La campaña deliberada del hambre de Israel alcanza a toda la Franja
Los expertos de la ONU no tienen dudas de que la muerte de varios niños por malnutrición refleja la hambruna extendida a toda la Franja de Gaza, provocada de forma intencionada por Israel «como parte de una violencia genocida».
La muerte por hambre y malnutrición de varios niños palestinos «no deja lugar a dudas de que la hambruna se ha extendido por toda la Franja de Gaza desde el norte a las zonas centrales y meridionales», denunciaron once expertos de Naciones Unidas, entre ellos el relator para el derecho a la alimentación, Michael Fakhri.
Citaron en concreto los casos de Fayez Ataya (seis meses de edad), Abdulqader al-Serhi (trece años) y Ahmad Abu Reida (nueve años), muertos entre el 30 de mayo y el 3 de junio por falta de alimento, pese a recibir tratamientos médicos.
En el norte de Gaza ya se habían producido muertes similares en febrero y marzo, y en total al menos 34 palestinos, en su mayoría niños, han fallecido por malnutrición desde octubre.
«Cuando se produce la primera muerte de un niño por malnutrición y deshidratación, es irrefutable que hay una hambruna», defendieron los expertos, que acusaron a Israel de provocar esa situación «de forma intencionada» y como «parte de una violencia genocida».
Por ello, redoblaron el llamamiento a la comunidad internacional para «poner fin al asedio de Israel y establecer un alto el fuego».
Familias enteras
A la vez, el Ejército israelí sigue matando también con bombas a familias enteras. Ayer mató a 17 miembros de la familia Abu Freihen en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, incluidos 14 menores y mujeres. En todo el enclave mató a al menos 60 personas en 24 horas y mantiene sus operaciones devastadoras desde el norte, en ciudad de Gaza, hasta el sur, en Rafah.
Incluso en Deir Balah, a cinco kilómetros de Nuseirat, y donde las autoridades israelíes habían ordenado desplazarse a los residentes del corazón y las áreas orientales de ciudad de Gaza, bombardeó viviendas y mató al menos a una mujer y su hijo en el ataque aéreo contra la casa de la familia Baroud.
El Ejército sionista golpeó especialmente los campos de refugiados del centro del enclave (donde se halla la supuesta «zona segura»), donde mataron a al menos otros 16 palestinos. «Realmente no hay un solo rincón seguro en Gaza», denunció Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Otras 29 personas murieron y decenas más resultaron heridas en un ataque israelí contra una escuela donde se refugiaban desplazados en Jan Yunis. La mayoría de las víctimas fueron de nuevo mujeres y niños.
En Jan Yunis se encuentran muchos de los desplazados por la invasión terrestre de Rafah,
En el cercano campo de refugiados de Bureij, los bombardeos israelíes dejaron nueve muertos, entre ellos una mujer y cuatro niños. Bajo el zumbido de los drones armados israelíes y el intenso sol, una multitud salió a las calles a constatar las muertes.
Varios hombres ayudaban a los socorristas a cargar los cadáveres, envueltos en bolsas de plástico, hasta las ambulancias. Mientras, decenas de niños llevándose las manos a la cara fijaban la mirada en los charcos de sangre que quedaron en el asfalto. Los padres de los cuatro niños muertos no estaban en Bureij cuando ocurrieron los bombardeos. Desconsolados, encontraron sus cadáveres en el hospital Mártires de Al-Aqsa.
«La alegría del hogar y la que nos dibuja una sonrisa en la cara. Nos la han robado y la han matado», lamentaba Batoul al-Jaidi mientras abrazaba el cuerpo sin vida de su hija de seis años. La encontró yaciendo en el suelo del hospital, donde su sangre se había mezclado con la de los otros niños muertos en el mismo ataque.
Cisjordania
Israel también mató a un niño de 13 años en una operación en la localidad cisjordana de Deir abu Mashal, cerca de Ramallah, horas después de que hiriera por disparos al menos a cuatro palestinos, incluidos tres niños, en un campamento de refugiados en Nablús.