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Maiorga Ramírez vuelve al Parlamento con una novela negra de «personajes reconocibles»

Maiorga Ramírez se adentra en la novela negra de la mano de ‘El Ujier’, novela negra basada en sus años como parlamentario en la que recrea «episodios turbios» y deja entrever algunos personajes reconocibles. Dice haber dado «rienda suelta» a su imaginación, sin «autocensuras».

Presentación de la novela de Ramírez. (@apachelibros)

El exparlamentario por Eusko Alkartasuna y profesor de Educación Secundaria Maiorga Ramírez ha vuelto a la sede del Legislativo de la mano de la literatura. Lo hace mediante ‘El Ujier’, una novela negra en la que Ramírez se apoya en el ambiente del Parlamento para recrear «episodios turbios» y dejar asomar algunos personajes reconocibles.

Se trata de un ejercicio de ficción que se envuelve en las experiencias personales de sus 20 años como parlamentario, un contexto que le permite ubicar los hechos en los que da rienda suelta a la creatividad y a la ficción» sin autocensuras, según aseguró en la presentación del libro en Iruñea, al plantear tanto las pasiones y emociones humanas como al pergeñar protagonistas «con características no precisamente virtuosas».

A este respecto, en entrevista con EFE Ramírez dijo de que hay quien ha accedido a su lectura «con cierta preocupación por si determinadas actitudes pudiesen verse reflejadas».

El objetivo: entretener

En todo caso, «el objetivo es entretener, divertir y suscitar emociones encontradas», señala el autor, quien tras dejar en 2023 el escaño que durante dos décadas mantuvo en el hemiciclo foral, ha retomado su labor docente y ejerce en su plaza en el departamento de Lengua Castellana y Literatura en el Instituto de Tafalla.

Es un bagaje que siempre ha compaginado con una «gran afición por la literatura y, específicamente, por la novela negra», lo que le ha curtido en el género «sin dejar lecturas más áridas», dice tras señalar que se puede compatibilizar la fenomenología del espíritu de Hegel con Agatha Christie.

«Entiendo que la sensación de cuando uno ilumina un ámbito filosófico que le era desconocido y la de descubrir quién es el asesino de una persona en una obra tienen muchas similitudes y una sensación placentera», defiende sobre la compatibilidad de sus inquietudes.

Personajes reconocibles

Sobre ‘El ujier’, avanza que es precisamente esta figura, la de un ordenanza del Legislativo, la que centra su novela, «una persona que puede observar y escuchar con cierto anonimato todo lo que ocurre en un Parlamento. Será el lector quien tenga que llegar a las conclusiones de si los elementos que se exponen en la obra son todos de ficción o cuáles son de ficción y cuáles son reales».

No obstante, advierte de que está «convencido de que muchas personas del ámbito parlamentario se verán reflejadas en esa obra», aunque también avanza que «si a la práctica ordinaria y rutinaria parlamentaria se le incorporan elementos de ficción y se alimentan los personajes con características no precisamente virtuosas, esto da un color y una dimensión literaria especial».

«Efectivamente, a muchas personas les va a atraer lo que ahí se cuenta, porque uno crea a partir de lo que conoce, y lo que conoce es lo que ha visto y lo que ha visto es la realidad», sostiene Ramírez, quien describe la suya como «una novela negra repleta de episodios y de momentos turbios en los cuales doy rienda suelta a la creatividad y a la ficción en un contexto que conozco muy bien».

Sin autocensuras

No esconde que se ha dedicado a esta obra con «honestidad literaria y he hecho un esfuerzo por eliminar todas las autocensuras», de forma que hay personajes que provocan «desagrado», situaciones «incluso de cierta repugnancia» y descripciones y pasajes que profundizan en emociones alejadas de la imagen que se ha tenido de él en términos políticos y parlamentarios.

Y de todo ello, como de cualquier obra literaria, invita Ramírez al lector y lectora a sacar conclusiones, especialmente «sobre las emociones que se suscitan, los errores, los aciertos, los tropiezos, las meteduras de pata tan humanas pero que en el ámbito político pueden ser tan definitivas a la hora de acabar con carreras políticas», avanza sin querer ahondar en la novela, de cuya lectura también se puede «entender cómo es el funcionamiento del parlamentarismo».

Adelanta que aparecen ejemplos de «la condición humana en el ejercicio del parlamentarismo: a la hora de hacer listas, a la hora de tener determinados protagonismos, a la hora de afrontar el trabajo parlamentario en ámbitos vinculados a la mezquindad, que en la novela, lógicamente, también aparece».