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No hay equipo que funcione sin batuta ni ilusione sin juventud

Maddi Torre-Maite Zubieta, Andreia Jacinto-Nahia Aparicio, Arene Altonaga-Eider Arana. Tres directoras de orquesta y tres revelaciones que han tumbado la puerta de un golpe. NAIZ ha reunido a las tres parejas, fundamentales en el rendimiento de Athletic, Real y Eibar en esta temporada.

Maite Zubieta y Maddi Torre posan sobre el césped de San Mamés, donde despidieron la temporada. (Monika DEL VALLE | FOKU)

Con once jugadoras en el campo y otras tantas en el banquillo, todos los talantes están representados en un equipo de fútbol y todos son necesarios. Veteranía, empuje, inocencia, liderazgo, calma... Y lo mismo sucede con los roles, repartidos en función de esas características. No hay equipo que funcione sin que alguien lleve la batuta en el campo y en el vestuario y también resulta imprescindible la ilusión que generan las futbolistas más jóvenes. NAIZ ha reunido en este final de temporada a las directoras de orquesta de Athletic, Real y Eibar y a las debutantes que, tirando la puerta abajo de un golpe, aspiran a serlo en un futuro cercano.

La elección nunca es sencilla y menos a la hora de señalar a la revelación de un Athletic que, habiendo completado prácticamente el profundo relevo generacional en el que lleva inmerso unos años, ha presumido del once más joven de Liga F y en el que futbolistas como Clara Pinedo (20 años), Nerea Nevado (23) o la recién llegada Adriana Nanclares (22) ya casi ejercen de veteranas, con más de 60 partidos en Primera a sus espaldas. Otra generación ha irrumpido con fuerza de la mano de Ane Elexpuru (21), Maite Zubieta (20) y Sara Ortega (19) –la riojana ni siquiera tiene ficha del primer equipo–, hasta el punto de que las tres forman parte del once rojiblanco de la temporada. En cuanto a reparto de minutos e incidencia en el juego, en lo que quizá ha destacado especialmente la centrocampista de Busturia por lo delicado de su posición, más aún tratándose de una futbolista tan joven.

Pero es que a Zubieta le sobra carácter. «En algunas facetas me recuerda bastante a cómo era yo con su edad, con ese atrevimiento, esa chulería en cierto modo, ese querer echar pulsos todo el rato –sonríe Maddi Torre–. A nivel deportivo tiene todo el mundo por delante, llegará donde ella quiera, hasta donde ella se cuide y quiera llegar».

No hay dudas de que la donostiarra ha sido la «patrona» rojiblanca esta temporada, como no las ha tenido David Aznar. En su regreso a Lezama, ha sido la única futbolista de Liga F que ha disputado completos los treinta partidos de Liga y además les ha añadido cinco de Copa, dirigiendo la defensa del quinto equipo menos goleado de la categoría. «Creo que nos parecemos un poco en cuanto a facetas de la personalidad», coincide Zubieta. Destaca de la zaguera que «se le nota bastante el carácter cuando quiere y en el campo se ve el tiempo que lleva jugando, se nota la experiencia a la hora tomar decisiones y de intentar ayudarnos a las pequeñas. Para mí es un seguro tenerle detrás por la confianza que tiene en sí misma y que te transmite». Si pudiera sisarle alguna virtud, sería precisamente la «experiencia porque a veces peco de tomar decisiones alocadas y no darle un par de vueltas y eso ella lo tiene dominado. Así que me quedaría con eso, con poder tomar las decisiones más tranquila y pensando en los riesgos».

A la inversa, Maddi también se fija en los años de Zubieta y se quedaría «con su edad. Pero sin perder la experiencia, así que está complicado». ¿En qué debe mejorar la vizcaina para que esa experiencia que empieza a acumular ahora le lleve a ser una futbolista top? «Es buena y ella lo sabe. Tiene que mejorar en tener más oficio y en querer mejorar, en esa ambición de físicamente ponerse más cuchillo, trabajar más y querer ser mejor. Porque con 19 años muchas veces tienes pajaritos en la cabeza, tu camino ha sido corto. Yo le animo a que curre porque cuanto más curre más larga va a ser su carrera, menos lesiones va a tener y mejor jugadora va a ser», afirma la donostiarra.

Un punto de inflexión

«He sido capitana en todos los equipos que he jugado», explicó en una ocasión ante un grupo de periodistas Nahia Aparicio con la misma naturalidad con la que lo escucharon los presentes. Nadie se sorprendió, viendo la personalidad que ha mostrado en su debut en la elite con 20 años cumplidos en enero. Ya había jugado algunos minutos el año pasado pero en verano el club decidió incluir en el primer equipo a la tolosarra que, actuando indistintamente en el centro del campo y la defensa, ha acabado el curso como la quinta jugadora de campo que más minutos ha disputado. Solo se ha perdido dos partidos de Liga y uno de Copa y Natalia Arroyo se ha deshecho en elogios cada vez que se le ha cuestionado sobre la tolosarra.

