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El PNV cierra su campaña alertando por igual ante ultraizquierda y ultraderecha

El PNV ha cerrado la campaña con Ortuzar y Urkullu intentando sacar lustre al orgullo jeltzale y llamando a la movilización el domingo, ante la alta abstención prevista. La candidata, Oihane Agirregoitia ha pedido el voto «para ser la voz vasca en Europa».

Los protagonistas del mitin final del PNV, ayer al atardecer frente al Arriaga, en Bilbo. (Monika DEL VALLE | FOKU)

Hoy no era el día de buscar votos en caladero ajeno. Bastante tienen los partidos con intentar movilizar el voto de los suyos para el domingo. Este esfuerzo se ha dejado notar en el cierre de campaña del PNV en Bilbo, delante del Arriaga, donde el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, ha concluido el mitin garantizando que «vamos a estar en Bruselas seguro, ya lo veréis, pero para tenerlo más seguro, a trabajar».

«Quedan unas pocas horas hasta el domingo, hay que aprovecharlas bien, cada voto cuenta», ha añadido, antes de lanzar el consabido «Gora Euskadi Askatuta» brindando con una copa de vino de Rioja Alavesa descorchado por la primera interviniente, la arabarra Raquel Molina, que ha aparcado el traje de candidata para enfundarse el de monologuista. No está claro que todos los asistentes se hayan reído por igual con «harmónica naranjo», Laura Agirregoitia Pausini y la canción ‘Mi sirena’.

Ortuzar ha estado más comedido que en actos anteriores en sus ataques a EH Bildu. Esta tarde se ha contentado con repetir unas cuantas veces que la del PNV es la única candidatura con representación en los siete herrialdes. «Zazpiak bat, alderdi bat». También se ha vuelto a salir del guion general de la campaña, que sitúa el auge de la extrema derecha como la mayor amenaza para la Unión Europea. Para el PNV, son «las fuerzas negativas de ultraizquierda, de ultraderecha», las que quieren «hacer retroceder a Europa». No hay distinción.

Antes de Ortuzar ha tomado la palabra, brevemente, Iñigo Urkullu, probablemente en su última intervención en un mitin como lehendakari. Insistió en sacar lustre al carnet europeísta del PNV y en levantar la moral a la tropa, abriendo el camino que luego transitaría el presidente del EBB: «Frente a los extremismos y los populismos, y a la demagogia de todo signo, somos la vía central».

Los números de la campaña

Oihane Agirregoitia, la candidata a heredar el escaño de Izaskun Bilbao –que este vierens ha reivindicado el ciclo de 15 años en el Parlamento Europeo que ahora cierra–, ha quedado algo tapada entre los discursos iniciales y la traca final de Urkullu y Ortuzar. Ha agradecido al partido y a los militantes el apoyo durante la campaña, les ha pedido el voto para que su voz «se escuche alta y clara en Europa» y ha hecho recuento de las últimas dos semanas: 8.000 kilómetros, 35 entrevistas en medios, ocho debates y 28 actos. El cansancio es comprensible.

Antes de Agirregoitia ha tomado también la palabra Amaia Arrizabalaga, en nombre de Geroa Bai. La navarra ha ofrecido un discurso más comedido, pero sólido, en el cual ha advertido del «punto de inflexión» en el que está Europa debido a la disputa abierta con «adversarios que tienen otro modelo, que no creen en Europa, que han cambiado de estrategia y ahora la quieren hacer implosionar desde dentro».

La candidata por Gipuzkoa, Aitana Agirre, un descubrimiento de la campaña, ha defendido que «si queremos una Euskadi más libre, necesitamos también una Europa más libre», mientras que la representante del PNB, Gracianne Mirande, ha enfocado su discurso en reivindicar que «Europa es la que nos da la opción de hacer realidad el zazpiak bat».

A su espalda, literalmente en segunda fila, ha seguido el cierre de campaña el candidato a lehendakari Imanol Pradales, a quien el partido, por lo que sea, ha decidido no exponer demasiado en campaña.