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Ambición, renovación, consolidación

El Athletic vuelve a reforzarse para prolongar la línea ascendente del curso pasado. La Real cambia de ciclo aunque no de expectativas con la llegada de Sánchez Vera. El Eibar quiere asentarse en la elite tras su buena temporada de debut.

Lavogez y Valero, dos de los refuerzos veraniegos, en una acción de la final de Euskal Herria Kopa. (Gotzon Aramburu | Foku)

Arranca la Liga F este fin de semana, de nuevo con tres equipos vascos, después de que a Osasuna se le volviera a escapar el ascenso en el último suspiro. Athletic, Real y Eibar afrontan el curso con un objetivo común, mejorar su rendimiento de la pasada temporada, aunque cada proyecto lo hace con sus características. El rojiblanco incide en la línea ambiciosa que comenzó el año pasado, el txuriurdin afronta un cambio de ciclo aunque no de expectativas y el armero busca consolidarse para mantenerse, al contrario de lo que sucedió en experiencia anterior, al menos una temporada más en la elite.

Cantera y cartera

Quinto el año pasado, en el que marcó una línea claramente ascendente y se apropió de un nuevo estilo de juego, el Athletic hizo buena la apuesta del club, que dio el banquillo a David Aznar y se reforzó con todo lo que pudo: desde una Nahikari a la que perseguía casi desde su debut en Primera hasta la experimentada Maddi, pasando por futbolistas destacadas de Segunda como Zugasti, Sanadri o Garazi. Todo ello junto a la inagotable cantera de Lezama, que esta vez ofreció el deslumbrante debut y consolidación, todo de la misma tacada, de Elexpuru y Zubieta.

Sigue en las mismas el club rojiblanco, que ha vuelto a mirar a Tajonar –Maite Valero, cláusula incluida, para el primer equipo, Silvia Pérez y Maitane Vilariño para el filial–, a la lista de perennes objetos del deseo, aprovechando las vacas flacas del Levante, con el fichaje de Leire Baños; y a casa, con el ascenso de Itsaso Miranda y el nuevo status de Jone Amezaga y Sara Ortega, que por fin tienen dorsal por debajo del 25. Se culmina el rejuvenecimiento del equipo –más aún tras la retirada de Garazi Murua y Yulema y la marcha de Eunate a Osasuna–, que ha acabado con tal nómina de jugadoras, que esta vez Paula Arana también se queda sin sitio y se une a Naroa Uriarte, además de Iribarren (las tres al Granada), Arana (repite en el Eibar) y Artero (Deportivo), en buscar minutos con una cesión. Con ficha pero en la recámara, por su lesión y por su recientísima maternidad, se mantienen Unzue y Peke.

Eunate, ahora en Osasuna, charla con Bibi tras la semifinal de Euskal Herria Kopa. Athletic Club

El objetivo es mejorar números y la ilusión pelear por la tercera plaza que los problemas del Levante parecen abaratar. También dar un pasito más en Copa, de la que las vizcainas se han visto apeadas en semifinales en los dos últimos años, a manos de Real Madrid y Barcelona.

Aire fresco

Puede decirse exactamente lo mismo de la Real aunque la línea que venía marcando en los últimos tiempos, pese a que disputó la segunda final de Copa de su historia –lo que además le permitirá repetir en Supercopa el próximo enero–, era opuesta a la del equipo rojiblanco. Por eso, en Donostia se ha optado por un cambio de ciclo. Natalia Arroyo dejó Zubieta tras cuatro años con grandes alegrías, algunas desilusiones e inevitables síntomas de desenamoramiento y su relevo lo toma un técnico de prestigio, José Luis Sánchez Vera, al que también se le ha dado la confianza de un contrato duradero con dos temporadas más una opcional.

