Never Surrender’ a Donald Trump –las sacó al mercado, a 399 euros, para pagar sus multas millonarias–, pero sí se percibe que las fuerzas políticas vascas por fin se han dado cuenta de la existencia de un caladero importante de pez fresco online. Pez o elector joven. Mirando a EEUU, es evidente que Obama lo sabía, por eso fue el primero en trabajarse a conciencia las redes; y de Trump dicen los expertos que su manejo de, sobre todo, Twitter (actual X) y Facebook fue uno de los factores que contribuyeron a su triunfo en los comicios de 2016. Trump llegó a alcanzar hasta 3.925.215 de ‘me gusta’.
Primero los datos, como en los estudios serios: analizadas las cuentas en Instagram, X y Tiktok de cinco candidatos –de Vox, me niego– a día de hoy, miércoles, hemos dejado fuera Mastodon, que todavía no ha entrado en campaña, y Facebook, que ni tengo, ni quiero; bastantes redes sigo ya. Y de lo que se desprende es que, mientras que X sigue siendo el lugar más ‘serio’ en cuanto a contenidos y la plataforma donde los candidatos que llevan más tiempo en política acumulan más seguidores, la batalla real por el voto joven se libra en Instagram y Tiktok.
El objetivo es evidente: dar a conocer a los candidatos al público joven, humanizarlos incluso. La cosa llega hasta tal punto de que el vídeo anclado en la cuenta de Imanol Pradales es aquel en el que Jiménez Losantos lo ningunea con aquello de «¡Cómo se llama? ¡Piernales, Pedernales...!». «¡Pradales! Me ha pasado toda la vida; por eso, mejor me llamáis Imanol», replica el de Santurtzi.
Por cierto, que es extraño que Imanol –si lo prefiere así, oye– no tenga cuenta propia en Tiktok y se use la del partido. La campaña jeltzale en redes, aunque bastante activa, está resultando un poco extraña por algún otro vídeo bastante ‘extraños’ y por ese cierto tono que tiene, entre naïf y paternalista. Hace pocos días Imanol ‘pedía’ a sus seguidores (1.074 tiene la cuenta de Tiktok del PNV; 2.448, la de Pradales en Instagram), que visitasen a sus «aitites y amamas» para enseñarles sus vídeos de la campaña, porque «a la gente mayor no les llegan».
Su contrincante, Pello Otxandiano, acumula 3.208 seguidores en Instagram y 698 en Tiktok. Tiene también una página web, donde se puede descargar y leer su programa electoral, pero es en Instagram donde tiene mucho movimiento (acumula 13,1 millones de ‘me gusta’). En sus vídeos le vemos no solo de mitin, sino también asistiendo al concierto al Zeid del BEC –con gafas y jersey al hombro, ay– o pidiéndole un autógrafo a Pello Reparaz.
Porque Tiktok si algo pide es acercar el foco al protagonista, para diseccionarlo, conocer sus gustos, sus manías... y he de reconocer que Eneko Andueza me tiene ojiplática, no por su dialéctica de txoko –ha inventado un género: los debates con apuesta de escaños entre candidatos–, sino por su vida online. Muy activo en redes, del día posterior al debate ha colgado ya tres, pero es otro el que me tiene en un sin vivir. Tiene ‘Mi pueblo’ anclado en Tiktok (1.283 seguidores en esa red; 1.978 en Instagram)... y resulta que ahora nos enteramos de que su pueblo no es Eibar, sino Morales de Toro, en Zamora. A Andueza también le vemos pasear por la playa con Nero, cocinar en su sociedad para sus amigos y una periodista que le va a entrevistar... pero le vemos en la Enekoneta, su furgoneta electoral.
De Javier de Andrés, poco que decir. Presencia seria en las redes (1.811 seguidores en Instagram), aunque no sé muy bien qué pensar de un vídeo humorístico, suponemos –«la txapela sin rosca queda mucho mejor», dice–. Respecto a la pugna entre Podemos y Sumar, a tenor de lo visto, andan así-así, aunque según nuestro entender, nada cualificado, Miren Gorrotxategi, tenga un poco más de presencia en redes. Eso sí, por favor, no más ensayos como el vídeo ‘exponemos nuestro programa en un minuto’, que Gorrotxategi escenifica desde un taxi. Casi nos da un perrenque: qué estrés. Om, candidatos.