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Hamas apuesta con Sinwar por la firmeza y continuidad de su estrategia

El nombramiento por parte de Hamas de su líder en Gaza, Yahya Sinwar, como su jefe político supone un mensaje de firmeza. Hamas subrayó que no cambiará sus decisiones ni el curso de las negociaciones, y EEUU reconoció que Sinwar ya era, de hecho, clave en este proceso.

Un palestino lleva una niña herida en un ataque israelí, al hospital Nasser, en Jan Yunis. (Bashjar TALEB | AFP)

«Elegir a Yahya Sinwar como líder del movimiento es un mensaje a la ocupación de que sus amenazas no asustan a los líderes de la resistencia y no afectarán a sus decisiones», afirmó Hamas al anunciar el nuevo liderazgo político para suceder a Ismail Haniyeh, al que Israel mató en un ataque en Teherán la semana pasada. Sinwar intentará impulsar el movimiento islamista y la resistencia palestina en un momento crítico desde un lugar desconocido, supuestamente en Gaza.

El líder palestino es para el régimen sionista su enemigo número uno, al que acusa de ser el cerebro del ataque del 7 de octubre, por lo que elegirlo supone un mensaje de firmeza a pesar de que la devastación y aniquilación en la Franja de Gaza y en Cisjordania ha cumplido diez meses amenazando con extender la guerra por todo Oriente Medio.

El Ejército de Israel prometió inmediatamente «eliminar» a Sinwar, y su ministro de Exteriores, Israel Katz, afirmó que «la cuestión palestina está ahora completamente en manos de Irán», mientras su aliado, EEUU, subrayó el papel que deberá jugar en las negociaciones de un alto el fuego.

«Él ha sido y sigue siendo el principal responsable de la conclusión de un alto el fuego, por lo que creo que esto no hace más que subrayar el hecho de que realmente le corresponde a él decidir si se avanza en un alto el fuego», declaró el secretario de Defensa, Lloyd Austin. Su homólogo para la diplomacia, Antony Blinken, también hizo hincapié en que una eventual predisposición de Sinwar a concluir las negociaciones supondrá «poner a Gaza y a la región en general en un camino más pacífico y seguro».

También Hamas destacó el papel de Sinwar en la negociación. Osama Hamdan, uno de sus altos cargos, explicó que el líder palestino no ha sido hasta ahora ajeno a todo el proceso para lograr un alto el fuego, un canje de prisioneros y la retirada de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza, recordando que los problemas para este proceso no residen en los cambios internos de Hamas, sino en el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y en EEUU, a quien acusa de no haber sido sincero durante la mediación. «En mayo aceptamos una iniciativa presentada por los mediadores; Netanyahu la rechazó tres semanas después; tras eso, se presentó otro documento que aceptamos, y Netanyahu todavía está dando vueltas», señaló.

Hamdan destacó la «alta flexibilidad» de Sinwar en los asuntos públicos y su compromiso con los derechos del pueblo palestino. Añadió que si el objetivo de Netanyahu al matar a Ismail Haniyeh era cambiar el curso de las negociaciones, no lo ha logrado, pues «la base de las negociaciones está fijada» y quienes acompañaron al finado jefe político de Hamas «continuarán trabajando con Sinwar».

APOYOS

Hamas recibió los saludos de otras facciones palestinas a esta elección, como la Yihad Islámica, que lo considera «un fuerte mensaje al enemigo sionista de que Hamas sigue fuerte y cohesionado», o incluso Al-Fatah, cuyo secretario general, Jibril Rajub, estimó que es «una respuesta lógica y esperada» y que el flamante líder es una figura «pragmática y realista».

El Frente Popular para la Liberación de Palestina expresó su confianza en «la capacidad de Hamas para superar la terrible experiencia del martirio de Haniyeh», mientras el Movimiento Iniciativa Nacional Palestina deseó que Sinwar logre «afrontar los desafíos».

Saludos similares llegaron de los Comités de Resistencia en Palestina, del Movimiento Ahrar Palestino y del Frente Democrático, que estimó que «elegir a Sinwar mientras se encuentra en el corazón del campo de batalla es un desafío audaz al Estado ocupante».

Por su parte, Hizbulah consideró la elección un «mensaje fuerte» que «confirma que el enemigo no ha podido alcanzar sus objetivos» y los huthíes de Yemen desearon que «cumpla con esta responsabilidad en esta fase histórica de enfrentamiento con el enemigo israelí».

