Iruñea ya huele a fiesta con el inicio del montaje del ‘tetris’ del vallado del encierro
Cinco operarios de la Carpintería Hermanos Aldaz han iniciado este viernes el montaje del ‘tetris’ del vallado del encierro, integrado por 900 postes, 2.700 tablones y 2.500 cuñas, con cada una de esas piezas colocada en su correspondiente sitio. En Iruñea ya huele a fiesta.
Con el inicio del montaje del ‘tetris’ del vallado del encierro, Iruñea ya empieza a oler a fiesta. En esta ocasión, la operación que llevan a cabo los operarios de la Carpintería Hermanos Aldaz ha comenzado por el tramo del callejón de la plaza, donde se han congregado numerosos medios de comunicación y curiosos para contemplar este momento anunciador de que ya falta menos para los sanfermines.
Los cinco operarios han ido sacando de un camión postes, tablones y cuñas para ir colocando ese primer tramo del encierro demostrando su pericia, con su jefe, Iñigo Aldaz, soltando la seguridad de las tapas que cubren los agujeros donde se instalan los postes y levantándolas con un simple golpe de su barra de hierro.
A continuación se colocaba el poste correspondiente y los tres tablones que cubren el espacio entre postes. Posteriormente, unas cuñas terminan de sujetar cada poste en el suelo para resistir las embestidas de corredores y astados.
Aldaz ha explicado a los medios que la instalación del vallado se empieza por estas fechas «en las zonas que menos estorban a los peatones y seguiremos así hasta el 6 de julio y luego ya cada día de las fiestas».
El orden es fundamental y «no puede faltar ninguna pieza, porque si falta una, la siguiente ya no la puedes poner. No se puede improvisar, porque el resultado sería nefasto». Después de treinta años ocupándose de esta tarea, «las piezas están ya en la cabeza, están fichadas. Básicamente es un ‘tetris’, porque cada poste, cada tablón, cada empalizada está en su sitio y tiene su ubicación. Está todo marcado con números y letras».
Los mensajes, «esencia de la fiesta»
En esos tablones no faltan mensajes de lo más variados en los que gente de casa y de fuera deja su particular testimonio sobre los sanfermines y que son respetados, «porque es la esencia de la fiesta». Sin embargo, durante el montaje no se entretienen en leerlos, ya que «no tenemos tiempo y sería peor que una novela», ha reconocido Aldaz entre risas.
Todas esas piezas que ahora han empezado a colocarse han estado guardadas durante estos meses en los Corrales del Gas, donde «los postes son colocados tiesos, porque a lo largo de estos días, al baldear las calles con agua, los agujeros se llenan y el poste chupa ese agua. Los dejamos tiesos para que se ventilen y se aireen y expulsen el agua. Los tablones hay que dejarlo apilados también para que se ventilen, pero bien colocados para que no se doblen o se tuerzan».
Están hechos con madera de abeto, «porque es una madera flexible y si le pegas un golpe, rebota. Otras son más duras o rígidas, y si le das un golpe, se astilla o rompe. Y se trata de que no se parta, que haga como una ballesta y se mueva. Lo que no puede ser es que el toro pegue y rompa».
Así ha comenzado una operación que se completa durante las fiestas a diario, cuando se instalan y desmontan varias partes del vallado. Una tarea en la que trabajan entre «60 y 70 personas, porque, además de montar esas partes, cada uno tenemos que estar en un puesto, bien sea las puertas, en la plaza o en zonas concretas. Esos días, colocarlas cuesta una media hora y se recoge en diez minutos».
Todo con el fin de que se desarrollen los encierros con la máxima seguridad posible gracias a un trabajo que comienza cuando junio asoma en el calendario y ya falta menos para que comiencen los sanfermines.