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El mundo empieza a superar la resaca del apagón de Microsoft

El fallo en los sistemas de Microsoft, causado por una actualización defectuosa de CrowdStrike, generó un «viernes negro» que afectó a bancos, aerolíneas, medios y sistemas de salud en todo el mundo y que este sábado tratan de volver poco a poco a la normalidad.

Una gran pantalla del metro de Dubai que dejó este viernes de funcionar debido al apagón informático mundial. (Giuseppe CACACE | AFP)

Usuarios y empresas de diferentes industrias esenciales alrededor del mundo, incluyendo la bancaria, aeronáutica, medios de comunicación y el sector salud, se recuperan este sábado del «viernes negro» en el que se produjo «mayor apagón informático» de la historia, según el experto de ciberseguridad Troy Hunt, después de un fallo en el sistema Microsoft Windows provocado por una actualización de la empresa CrowdStrike.

Dicho apagón fue causado por un error humano a la hora de actualizar  un software de CrowdStrike –una compañía de ciberseguridad con sede en Austin (Texas)– para el sistema operativo Windows 10 que llevaba a los equipos a quedar atascados en la llamada «pantalla azul de la muerte», según explicó en X George Kurtz, director general de la empresa.

En este sentido, Kurtz subrayó en X que lo ocurrido no fue un incidente de seguridad ni un ciberataque, sino un problema aislado para el que se dio soporte a los clientes a fin de que obtuvieran las últimas actualizaciones.

En concreto, la última actualización de controladores de Falcon, un software diseñado para prevenir ataques cibernéticos en los sistemas informáticos, incorporaba un error de código que motivó el colapso Azure, la plataforma de computación en la nube creado por Microsoft para construir, probar, desplegar y administrar aplicaciones y servicios utilizando su infraestructura global.

Ello provocó la aparición de los pantallazos azules o «de la muerte» que en todo el mundo mostraban que los sistemas habían dejado de funcionar, y que había que reiniciar los servidores.

Kutz se disculpó por las interrupciones y aseguró que sus ingenieros ya resolvieron el problema que causó el fallo global, aunque avisó que puede tomar tiempo para algunos clientes volver a operar. De hecho, expertos aseguran que se tardarán semanas en recuperar la total normalidad.

Transporte aéreo, el sector más afectado

El fallo de Microsoft provocó incidentes en el registro de pasajeros, errores en las conexiones de redes y en los sistemas de información de aerolíneas en todo el mundo, que dejaron en tierra a sus usuarios al modificar miles de vuelos de forma masiva. Más de 39.000 vuelos se retrasaron y más de 4.400 se cancelaron en el mundo, según FlightAware, con EEUU siendo el país más afectado.

Este sábado, los aeropuertos del Estado español operan con normalidad después de recuperarse de los estragos vividos en la víspera. En caso de registrarse algún retraso o cancelación, sería competencia de las aerolíneas y no de Aena, según han explicado a la agencia Efe fuentes del gestor aeroportuario, que insisten en que la actividad trascurre como es habitual.

De acuerdo con el último balance ofrecido por Aena, hasta las 19:00 horas de este viernes, los aeropuertos  de su red habían operado 5.600 vuelos y se habían producido unas 400 cancelaciones, un 6,5% de las operaciones, fruto del fallo informático.

En Europa fueron varios los aeropuertos afectados que este sábado han ido recuperado la normalidad. Es el caso del de Heathrow en Londres, uno de los de mayor tráfico, que implementó planes de contingencia para minimizar el impacto en los viajes. También se vieron perjudicados los aeropuertos de Luton, Gatwick –donde continúan este sábado los problemas de facturación–, Stansted, Edimburgo y Manchester en Reino Unido, Roma, Schiphol (Países Bajos), Berlín, Zurich (Suiza) o Cracovia (Polonia).

Varias aerolíneas y aeropuertos del Sudeste Asiático han afirmado este sábado que sus sistemas se han recuperado casi del todo tras el incidente informático de este viernes.

Incidencias globales

El fallo no solo afectó a las aerolíneas, sino que también impactó a bancos, instituciones gubernamentales, organismos públicos y hospitales. Fue el caso de Osakidetza, cuya red informática dejó de funcionar durante unas horas imposibilitando recetar medicamentos o acceder a los expedientes de los usuarios.

Los fallos se extendieron asimismo en Australia al sistema de pago de supermercados como Woolworths y de bancos como NAB, ANZ, Commonwealth Bank y Bendigo Bank. En Euskal Herria, entidades bancarias como Kutxa y Laboral Kutxa enfrentaron dificultades en la gestión de sus operaciones de banca electrónica y Bizum. Asimismo, la planta de Mercedes en Gasteiz también se vio afectada.

En Japón provocó caídas en una web del sistema ferroviario y afectó las cajas registradoras de distintos negocios.

Varias empresas alemanas, como el banco Deutsche Bank o la teleco Deutsche Telekom, enfrentaron los efectos de la falla. Incluso los hospitales de Israel se vieron afectados, según el diario local Times of Israel.

En Gran Bretaña, la Bolsa de Valores de Londres, compañías ferroviarias y la cadena de televisión Sky registraron interrupciones.

La compañía de ferrocarriles danesa DSB tuvo igualmente problemas para prestar sus servicios a través de Internet. Además, el transporte público sueco se vio afectado en varias ciudades y Apotek 1 –la mayor cadena de farmacias de Noruega, con más de 400 boticas–, tuvo que cerrar en esta jornada por «problemas técnicos».

A nivel corporativo, luego del cierre de Wall Street, la tecnológica Crowdstrike perdió un 11% tras la actualización defectuosa de su plataforma de seguridad.

Oligopolio

Este caos provocado por un fallo en cascada ha vuelto a poner de manifiesto las preocupaciones de los expertos sobre la vulnerabilidad de una infraestructura tecnológica interconectada y dependiente de un reducido grupo de grandes corporaciones.

Además, la dominación del mercado de seguridad informática ha cobrado mayor importancia en el ámbito de la computación en la nube. Según Canalys, empresa especializada en análisis de mercados tecnológicos, en 2023, Amazon Web Services, Microsoft Azure y Google Cloud controlaban el 66% de los ingresos del sector, con un crecimiento del 21% respecto al año anterior.

Un error en cualquiera de estas tres plataformas, como ocurrió con Azure y sus máquinas virtuales que soportan redes corporativas, tiene unas implicaciones globales que afectaron este viernes a millones de personas.