UN LIDERAZGO FORMADO EN PRISIÓN

«Es un luchador, ¿cómo pueden llevarse a cabo negociaciones?» se cuestionaba en Gaza Mohamed al-Sharif. Otro palestino, Hani al-Qano, sin embargo, espera «que esto acelere el fin de la guerra, porque Sinwar vive dentro de la Franja de Gaza entre la población sitiada».

Abu Ahmad, de 42 años, desplazado 15 veces desde octubre y que ahora reside en Deir al-Balah, cree que con Sinwar al mando, las negociaciones para un cese el fuego pueden ser «cada vez más duras».

En cambio, una gazatí de 44 años que pidió el anonimato, cree que el nuevo líder político «podría ser la única solución para obtener victoria, el fin de la guerra y un acuerdo», enfrentando la obstinación de Benjamin Netanyahu.

Sinwar nació en octubre de 1962 en el campo de refugiados de Jan Yunis. Su familia fue expulsada de Majdal Askalan, que la ocupación israelí convirtió en Ashkelon en 1948. Licenciado en Estudios Árabes, fue encarcelado por primera vez en 1988, acusado de planear el secuestro de dos soldados israelíes, y condenado a cuatro cadenas perpetuas.

Su liderazgo fue creciendo en prisión, donde llegó a aprender hebreo y escribió varios libros, así como artículos que sentaron las bases para la seguridad de Hamas.

En 2011 fue liberado en un intercambio de más de mil prisioneros por el soldado israelí Gilad Shalit, y seis años después sucedió a Ismail Haniyeh como líder de Hamas en Gaza. Impulsó la reconciliación con Irán tras años de división por la guerra en Siria.

Se convirtió en el principal objetivo a eliminar por Israel tras el ataque del 7 de octubre, del que se dice que lo planificó sin que siquiera Haniyeh lo conociera.

Por otra parte, ayer en Gaza, el Ejército sionista atacó una zona designada como «humanitaria» de Deir al-Balah, en el centro de la Franja, y ordenó nuevas evacuaciones a la población ya desplazada varias veces. También provocó el pánico al ordenar desalojar los barrios de Masheya y Sheij Zayed de Beit Hanun, anticipando otra ofensiva en la ciudad de Gaza, y causó más de una decena de muertos en el bombardeo de las tiendas de desplazados en Jan Yunis.



Ira occidental por la ausencia israelí en Nagasaki

Embajadores de Estados Unidos, la UE, Gran Bretaña, Estado francés, Alemania, Italia, Australia y Canadá no asistirán hoy a la ceremonia conmemorativa de Japón por el bombardeo nuclear estadounidense de Nagasaki porque Israel no ha sido invitado. Nagasaki dejó también fuera de la ceremonia a Rusia y Bielorrusia, pero en el caso de Israel no por evitar que el representante de un Estado que ha matado a más de 50.000 personas participe en una ceremonia de paz mientras comete crímenes de guerra.

El alcalde, Shiro Suzuk, dijo que no ha extendido una invitación al embajador israelí, Gilad Cohen, debido a los temores de que pudiera provocar protestas por la guerra contra Gaza y porque la ceremonia debía ser «tranquila y sombría».

La Embajada de EEUU consideró que esa decisión había «politizado el evento», al que no asistirá el diplomático estadounidense Rahm Emanuel. «A diferencia de Rusia, que invadió Ucrania, y Bielorrusia, que cooperó en la invasión, Israel está ejerciendo su derecho a la legítima defensa. Por lo tanto, tratar a Israel de la misma manera sería engañoso», se justificó la embajadora británica, Julia Longbottom.

Al igual que otros países occidentales, enviarán delegaciones de menor nivel como representantes; en el caso de EEUU, el cónsul de Fukoka. Rahm y el resto de embajadores sí participaron el día 6 en la ceremonia de la Paz en Hiroshima, que sí invitó a Israel al encuentro.

Un total de 101 países han confirmado su participación en Nagasaki. Estos actos conmemoran el 79 aniversario del devastador ataque atómico estadounidense sobre las dos ciudades japonesas, el único ataque nuclear de la historia, que mató a alrededor de 240.000 civiles. Cada año, una Declaración de Paz busca mandar un mensaje al mundo sobre la abolición de las armas nucleares, si bien algunos de los participantes son potencias atómicas.