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Debacle de 2015, «deslealtad» del PP, deriva del PSOE... Esparza se lame heridas en su adiós

En vísperas de dejar la Presidencia de UPN, Javier Esparza ha trazado un balance negativo de lo ocurrido en su mandato en entrevista a Efe, aunque destaca que «yo he ganado las elecciones». Carga contra el PSOE por sus alianzas y también contra el PP por «deslealtad»

Esparza felicita con desgana a Chivite tras su investidura en 2023. (Idoia Zabaleta | Foku)

Javier Esparza (Iruñea, 1970) dejará de ser presidente de Unión del Pueblo Navarro la próxima semana, en el 13º Congreso del partido, tras nueve años en el cargo en los que ha probado, sin éxito, diferentes fórmulas para alcanzar el Gobierno de Nafarroa y tiene claro que, llegados a este momento, «es bueno el cambio», ya que «no hay que eternizarse en los sitios». Así lo ha argumentado en una entrevista a Efe en que ofrece diversos argumentos y algunas excusas para explicar su falta de resultados.

Fue en 2015 cuando, tras la despedida de Yolanda Barcina, llegó al poder en el partido, en un momento de «crisis económica» y en esas primeras elecciones «el Gobierno pasó a manos nacionalistas».

Con «prácticamente todas» las grandes alcaldías perdidas, Esparza considera que fue un momento «difícil» en el que «parecía que Uxue Barkos (Geroa Bai) había llegado para siempre» y que no iba a haber «una mayoría constitucionalista».

En 2019 probó la fórmula de Navarra Suma, con PP y Ciudadanos: «Logramos una mayoría constitucionalista con el Partido Socialista para haber gobernado Navarra», dice. Define el momento, pese a que dio pie al Gobierno de María Chivite como «el mejor» en su etapa de presidente.

Lamenta que ahí se produjo la «clave» política hasta hoy, que fue la decisión del PSN de apoyarse en EH Bildu y otras fuerzas para llegar al Gobierno: «Ellos han decidido estratégicamente que su socio es EH Bildu y que no quieren saber nada con UPN, porque han podido llegar a acuerdos con nosotros».

Esparza recuerda que intentó que el PSN volviera a apoyarse en UPN y en el 2021 le ofreció «estabilidad» si se alejaba de EH Bildu y, tras las elecciones de 2023, propuso hacer presidenta a María Chivite a pesar de tener menos parlamentarios que los regionalistas, pero no logró acordar.

«UPN no ha tenido mayorías absolutas nunca, para gobernar tienes que ser capaz de llegar a acuerdos con otros. Y si los otros no quieren llegar a un acuerdo contigo, pues yo creo que está todo dicho. Tiene mucho que ver con la política en Madrid, tiene mucho que ver con los intereses de Pedro Sánchez. Sánchez necesita para ser presidente a Bildu y yo creo que eso condiciona absolutamente todo», alega.

Aun así, Esparza dice no rendirse. «En el año 2019 pensábamos que era imposible que el Partido Socialista pactara con Bildu y pactó. En el año 2024 pensamos que es imposible que el Partido Socialista vuelva a pactar con UPN y pasado mañana puede llegar a un acuerdo, esto es muy volátil».

Reconoce errores, pero por confianza

Preguntado por la autocrítica, Esparza reconoce que ha cometido errores. «A veces confías demasiado en algunas personas y te llevas sorpresas. Eso nos pasa en la vida y también nos pasa en la política. Pero no sé si es un error, al final no puedes ir sospechando de la gente».

«Tuvimos una crisis con la Reforma Laboral –evoca recordando el famoso voto de sus dos diputados, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, que luego pasaron al PP–. El PP no nos es leal. En ese momento hay dos personas que nos mienten, pero bueno, ya está, forma parte de la historia».

La relación se tensionó: «Cuando tú eres socio de un partido político que te es desleal, que te traiciona, que de alguna forma te la juega, obviamente se tensiona la relación porque en UPN, podremos acertar o equivocarnos, pero hemos sido un socio leal de aquellos con los que nos hemos asociado y, sin embargo, no recibimos esa lealtad por parte del PP en ese momento, de la dirección de Pablo Casado».

Las esperanzas de Esparza estriban en que «el PSOE pueda obligar al PSN a llegar a un acuerdo con UPN para gobernar esta tierra»

 

Insiste en que la fórmula de Navarra Suma no era una simple suma de fuerzas para aunar al centro derecha, sino «una operación mucho más profunda». «Yo soy plenamente consciente que el PSN en el 2017 no va a querer llegar a ningún acuerdo con UPN y pienso que el PSOE es quien le puede obligar al PSN a llegar a un acuerdo con UPN para gobernar esta tierra».

«La política es esto y la vida es esto, ‘hoy te ayudo y mañana me ayudas tú’. Entonces hablo con Ciudadanos, que tenía la oportunidad de conformar mayorías y gobiernos socialistas en muchas comunidades. Si tú puedes pactar gobiernos socialistas en el resto de España, podemos meter en esa foto global también a Navarra», expone.

En ese contexto, invitaron al PP «para no perder 7.000 votos», porque «el PP no aportaba». «A mí no me aportaba nada, el PP lo único que me aportaba era 7.000 votos que no se perdieron y ya está», cuenta.

Los números dieron, según Esparza, pero en el adelanto de las elecciones generales Ciudadanos sacó 57 diputados y Casado 62. «Rivera pensó que podía ser el líder del centro derecha y que podía dar el sorpasso al PP y entonces decide no llegar a ningún acuerdo en ninguna comunidad con los socialistas. Y eso obviamente afecta a Navarra», relata.

Seguirá en el Parlamento

Niega haber hablado con la que será la nueva presidenta, Cristina Ibarrola, pero lo que hará será quedarse en el Parlamento los tres años que restan de legislatura: «No voy a dar ninguna espantada, he ganado las elecciones». Lo que también deja claro Esparza es que ayudará al partido y a la nueva dirección en «lo que pueda».

El 28 de abril, Ibarrola será elegida presidenta y el alcalde de Tutera, Alejandro Toquero, vicepresidente, como integrantes de la única candidatura. Ambos han contado con su confianza durante estos años, pero niega que vaya a haber continuidad.

«No va a haber continuidad de nada porque Ibarrola y Toquero son personas diferentes y van a aportar otras cosas; cuando haya que marcar directriz, lo hará la dirección, no el Parlamento», asegura

 

«Aquí no va a haber ninguna continuidad de nada porque son personas diferentes y van a aportar otras cosas. ¿Son personas que coinciden en los principios y en los valores que tiene la anterior dirección? Es que están en UPN. Pero a la hora de comunicar, a la hora de pensar, será diferente. De continuidad, cero patatero, van a ser ellos y ellas mismas y es lo que tienen que ser además», afirma.

Se dará la circunstancia de que ninguno de los cargos electos tendrá voz en el Parlamento, algo nuevo en UPN. «Yo creo que en los grandes temas, cuando haya que marcar una directriz política lo hará la dirección, no lo hará el Parlamento. Tendremos que coordinarlo bien y, en ese sentido, mi disposición es absoluta», concluye.