Además, se ha corregido lo que ha parecido un error evidente en las dos últimas campañas, conformando una plantilla más amplia –23 más dos del filial en dinámica del primer equipo, frente a las 19 del curso pasado–, en la que las futbolistas guipuzcoanas suponen más del 50% y que ha ganado poso y experiencia en el centro del campo con la llegada de Cahynovà, procedente del Sevilla, y Lavogez, que tras una larga carrera en Francia ha jugado en la NWSL los dos últimos años; uno, en realidad, porque una rotura de cruzado le envió a la grada doce meses. También tienen kilómetros en la categoría Lucía Rodríguez, que vuelve «a casa» tras su periplo por Real Madrid y Sevilla, y pese a su juventud, Quiles y Lucía Pardo. Aspirando a un salto como el que protagonizó el año pasado Apari, se hacen con dorsal Viles y Nora Sarriegi, a lo que aspiran ahora las «meritorias» Guridi y Estensoro.

Lucía Rodríguez recibe el premio Jon Esturo a la mejor jugadora de la final de Euskal Herria Kopa. Gotzon Aramburu/Foku

Congratulan las renovaciones de Emma, Franssi y, esta vez por dos años, Eizagirre. Preocupa la situación de María Valle, cedida por el Real Madrid y lesionada de la rodilla que le ha tenido un año son jugar. E inquieta la incertidumbre sobre la capacidad realizadora del equipo –aunque lo visto en pretemporada invita a la calma– ante la marcha de la máxima goleadora del año pasado, Synne Jensen, que se une a la colonia txuriurdin del Atlético. También es sensible la baja de Bernabé, que ha regresado al Chelsea, como lo fue la de Tejada con la campaña sin acabar y no tanto la de Iris Arnáiz, que había perdido mucho protagonismo y se ha ido al Sevilla.

En busca del gol

Repite, por su parte, objetivo el Eibar, que quiere consolidarse en la elite tras las buenas prestaciones que ofreció el curso pasado, en el que remontó tras un complicado inicio gracias a un gran rendimiento defensivo y su fortaleza en Ipurua. No ha cometido el club en esta ocasión el error de la anterior, cuando sustituyó a un Iker Dorronsoro con el que se había conseguido ascenso y permanencia, por Ana Junyent, muy alejada del estilo que había dado éxito a las azulgranas. Se mantiene ahora Yerai Martín, a cuyas órdenes el Eibar ha conseguido un estilo de juego al que se mantiene fiel y buenos resultados.

Aún así, ha habido bastantes movimientos en el equipo, que sigue dirigiendo Yerai Martín y que ha perdido a algunas de sus futbolistas más veteranas. Se han marchado Jujuba (Granada), Noko, que se resiste a la jubilación a sus 38 años y no ha tenido reparos en descender un peldaño para enrolarse en el Cacereño, y Honoka (Sporting de Huelva), la futbolista que más años llevaba en el Eibar, seis y medio, además de Zaira, Diallo, Puyi y Amaia Peña.

El Eibar confía en la aportación goleadora de Monnecchi, cedida por la Fiorentina. SD Eibar

El poso lo ponen las renovaciones de Arene y Ane Campos, a las que se unió la de una Van Deursen que se siente en Eibar como en casa, y en el caso de las cinco incorporaciones, la experiencia la monopoliza Patri Ojeda, que fortalece la defensa tras siete temporadas en el Sporting de Huelva. De Chequia llega Peckova, de 1ª RFEF Masegur y Leire Peña y de Italia, Monnecchi, en la que se han depositado muchas esperanzas. Cedida por la Fiorentina, la delantera ya ha marcado cuatro goles en pretemporada y se confía en que mejore los bajos registros anotadores del curso pasado, en los que el equipo guipuzcoano fue el segundo menos goleador de la categoría, solo por detrás del colista Sporting. Además, Eider Arana repite cesión tras ser una de las mejores en la campaña de su debut.

Ipurua volverá a ejercer de casa y, confían las armeras, de fortín. Incluso cuando concluyan las obras de la Ciudad Deportiva de Areitio, donde inicialmente se había previsto que disputara sus partidos el femenino, el club ha decidido que mientras se mantenga en Liga F no cambiará de escenario.