También lo hace Andreia Jacinto, que reconoce que Apari «es una jugadora que me encanta», tanto «por lo que hace en el campo como fuera de él». En el plano futbolístico, destaca que su compañera «tiene mucha garra y es una jugadora contundente» pero sobre todo se sorprende de que «solo tiene 20 años, es su primer año en Primera y parece que lleva diez años jugando con nosotras».

Nahia Aparicio y Andreia Jacinto en Zubieta. (REAL SOCIEDAD)

Claro que de la jugadora portuguesa puede decirse lo mismo, teniendo en cuenta que solo nació año y medio antes que Apari. No le ha hecho falta ser la más veterana, ni  por edad –solo la propia Apari y Mirari son más jóvenes en la primera plantilla– ni por experiencia en el equipo y la categoría para convertirse en la director de orquesta txuri-urdin en su segunda temporada en Donostia, en la que todo el juego del equipo ha pasado por sus pies. La calidad de la lusa y la confianza que ha depositado en ella Natalia Arroyo desde su llegada han resultado imprescindibles pero, además, como reconoce la propia Andreia, la participación en el Mundial en el pasado verano, con una gran actuación en el plano personal y colectivo y solo un año después de que una lesión le dejara fuera de su primera Eurocopa en el último instante, ha supuesto un punto de inflexión, «por la experiencia de competir ante las mejores y porque he ganado en confianza en mi misma».

Cuando le mira, Apari ve a «la mejor futbolista con la que he coincidido en un equipo y en el campo. Es una jugadora completa, siempre tiene recursos cuando las cosas se complican en el campo. He visto a pocas esa magia que ella tiene en los pies y las cosas que hace con el balón son increíbles. Diría que es el núcleo sobre el que pivota el equipo y lo ha demostrado esta temporada». Si pudiera quedarse con alguna de sus virtudes, sería «con la capacidad que tiene para filtrar pases, es capaz de dar muchas asistencias con esos pases en largo», subraya la tolosarra, que también se queda con la Andreia menos conocida. «En el vestuario también nos da muchas cosas. Es una chica alegre y que además sabe escuchar, siempre está dispuesta a escuchar», asegura. El buen rollo es evidente porque la portuguesa asegura que «fuera del campo Apari es una persona muy especial porque es muy alegre y contagia a toda la gente con su buena energía».

De vuelta al verde, apenas se atreve a darle un consejo «porque ya es top. Quizá mejorar su gestión emocional y creérselo más. ¡Y entonces va a volar!».

Experiencia y madurez

También desde el centro del campo lidera a su equipo Arene Altonaga aunque en este caso no supone una novedad porque desde que llegó al Eibar hace seis temporadas, solo una rotura de ligamento cruzado ha apartado a la futbolista vizcaina del campo. Arene es, además, una de esas afortunadas que mejoran con los años y Yerai Martín lo agradece como antes lo hicieron Ferrón, Junyent o Dorronsoro. Sorprendentemente resistente físicamente, tácticamente inteligente, el éxito de este Eibar no se entiende sin la centrocampista, que lo ha jugado todo y ya ha renovado para la próxima temporada. «Es un ejemplo y un referente. Supercomprometida, trabajadora, nos anima, nos ayuda, nos empuja...», asegura Eider Arana, para la que su compañera, sobre todo, «ejerce de capitana. Primero porque siempre está dispuesta a ayudarnos, a escuchar lo que decimos... Y en el campo es la primera que empieza a correr y seguro que la que más ha corrido cuando acaba el partido».

Eider Arana y Arene Altonaga en Unbe. (A.U.L.)

Y a todo eso, claro, le añade «la experiencia, que nos viene bien por partida doble porque la comparte en el vestuario y porque se nota mucho en el campo, el equipo lo agradece mucho».
Sonríe Arene porque si algo destaca de la jugadora cedida por el Athletic es «la madurez, no parece que acaba de llegar» a una categoría en la que ha debutado de la mano del Eibar esta temporada para convertirse en titular indiscutible, actuando tanto como central como en el lateral zurdo. Es precisamente «esa pierna zurda» lo que querría la capitana armera para sí aunque no sea la única virtud de «una jugadora de mucho talento, trabajadora y con muchísima madurez –insiste–. Es una jugadora muy hecha para la edad que tiene, parece que lleva toda la vida jugando en Primera y es su primer año». Para que haya muchos más, «no voy a decir que le falta cabeza, que igual es lo habitual con las jóvenes, porque nos ha demostrado que tiene de sobra. Quizá que se le vaya haciendo el cuerpo a la categoría pero eso se lo van a dar los años».

A la inversa, la jugadora de Loiu se quedaría «con la experiencia» de Altonaga, que «se nota mucho en el campo». Pero puestos a pedir, «tampoco me importaría tener ese toque y ese giro que tiene. Segura que todas nos lo quedaríamos a gusto».